Hijo de Nabila Rifo y testigos entregan terrible testimonio: “Le decía maraca, huevona, cosas con rabia”
Mauricio Ortega, pareja de la víctima, quedó en prisión preventiva durante los 90 días que dure la investigación del caso.
Al mediodía se llevó a cabo la formalización de Mauricio Ortega, principal sospechoso de la brutal agresión a Nabila Rifo, quien fue encontrada la mañana del sábado en Coyhaique con fracturas en su cráneo, con varios dientes menos y sin sus globos oculares.
El caso que ha remecido al país entero sumó un nuevo capítulo cuando, durante la audiencia, el fiscal a cargo del caso, Pedro Salgado, expuso cómo ocurrieron los hechos según los testigos: A las 6:02 de la mañana del sábado 14 de mayo, un vecino del sector escuchó los gritos de una mujer, pensando que estaba borracha. Al mirar en detalle, vio a una mujer en el suelo y a una persona, caminando en dirección al oriente, tras lo cual llamó a Carabineros.
Al llegar a su lado se percataron que la víctima estaba con signos de hipotermia, con múltiples fracturas, pérdida de masa encefálica, de dientes y le habían arrancado los ojos.
Todo esto ocurrió después de que Nabila estuviera en la vivienda que comparte junto a Mauricio Ortega. Junto a ellos estaban otras dos personas y los cuatro hijos de la famila. Cerca de las cuatro de la mañana se habría producido una discusión donde él la intentó golpear, siendo retenido por sus dos amigos. Rifo, en tanto, le decía que le debía plata mientras su pareja le contestaba con “malagradecida, tienes el refrigerador lleno”.
El fiscal Salgado reveló que uno de los menores presenció la discusión y contó que “le decía maraca, huevona, cosas con rabia. Yo y mi hermano bajamos a ver lo que pasaba”. Tras esto, llamaron a Carabineros y un pariente, quien se los llevó del lugar. Los amigos de Ortega se retiraron de la vivienda a eso de las 5:30 de la mañana, suponiendo que él estaba más calmado.
De allí se habría concretado la agresión conocida públicamente: primero, los golpes en el cráneo con un bloque de cemento, lo que configura el delito de femicidio frustrado. Luego habría vuelto con las llaves del auto u otro elemento punzante, utilizado para arrancarle los ojos, lo que constituye delito de lesiones graves y gravísimas.
Además, se presentó sorpresivamente a un testigo clave. El testimonio de un joven de 17 años, de iniciales C.J.M.A., quien relató a Carabineros lo que ocurrió en la intersección de Lautaro con Monreal, lugar donde fue encontrada la mujer de 28 años.
“En ese momento sentimos los gritos de una mujer, al principio pensé que estaba ebria. Al aumentar la intensidad de los gritos mi amiga me dijo que observara y desde el interior de mi propiedad, hacia la esquina de calle Monreal con Lautaro, lo primero que observé fue un hombre vestido de ropa color negro, el cual estaba arrodillado en dirección al poniente, que movía sus manos hacia arriba y hacia abajo y yo sentía un fuerte golpe”, leyó el fiscal Pedro Salgado en la audiencia.
El persecutor añadió, según el testimonio del adolescente, que “luego de eso el sujeto se levanta y comienza a caminar en dirección al oriente, luego el tipo se devuelve, se pone de rodillas en el suelo y comienza a realizar la misma acción con sus manos, golpeando algo en el suelo. Momentos después el sujeto comienza a correr por calle Lautaro”.
Durante tres días el caso estuvo sin sospechoso alguno, pero finalmente a eso de las 23:30 horas del martes se dio con el paradero de Ortega, quien fue encontrado en la casa de una hermana, en el kilómetro 10 del Camino Las Bandurrias, en la misma ciudad. La pareja de la víctima, que hoy se encuentra en la ex Posta Central en Santiago, quedó en prisión preventiva durante los 90 días que dure la investigación.