Peso, talla y tiempo de lactancia: las insólitas reglas de admisión de colegios privados del sector oriente

En marzo de 2016 entró en vigencia la Ley de Inclusión en todos los colegios del país, pero esto no ha evitado que los establecimientos privados del sector oriente decidan colocar nuevas barreras para controlar la admisión.

Esto queda de manifiesto en el colegio Mayflower School, donde advierten que “el niño sea alumno de playgroup de nuestro colegio no garantiza su ingreso automático a prekínder. Deberá postular formalmente y cumplir con los requisitos del proceso de admisión para prekínder”.

Lissete es una madre que debió presentar un certificado de bautismo de su hijo y otro de matrimonio -civil y religioso- para postular a una vacante, recordando a La Segunda que “antes uno matriculaba a los niños en el playgroup y se aseguraba un cupo en el colegio”, comenta a La Segunda.

Pero esto no es todo, ya que tuvo que llenar un formulario donde debe explicar donde trabaja ella y su marido, sus cargos, donde estudiaron, que títulos tienen y antecedentes médicos de menor.

“Ya pasamos esta etapa, pero para un cupo en prekínder nos dijeron que el próximo año tenemos que postular de nuevo y el niño debe aprobar un examen de madurez”, agregó.

Este hecho se repite en el Colegio Monte Tabor y Nazaret en Lo Barnechea y La Maisonnette de Vitacura, donde solicitan un informe médico en caso de que el menor esté en tratamiento. Por su parte, en el Internacional SEK de Las Condes piden el carné de vacunas y llenar una ficha médica del alumno.

Sin embargo, el Colegio Madrigal de La Reina solicita datos como; peso y la talla del niño al nacer, tiempo de lactancia natural, edad en que empezó a caminar y a hablar, nivel de lenguaje y pronunciación, si controla esfínteres, hábitos de sueño y alimentación, si es capaz de vestirse sin ayuda y si la vida en su casa es “armónica, suele haber discusiones o es bastante inestable”.

Por su parte, el Colegio Cumbres de Las Condes exige llenar un formulario similar, donde se detalla profesión, lugar de trabajo y cargo de los padres y si los hijos nacieron de parto natural, cesárea o fue prematuro, si está en tratamiento neurológico, psicológico o con fonoaudiólogo.

Además, se realiza una evaluación del menor en el área afectiva y social, esto es, “si expresa sus emociones en forma adecuada, si soluciona problemas simples como ir al baño o limpiarse la nariz, si camina sobre una línea dibujada en el suelo y salta a pies juntos y si toma el lápiz entre los dedos”.

En vista de esta situación, la Superintendencia de Educación recalcó que esta situación “transgrede la normativa al solicitar antecedentes de escolaridad de la familia, certificados médicos del estudiante o acreditar su bautismo o matrimonio civil y/o religioso de los padres”.