Ante las lluvias y frío: cómo vivir un invierno seguro y no morir en el intento
Una de las prácticas usuales es usar la estufa de años anteriores sin hacerle ningún tipo de mantención previa. Desde la ACHS sugieren cultivar una mirada más preventiva al respecto y poner atención a aquellas situaciones que pueden resultar una amenaza, pero que se pueden evitar.
Con la presencia del invierno, el frío y las precipitaciones se vuelven un escenario cotidiano a lo largo de la jornada. Para evitar los males que suelen estar asociados a este período del año hay una serie de medidas de seguridad que se deben tener en consideración tanto en el ámbito laboral como en el doméstico.
Una de las prácticas usuales es usar la estufa de años anteriores sin hacerle ningún tipo de mantención previa. Alex Gerhard, jefe de prevención interna de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) sugiere cultivar una mirada más preventiva al respecto y poner atención a aquellas situaciones que pueden resultar una amenaza, pero que se pueden evitar.
Para ejemplificar, el experto explica que “si la estufa es a parafina y no le hice ningún tipo de mantención y luego la prendo, voy a tener un exceso de gas contaminante que va a tener efectos en el organismo y va a dejar muy malos olores en el lugar”. En esa línea, se recomienda que los aparatos de calefacción sean revisados por un especialista antes de usarlos, por lo menos una vez al año, para evitar eventuales incendios en caso de fallas.
El uso de hervidores para calentar agua aumenta visiblemente en esta época. A ello se suma el del microondas, cafetera, horno eléctrico, lo que da como resultado un exceso de elementos eléctricos. Gerhard advierte que “existen alargadores, triples y zapatillas, muchas veces no certificados y al enchufar aparatos de manera simultánea, esto propicia a que haya un recalentamiento del circuito”.
En cuanto a las entradas de edificios, colegios y clínicas, se recomienda mantener el suelo seco y que éste sea de material antideslizante. “Si bien en ciertos lugares se usa aserrín para absorber el agua, usar tapetes de goma para evitar resbalar es más efectivo a la hora de prevenir accidentes”, señala Gerhard. Una vez que se sale del recinto, recomienda poner atención en aquellos hoyos de las aceras o calzadas que no se ven por la lluvia y que podrían producir caídas o hacer perder el control del auto.
Otro aspecto en el que debemos tener cuidado es la circulación en las calles. “Por lo general, cuando llueve o hace frío las personas no varían en nada la forma de conducir o de manejarse en el tránsito, tanto el peatón como el conductor”, dice el prevencionista quien sugiere, por parte del conductor, manejar a una velocidad entre 40 y 50 kilómetros por hora, mientras que por parte del peatón y ciclista recomienda usar ropa más vistosa con el fin de que sean identificados rápidamente por el conductor.
“Hay que estar atento a las condiciones a la hora de estar arriba de un vehículo”, indica Gerhard, en alusión a los usuarios de transporte público, considerando que si el chofer frena repentinamente puede producirse accidentes entre los pasajeros.
Para el especialista “el chileno es más reactivo que preventivo”, condición que sugiere revertir a través de una actitud más consciente y aplicarla a diversos aspectos de la vida cotidiana.