Ministerio Público solicita cuentas y rendiciones de campaña de Marco Enríquez-Ominami al Servicio Electoral
El ente persecutor intenta afinar la información contable respecto del proceso de campaña del líder del PRO, el que recibió diversos cuestionamientos después de que se publicara que ME-O usó un avión en compañía de ejecutivos de una empresa brasileña investigada por corrupción.
Sería posible encontrar “sapos y culebras”, según el mismo Marco Enríquez-Ominami, en sus cuentas de campaña. El líder del PRO realizó una serie de entrevistas al regresar a Chile, después de que fuese cuestionado por el uso de un jet brasileño en conjunto con ejecutivos de la empresa OAS, investigada por casos de corrupción en ese país.
Incluso, ME-O reconoció que la confianza con la gente ya se había perdido, pero sus críticos apuntaban a que aún no entregaba respuestas respecto de los cuestionamientos recibidos.
En esta jornada, de acuerdo a La Tercera, a fines de marzo el Ministerio Público envió una solicitud al Servicio Electoral (Servel) para conocer los detalles de estos “sapos y culebras”, o los gastos que se incurrieron en esa campaña.
Serían siete requerimientos que buscan ahondar en la investigación por aportes irregulares desde la empresa SQM hacia el líder del partido progresista. Una de las personas que el Ministerio Público que más ha sido requerido (y también figura en los antecedentes que podrían tornarse más complejos) es el ex asesor de ME-O, el periodista Cristián Warner, el que en diversos correos enviados al ex gerente general de la minera no metálica, Patricio Contesse, se refirió al “proyecto de Marco”, lo que podría apuntar a un supuesto aporte irregular a su campaña.
Entre los documentos que solicitó el ente persecutor están precisamente los antecedentes sobre el administrador electoral que el entonces candidato nombró, además de las cuentas bancarias que se presentaron en ese entonces.
Asimismo, se solicitan los detalles sobre posibles reembolsos de campaña y formas de pago.
La respuesta del Servel contó en que el administrador de campaña fue Carlos Muñoz Valle, y los desembolsos ascenderían a 497 millones de pesos.