Cómo tener un Transantiago gratuito y de calidad sin aumentar el aporte fiscal
El director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Juan Carlos Muñoz, y el ingeniero y economista, Lorenzo Cerda, proponen financiar el transporte público de Santiago con carga a las liquidaciones de sueldos de los trabajadores de la capital. Con solo 15 mil pesos mensuales por trabajador, proponen, podría financiarse el sistema y acabarse con la evasión.
Con buses que andan a cinco kilómetros por hora en la Alameda; un metro al borde del colapso; pasajes a 740 pesos en hora punta; y una evasión que se acerca al 28%, el Transantiago está lejos de ser un sistema que agrada a los santiaguinos y es uno de los servicios peor evaluados por la ciudadanía.
Pero el director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Juan Carlos Muñoz, y el ingeniero y economista Lorenzo Cerda, tienen una solución que podría acabar con la evasión y convertir al Transantiago en un sistema valorado por la ciudadanía. ¿Cómo? Convirtiéndolo en un servicio que, tal y como se lee en las consignas de los estudiantes, sea “gratuito y de calidad”. Es decir, gratuidad total para los buses y el metro.
La idea puede sonar demagógica y centralista por el alto gasto que significaría que el Estado subsidie el 100% del transporte público de la capital. Pero la gracia de la propuesta de los académicos, es que esta gratuidad podría lograrse sin que el Estado pusiera un peso más de lo que pone actualmente.
Los expertos explicaron en una carta enviada a La Tercera, que el Transantiago se financia vías subsidio y tarifa. El subsidio estatal, que representa el 45% de los ingresos del sistema, sirve para pagar el descuento a los estudiantes, infraestructura y materiales, mientras que con la tarifa se financia la operación. Para poder eliminar la tarifa, proponen que “Transantiago podría financiarse a través de una carga en las liquidaciones de sueldo de los trabajadores empleados en Santiago“.
“El costo del sistema es de aproximadamente 1.480 millones de dólares anuales. Con dos millones de santiaguinos trabajando con contrato, se necesitaría 60 dólares mensuales por cada uno. Incluyendo al 10% de trabajadores independientes, este monto cae en un 5%”, dicen.
“Proponemos que el Estado reduzca su subsidio a la tarifa a un 25% y destine otro 20% a inversiones y material rodante. El 75% del costo restante, se dividiría entre empleado y empleador, pagando cada uno 15 mil pesos mensuales. Así todos los santiaguinos se desplazarían gratis en transporte público. Todos los grupos familiares en el que al menos un integrante paga un viaje por día laboral, serían beneficiados”, exponen.
Los expertos explican que este sistema eliminaría la evasión; eliminaría parte de los costos asociados a cobros; permitiría ingresar y salir por todas las puertas y ayudaría por tanto a la descongestión y rapidez; incentivaría el uso del transporte público; y permitiría a la autoridad focalizarse en mejorar la calidad del servicio.
“El esquema no es perfecto”, advierten los expertos. “Exige cobrar a trabajadores que no necesariamente usarían el transporte público (aunque probablemente sí sus familias) e introduce un costo a los empleadores que podría impactar al mercado laboral“.
Entre otras alternativas para financiar el Transantiago, plantean cobrar un impuesto extra a la bencina o subir un punto del IVA, solo en Santiago, o aumentar las contribuciones de los bienes raíces. “Sería necesario determinar qué combinación de estas alternativas genera el mínimo de impacto social”, explican.
En cuanto al Metro, plantean que para evitar las aglomeraciones debería mantenerse una pequeña tarifa en el horario punta. Y solo cuando se agreguen líneas y mejore la infraestructura en la superficie, se elimine totalmente el cobro.