Büchi sigue anunciando su salida del país y reitera que “no me gusta la incertidumbre que percibo”
“Por qué me duele Chile” se titula la columna que El Mercurio publica en esta jornada, donde el ex ministro de Hacienda de Pinochet indica que espera que se “recupere la armonía mínima que se requiere para seguir avanzando”.
Como “políticamente incorrecto” y metiéndose constantemente en “las patas de los caballos”. Esas son básicamente las dos muletillas que utilizó el ex ministro de Hacienda de la Dictadura, Hernán Büchi en una entrevista que otorgó a revista Capital, donde abordó prácticamente todos los temas polémicos que han afectado al empresariado. Minimizó el impacto de los casos de colusión, aseguró que no creía en los casos de boletas ideológicamente falsas y también criticó el proceso de reformas, motivo por el cual considera que en el país existiría “incerteza jurídica”.
Su entrevista causó mucho revuelo, y en esta jornada, continúa profundizando en estos dichos en una nueva intervención, esta vez de su propia pluma, en El Mercurio.
“Por qué me duele Chile”, se titula el escrito que inicia con un breve recuento del pasó que tuvo Büchi como funcionario público y su breve paso por la política. Recuerda su participación en las presidenciales contra Patricio Aylwin, lo que –considerando su votación de un 55%– reflejaba que “había una proporción sólida y no menor que pensaba distinto”. Destaca su prudencia “para comprender que debía basarse sobre lo construido y no destruirlo”.
Luego, indica que no busca ni liderazgo ni cargo político, y como suscita interés periodístico, debió responder. “Así acaba de ocurrir frente a mi decisión de residir fuera, lo que no obsta a mantener vigente mi preocupación por Chile, pero sí centrar mis intereses y tiempo mayoritariamente fuera de él. Es cierto que en esta decisión pesa lo que ocurre acá, pero en ello también influye mi historia y realidad personal”.
El país, para Büchi, se alejó del “espíritu amplio, constructivo y realista por el que se optó a principios de los años 90 y al que creo haber colaborado en hacer posible. Por esto me duele Chile”.
A renglón seguido precisa que “Chile es hoy más incierto y hostil para vivir. Son varias las incertezas que amenazan las posibilidades de crecimiento de la sociedad y de las personas. La prioridad del progreso ha sido abandonada y las propuestas del Gobierno de productividad e innovación son insuficientes. La inseguridad ciudadana producto de la delincuencia en las ciudades y los violentos atentados que están ocurriendo en zonas cada vez más amplias en el sur del país hacen que las personas y la propiedad estén indefensas”.
El diagnóstico que hace este que “cuando las instituciones se debilitan, el poder político tiende a reinar más allá de sus límites, y muchas veces en contra de criterios mínimos de sentido común; por ejemplo, las nuevas interpretaciones administrativas como las del Servicio de Impuestos Internos estableciendo nuevas implicancias penales e incluso aplicándolas retroactivamente. En otros casos se llegan a establecer nuevos criterios judiciales que cambian lo que se había normado sin respetar la doctrina del precedente y sin que medien modificaciones legales”.
Sobre la discusión constitucional, Büchi asegura que la certeza llega de mano con la constitución. A partir de 1989, ésta en nuestro país “está nuevamente en entredicho, y no porque se hayan presentado propuestas concretas siguiendo las normas por las que se la puede modificar, sino a partir de un proceso con claras reminiscencias totalitarias en que luego el líder traduce la supuesta ‘voluntad popular’”.
“Después de tantos años, no imaginé ni busqué que una decisión personal tuviera que ser objeto de una explicación pública. Las circunstancias lo han hecho necesario. No he de esconder que no me gusta la incertidumbre que percibo en el país y que este hecho ha influido en mi decisión. Como persona que cree en la libertad, espero poder seguir ejerciéndola, ir y venir y contribuir allí donde lo vea posible. Y por el bien del país, espero que Chile recupere la armonía mínima que se requiere para seguir avanzando”.