ME-O habla en medio de investigación por platas políticas: "Piñera es el rey de la mentira"
El líder del PRO es uno de los imputados del caso SQM, empresa que financió parte de su campaña presidencial. Dueño de una credibilidad debilitada a juicio de la opinión pública, ME-O dice: "Todas las explicaciones que doy no son suficientes".
De presentase como candidato presidencial para 2017, esa sería la tercera vez que Marco Enríquez-Ominami intenta llegar a La Moneda. En 2009 se proyectaba como una promesa de renovación de la política, mientras que en 2013 el respaldo de la ciudadanía bajó. Ahora, en 2016 enfrenta una de sus peores crisis como político.
El líder del PRO es uno de los imputados del caso SQM, empresa que financió parte de su campaña presidencial. Dueño de una credibilidad debilitada a juicio de la opinión pública, ME-O dice: “Todas las explicaciones que doy no son suficientes”.
“Tengo la sospecha que hay intereses extrajudiciales. Todo es invento, la acusación es que me junté con Christian Warner para defraudar al fisco. Todo el resto es chimuchina, una sumatoria de argumentos para demoler a quien se encontraba primero en las encuestas. Todo lo demás es una estrategia de muchos adversarios”, señala.
En otra línea, al líder del PRO se le vinculó con la empresa brasileña OAS, la cual le había cedido una avioneta para usar durante su campaña. “Yo no veía las platas de campaña ni a los proveedores. Todo el mundo dice que Bachelet estaba muy ocupada, bueno, yo también era candidato (…) Me subí a millones de camionetas y caravanas durante la campaña. Pero yo no sé si esa camioneta se pagó”.
Marco Enríquez-Ominami alega que mediática y judicialmente se le ha dado un trato distinto, que lo perjudica. Al respecto dice: “Yo presumo inocente a todo el mundo, incluso a Piñera. Hasta que se compruebe lo contrario, pero a mí ya se me aplicó juicio. Todas las explicaciones que doy no son suficientes”.
Fijando su posición sobre el debate de la presencia de inmigrantes a lo largo del país, ME-O señala: “Es evidente que si viene gente con antecedentes criminales impediría su ingreso. Hoy tenemos una ley de inmigración de 1975, entonces cuando Piñera, el rey de la mentira, pide una nueva ley es divertido, porque cuando fue presidente no lo hizo. Yo propongo una nueva ley y planificar la inmigración. La forma no es sacarlos a todos, hay que trabajar esto entre comunas”.
Crítico a la gestión del gobierno de Bachelet, Enríquez-Ominami indica que “no se cumplió la promesa y ese es el principal daño que hicieron a Bachelet sus ministros. Los apitutados del ministerio se comieron la reforma”.