La jugada de Juan Carlos Cruz en EE.UU. tras "borrón" de la iglesia chilena al registro de curas abusadores
Uno de los primeros denunciantes del caso Karadima realizó las gestiones para que los nombres de los sacerdotes con causas de abusos en Chile figuren en un registro mundial.
Hasta agosto pasado, en la página web de la Iglesia Católica de Chile existía una lista con nombre y apellido de aquellos sacerdotes condenados por abuso, así como también el lugar donde ejercían su investidura.
Pero ahora la información se redujo a una cifra, a una aproximación estadística, “considerando que todos los casos han sido de conocimiento público y algunos de los culpables de estos gravísimos delitos han fallecido o terminado el cumplimiento de sus penas”, dijeron desde la Conferencia Episcopal.
Para Juan Carlos Cruz, víctima de abuso sexual por parte del sacerdote Fernando Karadima, el hecho evidencia un comportamiento usual al interior del clero “siempre con su encubrimiento, mentira y oscuridad”.
Cruz, quien se ha convertido en un defensor acérrimo, indicó a El Dínamo que “lo que debería hacer la Iglesia es poner dónde están estos pervertidos, cuándo y dónde fueron condenados, decir dónde están para que la gente mantenga a sus niños alejados de ellos”.
Pese a la mala señal, Cruz contraataca y anuncia que toda la información sobre esos sacerdotes estará disponible en las próximas semanas en un sitio web de Estados Unidos. Se trata de una iniciativa a nivel internacional por develar no solo a los abusadores, si no que también a quienes fueron sus encubridores que incluso es usado como prueba en casos judiciales estadounidenses, gracias a su contundente documentación.
Respecto a las altas esferas y a los mensajes de conciliación que ha pronunciado el Papa Francisco, Cruz dice que solo “se llena la boca” y que “es de un doble estándar increíble porque tenemos el caso de Juan Barros en Osorno, de Horacio Valenzuela en Talca, de Francisco Javier Errázuriz, de Ricardo Ezzati y no les pasa nada, todo lo contrario; los premia y eso es una vergüenza”.