Síndico Chadwick sobre Bachelet y caso Caval: “El me enteré por la prensa no lo compró ningún chileno”
Además, el abogado agregó que “fuera la nuera de la Presidenta, un sobrino del Papa o la misma Presidenta, yo no podía no venderle (…) hoy estaría demandado por los acreedores por no haber recuperado su plata".
“Ha sido muy duro, con etapas de soledad, de dolor, de desilusión. Me he cuestionado muchas cosas, de cómo las hice, si las pude hacer mejor, por qué las hice mal, por qué cometí errores”, asegura el síndico de quiebras, Herman Chadwick, formalizado en el contexto del caso Caval, que investiga presuntas irregularidades en el proceso de compra-venta de un terreno en Machalí.
En entrevista con El Mercurio, Chadwick precisa que conoció a la empresa de la nuera de la mandataria, Natalia Compagnon, a través de su socio, Mauricio Valero y el gestor inmobiliario Juan Díaz, en abril de 2013. Ellos llegaron a su oficina para realizar la oferta por el terreno.
“A principios de noviembre llegó una carta del Banco de Chile diciendo que se les aprobó un crédito por el total del valor del terreno. El convenio ya se había prorrogado por un año, había vencido en marzo del 2013. O se vendía o se vendía y la oferta tenía el financiamiento por el 100% aprobado por el banco de Chile”, indicó Chadwick.
Después de cerrado el trato, el abogado conoció a Compagnon, y considerando ese contexto indicó en la entrevista que “fuera la nuera de la Presidenta, un sobrino del Papa o la misma Presidenta, yo no podía no venderle (…) hoy estaría demandado por los acreedores por no haber recuperado su plata con un a compra hecha con el financiamiento del Banco de Chile”.
Además, agrega que jamás tuvo conversaciones o reuniones ni con la nuera ni con el hijo de la Presidenta, Sebastián Dávalos.
Respecto de la misma mandataria, Chadwick también se refiere a la manera cómo el gobierno abordó este caso, que representó un verdadero espolonazo a la popularidad de Bachelet. “La compadezco (…) se equivocó y se metió en un problema que era más fácil. El saber que un hijo se compró un terreno y que tiene un negocio inmobiliario no es ningún pecado. Creo que se enredó. Pero el me enteré por la prensa no lo compró ningún chileno”.