Inserto pro-vida en El Mercurio afirma que se hacen "cremas de belleza con niños abortados"
Como suele hacerlo, el medio entregó espacio para quienes están en contra del proyecto que impulsó el Gobierno en tres causales; violación, riesgo de la vida de la madre e inviabilidad fetal.
Ema Levet Torres escribió una carta dirigida a los “honorables senadores” para exponer sus argumentos en contra del proyecto que pretende despenalizar el aborto. Y fue el diario El Mercurio quien publicó el inserto pagado por la ciudadana.
Sobre la causal de violación, Levet indica: “Considero que esta causal es la más injusta porque aquí se decide eliminar a un inocente, producto de toda la injusticia social que existe” y continúa diciendo que la mayoría de los violadores son familiares o cercanos. “¿Cómo no van a existir degeneraciones sexuales con el hacinamiento de las familias? ¿durmiendo 2 o 3 en una cama?”, se pregunta.
“Si hay riesgo por malformaciones, de que el niño no viva mucho, y la familia no puede o no quiere cuidarlo, le informo que se lo pueden entregar a las monjitas de la congregación de sor Teresa de Calcuta”, aconseja en caso de inviabilidad del feto. “Ellas cuidan a estos angelitos con mucho amor”, dice.
Y con respecto a la última causal, riesgo de vida de la madre, Ema Levet asegura haber escuchado distintos debates entre profesionales de la salud que “si a raíz de un tratamiento por una grave enfermedad de la madre, muere el feto, se le denomina ‘interrupción del embarazo’ y de que a ese profesional no se le acusa de que haya practicado un aborto”.
Indignada por la posibilidad de que se apruebe un proyecto de esa naturaleza, la mujer alude al caso de la aprobación de la pena de muerte, al caso del Chacal de Nahueltoro, a los niños con Síndrome Down y remata: “¿Sabía usted que la industria de la Cosmética elabora cremas de ‘belleza’ con los niños que son abortados?”.
Finalmente, Ema Levet reflexiona que “la mujer es dueña sólo del 50% del hijo que crece en su viente, el 50% es de responsabilidad del varón que plantó la semilla”. Plantó la semilla… plantó la semilla, plantó la semilla…