Mariano Puga explica por qué decidió asistir a "misa del perdón" en Punta Peuco
Según el sacerdote, "tienen una mirada política y los comprendo, porque están heridos por la atrocidad de la gente cercana a ellos, a la que mataron, torturaron y desaparecieron. Y han perdido toda posibilidad de lograr una sociedad en que puedan reencontrarse".
El sacerdote Mariano Puga -defensor de los Derechos Humanos durante la dictadura- admitió que son muy altos los costos que está pagando por asistir a la ceremonia ecuménica de este viernes en Punta Peuco, donde militares condenados pedirán perdón por los crímenes cometidos.
“¿Quién no va a querer que Chile, con su alma cargada de sangre y crímenes con víctimas y adoloridos reciba cualquier gesto? Cualquier cosa aporta para dar un paso más para reencontrarnos”, dijo en una entrevista a La Tercera.
En esa línea, Puga aseguró que espera “que sea un paso leal y honrado de los que van a hacer este gesto. Y para eso pido que quienes hagan este gesto se pongan la mano en el corazón, piensen en el dolor, en las víctimas y en miles de chilenos que perdieron a sus familiares en condiciones de tortura, muerte y desaparición”.
El emblemático sacerdote -quien también fue torturado en dictadura- explicó las razones para asistir a la polémica ceremonia ecuménica, por la que ha sido criticado desde varios sectores.
“Hace dos semanas me tocó hablar con Haydée, la madre de una mirista que fue detenida después del Golpe. Tenía tres meses de embarazo en la Escuela Naval de Valparaíso y abrieron su vientre con un corvo y sacaron al niñito dentro de su vientre. Me dijo: “Llevo 40 años con el dolor. ¿Podemos hacer algo? Y nos fuimos a la bahía de Valparaíso a altamar, lanzamos unas palomitas y le pedimos al Señor que pudiera descansar en paz. Eso pasó hace 15 días. En eso estamos”, explicó.
Sobre las torturas que vivió, Puga afirmó que “yo los perdoné, pero pregúntales a las víctimas, porque los curas somos vacas sagradas. Y aún con la tortura que recibí, no viví la situación que sí vivieron las familias de los detenidos desaparecidos de mi comunidad cristiana”.
“Recibo correos y para muchos soy un traidor y dicen que me he olvidado de los desaparecidos y torturados. Sé en qué me meto, porque estamos en un Chile herido. Hemos perdido la confianza entre unos y otros. Porque nadie ha sido capaz de pedir perdón y las víctimas han acumulado dolor, rabia, venganza. Y es duro, porque el principal responsable de ese gobierno murió en su casa”, dijo.
Puga afirmó que “(lo críticos) tienen una mirada política y los comprendo, porque están heridos por la atrocidad de la gente cercana a ellos, a la que mataron, torturaron y desaparecieron. Y han perdido toda posibilidad de lograr una sociedad en que puedan reencontrarse”.
¿Por qué quieren pedir perdón? “Porque gracias a unos pastores se ha ido haciendo un trabajo muy perseverante con aquellos que están dispuestos a pedir perdón”, respondió Puga.
“El torturador es un hermano degenerado, es decir, que perdió su condición de ser humano. Cuando uno está siendo torturado hay un dolor físico y otro más profundo por sentir que otro ser humano llegue a ese grado de degeneración. Entonces, esto inspira más lástima que odio. ¿En qué parada estamos nosotros? ¿Queremos un mundo nuevo y estamos dispuestos a correr los riesgos o somos víctimas y espectadores?”, concluyó.