Carolina Tohá denuncia que existe un "fascismo de izquierda" en las tomas de los liceos
La alcaldesa de Santiago habló con la radio Concierto sobre las tomas estudiantiles y negó rotundamente haberse "dado vuelta la chaqueta" en su discurso sobre los estudiantes.
“Los desalojos son la última medida, yo no habría actuado así en este caso, son muy riesgosos. Aquí se comenzó el dia uno desalojando y me parece un error cuando es la autoridad la que no ha cumplido su pega”, dijo en 2012 Carolina Tohá refiriéndose a los desalojos ordenados por el en ese entonces alcalde Pablo Zalaquett a los liceos en toma de la comuna de Santiago.
Pero en cuatro años la actual alcaldesa del emblemático municipio cambió en algo su opinión. En una entrevista en Radio Concierto, explicó que si bien en principio pensó que el problema de los establecimientos tomados podía solucionarse con diálogo en los casos en que estas movilizaciones fueran aprobadas por la comunidad, y dejar el desalojo como último recurso, hoy es partidaria de desalojar desde el día uno.
“Con el tiempo lo único que cambió es que llegamos a la conclusión de que las tomas, incluso aquellas que todos los estudiantes apoyan, igual había que solicitar el desalojo porque la capacidad hoy día, lamentablemente, de la organización estudiantil de conducir estos movimientos y de llegar a la conclusión de que llegó la hora de deponer una toma, se ha reducido a la mínima expresión”, explicó Tohá.
Antes de asumir, la alcaldesa del PPD decía que “cuando haya movilizaciones como esta se va a buscar maneras de reponer un clima de colaboración y de diálogo y no de esta mutua radicalización. Porque cuando se dice que el movimiento se ha radicalizado, aquí el primero que se radicaliza es la autoridad”. Sin embargo, hoy cree que no hay mucho que dialogar. “Nos dimos cuenta de que prácticamente no hay nada que negociar. La mayoría de las tomas está hecha para revindicar las misma toma, están hecha en torno a demandas que van cambiando, porque mas bien lo que hay en la agenda es hacer la toma”.
Tohá explicó que las tomas han sido cooptadas por grupos y colectivos radicalizados que “son muy violentos” y que por ello parte de la comunidad contraria a las tomas prefiere no expresarse, por temor a ser perseguidos. “Esto no es anarquismo. Es como un fascismo de izquierda. Así lo llamaría yo”, dice Tohá, que cree que la mejor opción es que la propia comunidad frente este tipo de movilizaciones.