Ex profesora de los Chicago Boys: "No me preocupa la idea de justicia social, no tiene mucho significado"
La economista y ex docente de la Universidad de Chicago, Deirdre McCloskey explicó en Chile por qué para ella disminuir la desigualdad no es un asunto prioritario.
Los Chicago Boys que impulsaron durante la dictadura de Pinochet el modelo neoliberal en Chile tuvieron a una particular maestra: La economista Deirdre McCloskey, economista, académica y una de las principales defensoras del liberalismo a nivel mundial.
Aunque es muy probable que algunos de sus despistados alumnos no la reconozcan. Pues hasta 1995 se llamaba Donald McCloskey, por lo que también es conocida por ser una de las principales eminencias transexuales. En su visita a Chile, Deirdre habló con El Mercurio de Antofagasta y defendió su visión de por qué es errado centrar las políticas de un país en combatir la desigualdad.
“No creo que la desigualdad sea el problema, sino la pobreza. Lo que tenemos que hacer es sacar a los más pobres de la pobreza, ese es mi propósito”, explica.
Para la autora, el foco en la desigualdad “es la política de la envidia”. “Muchas de las personas son ricas como resultado de las buenas cosas que han hecho por otras personas”, defiende McCloskey, que pone como ejemplo al mexicano Carlos Slim, que fue un pionero en la telefonía celular a su país.
Para la autora, creer que el sistema mejora si es que se permite absoluta libertad en el mercado, incluso si es que los ricos ganan más y más dinero con sus grandes empresas, “no es una política del chorreo (…) Lo que hace que la gente esté mejor es la productividad de la economía; la máquina económica está mejor si adoptas Uber, ya que el transporte urbano está mejor; si adoptas un sistema de enseñanza de libre mercado, la enseñanza está mejor; si adoptas el libre comercia, tus industrias florecen de forma más eficiente”, argumenta.
McCloskey continúa: “Los trabajadores pobres pueden tener un vehículo pequeño, oportunidades y educación que sus abuelos no tenían. Eso lo permitió el crecimiento, no los sindicatos ni el salario mínimo o la protección del empleo”.
“No me preocupa mucho la justicia social, no creo que tenga mucho significado. Lo que creo es que usted y yo nos debemos tratar con respeto, que nos debemos considerar iguales”, concluye la autora. Está claro que los Chicago Boys aprendieron de memoria la primera parte de esta oración. Aunque hay dudas de que hayan puesto mucha atención en la segunda.