Gabriel Salazar apunta al PC y a Max Marambio por el cierre de la Arcis: "Si pensabas distinto, te echaban"
El historiador asegura que vaticinó la situación que vive hoy la casa de estudios, asegurando que el cambio que se vivió fue "corrosivo, introduciendo posiciones personalistas absurdas".
Durante la jornada de ayer, la ministra de Educación, Adriana Delpiano anunció que la Universidad Arcis comenzaría a enfrentar su cierre definitivo. “No es sustentable en el tiempo, eso es lo que dicen todos. Por lo tanto, hay que poner un administrador no provisional, sino de cierre”, sentenció.
Los estudiantes no toleraron esta situación, sobre todo cuando existe la posibilidad de que sean recibidos en la Universidad de Chile, por lo que decidieron tomarse la sede Libertad en manera de protesta.
Para Gabriel Salazar, quien fue docente de la institución entre la década de los ’80 y el 2006, esta situación era inevitable. En esa línea, argumentó que la crisis que vive la casa de estudios es “terminal”, puesto que “en su comienzo era un gran proyecto académico porque era una Universidad pensada para ser crítica y crítica de una manera responsable, pero dentro se dieron tendencias corrosivas que hicieron previsible este desenlace fatal”.
El historiador asegura que la llegada de Max Marambio y el Partido Comunista al plantel fue el principio de lo que se avecinaba. En conversación con CNN Chile sostuvo que “yo lo preví en ese tiempo, pero a los primeros síntomas, entran dos capitalistas: Max Marambio y el PC y se introduce una manera de administrar mucho más corrosiva que la anterior“.
“Si la Universidad venía con problemas económicos se podría haber solucionado, pero el cambio fue corrosivo, introduciendo posiciones personalistas absurdas en el caso de Max Marambio y casi sectarias en el caso del Partido Comunista, en donde si pensabas distinto, te echaban“, explicó.
A ello, sumó su despido como un episodio dentro de toda esta situación: “Yo mismo salí el 2006 expulsado porque dije que ese era el camino del fin, y me echaron. No me extraña que ese proceso de corrosión se haya profundizado”.
La “crisis del Arcis es terminal, yo entiendo que los alumnos estén dolidos, porque el proyecto era valioso, pero no creo que el Estado pueda hacer mucho más”, concluyó.