La carta de una joven abusada sexualmente por su padre conmociona a Argentina

Micaela es una joven Argentina de tan solo 17 años. A su corta edad tuvo la valentía para denunciar y contar en público lo que vivió durante doce años, tras ser abusada sexualmente por su padre al que también llama “asesino de almas”.

Algo que inició como una forma de sanar sus heridas y de paso despertar  a otras jóvenes que sufren lo mismo que ella sufrió por años. Hoy siente la obligación de gritar.

Su grupo en Facebook se llama “Por una infancia sin dolor” y en él relata muchas de las cosas que le tocó vivir. “Me llamaron de mi colegio (Instituto ESBA) y fueron ellos los que me ayudaron con este tema”, cuenta la joven.

Solo así pudo tener la fuerza para denunciar a su padre y de paso buscar justicia por su sufrimiento. En su relato cuenta que si bien su madre la acompaña a la terapia, esta no quiere que el hombre que le hizo tanto daño termine preso.

“Yo tengo un hermanito de 7 años y mi mamá no trabaja, ella no quiere que él vaya preso, supongo que para no perder la plata que nos da de alimentos”, agregando que cuando su madre supo de los abusos ya era muy tarde.

Hoy su comunidad tiene más de 55 mil seguidores, quienes acompañan a Micaela en esta catarsis donde ahora son muchos más los que la apoyan. En el mismo sitio explica que desde pequeña su única salida fue la escritura, creando poemas desgarradores como el siguiente:

Algo dentro de mí me lo decía,

y aun siendo una niña,

yo en el fondo lo sabía,

aquella noche él regresaría.

Y así fue como la puerta se abrió,

mis sueños interrumpió,

el cuerpo me acarició,

mis labios besó,

y con malicia y perversión,

mi alma para siempre destrozó.

“Papá, te odio”,  es otro de los post donde señala “’Papá’, que leés todo lo que publico acá, espero que también las esto. Vos y tu abogado merecen caer en el mismo infierno”. Agregando que desea “que no puedas dormir ni hoy ni nunca en paz, acordate de mi voz infantil diciéndote que me dejaras en paz, ojalá te espante el sueño”.

En otro posteo cuenta cómo comenzaron los abusos. “Empezó cuando tenía 4 años más o menos, con algo tan inocente como es un oso de peluche. Él tenía un gorila de peluche y yo una osita y me decía que eran novios y que él me iba a enseñar cómo había que jugar. Chicho se llamaba el gorila y Corazón mi osita. Era chiquita pero me acuerdo”, relata y agrega: “Tiré mil veces a Chicho con la esperanza de que ahí todo iba a terminar, era tan inocente…”

En una entrevista con el diario Argentino Crónica señala que desde los 4 años la abusaba, algo que hacía habitualmente en su cuarto. Luego a sus 7 y 8 años la hacía participar en chats pornográficos con otros pedofilos. Abusos que solo terminaron a los  16 años  cuando su padre se fue.

Ahora su llamado es claro “Todos conocemos a un niño o a una niña, es responsabilidad de todos hacer que su infancia sea feliz y sin abusos. Si sospechamos de un abuso hay que hacer algo” concluye la joven.