Primera radiografía mundial de crímenes contra la vida silvestre
Mientras la industria de la moda usa la piel de reptil para confeccionar productos, simios y loros son capturados para terminar en zoológicos privados. En el área de joyería y decoración, el material más cotizado es el marfil, cuyo origen es el colmillo de los elefantes.
Por primera vez la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito hizo un informe en relación a los crímenes cometidos contra la vida silvestre. El periodo que abarca son las últimas dos décadas, desde 2004 hasta 2015. La información se basa en datos sobre 7.000 especies gracias a la colaboración de 120 países.
Los registros oficiales de incautaciones de animales y plantas que han sido víctimas del tráfico ilegal, indican que tienen relación con las más variadas industrias. Entre ellas la fabricación de muebles; confección de artículos de decoración y joyería; moda; elaboración de cosméticos y perfumes; desarrollo de comida y medicina y traslado a zoológicos.
El tráfico ilegal de especies afecta, sobre todo, a los mamíferos (en un 30%), luego a los reptiles (28%) y corales (19%). El informe de la ONU advierte que aquellas especies que no están en la lista del Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) son, con frecuencia, víctimas del comercio ilegal, como les ocurre a numerosas especies de árboles y peces.
Respecto al sector animal, mientras la industria de la moda usa la piel de reptil para confeccionar productos, simios y loros son capturados para terminar en zoológicos privados.
En el área de joyería y decoración, el material más cotizado es el marfil, cuyo origen es el colmillo de los elefantes. La bilis de oso, el cuerno de rinoceronte o las escamas de pangolínson son elementos básicos para hacer remedios medicinales que se venden en los mercados negros de Asia, cuyos efectos no están probados por la ciencia.