Vergüenza nacional: dan a conocer otro caso de niña fallecida en residencia del Sename
El diario The Clinic Online publicó un reportaje en el que se cuenta la historia de Rechel, una menor que falleció en la residencia Alceste Piergiovanni, en Quinta de Tilcoco, por no recibir el tratamiento adecuado para su enfermedad, lupus.
Hace algunos meses el país se había conmocionado por la trágica muerte de Lisette, una niña de 11 años que murió de un paro cardiorespiratorio en un centro del Servicio Nacional de Menores en Estación Central. La situación provocó la salida de la institución que -supuestamente- debe velar por el cuidado de niños y adolescentes en riesgo social de su ex directoria, Marcela Labraña.
Pero lejos de ser la muerte de Lisette un caso aislado y poco representativo de las fallas que tiene el Sename y su red de centros asociados, las negligencias al interior de la institución parecen ser una suerte de norma. Hoy el diario digital The Clinic Online publicó un reportaje sobre otra niña fallecida al interior de una residencia asociada al Sename.
Se trata de la pequeña Rechel, de 10 años. La niña padecía de lupus, pero según la justicia no estaba recibiendo un cuidado adecuado de parte de su madre drogadicta y su padre cesante. Por ello fue derivada en noviembre de 2015 a la residencia Alceste Piergiovanni, ubicada en Quinta de Tilcoco.
Cuando entró al hogar, la menor recién había sido dado de alta del Hospital de Rancagua, al que entró, según The Clinic, con un diagnóstico de “hemiparesia, enuresis, encopresis, compromiso cualitativo de conciencia, encefalopatía lúpica, nefropatía lúpica y lupus Erimatoso sistémico subtratado”. Para ello le recomendaron un tratamiento con omeprazol, nifedipina y prednisona.
Sin embargo, pese a que la niña fue separada de sus padres justamente para recibir un mejor tratamiento, en el hogar no obtuvo un mejor cuidado. Aunque en los primeros meses hubo una cierta mejoría y Rachel volvió a caminar y recuperó la consciencia, en el reportaje se consigna que la menor denunció a sus padres maltratos que sufrió en el centro de parte de otros niños.
En febrero de este año, los niños, con Rechel incluida, fueron llevados de vacaciones a Pichidangui. Los padres de la niña habían pedido, según ellos, que mientras duraran estas “vacaciones” la menor fuera dejada con ellos, debido a que no podía exponerse al sol. A lo que, según la versión de los padres, el centro no habría accedido. Según el centro, la niña tenía “todos sus controles al día y estaba en condiciones de salud para realizar una vida normal”.
Fue en Pichidangui donde Rechel sufrió una serie de descompensaciones y falleció ocho días después de llegar a la playa. Los examenes toxicológicos determinaron que no había rastro de que a la menor se le hubiese suministrado los medicamentos que le recetaron para tratar su lupus. Solo había rastro de midazolam, un psicotrópico con efecto sedante para calmar los dolores.
Hugo Herrera, director Nacional del Sename, aseguró que de confirmarse el descuido con la menor, “estaríamos ante un hecho gravísimo, que nos lleva a la convicción que las medidas judiciales que hemos adoptado van en el camino correcto”. La institución hizo una denuncia en Fiscalía e interpuso una querella criminal por cuasi delito de homicidio.
Ex trabajadoras de la residencia denunciaron que a la menor no le prestaron la atención adecuada, que estuvo tres horas en crisis sin supervisión médica, que hubo otro niño que se enfermó en las vacaciones y que las autoridades de la residencia solo dieron un presupuesto de 10 mil pesos para cuidarlo una semana, que los funcionarios se alcoholizaban frente a los niños, y que incluso han habido más muertes en el hogar. Una verdadera vergüenza. Para todos.