¿Por qué un 34% de niños y jóvenes recluidos en Sename no reciben educación formal?

Hasta agosto del año pasado, en el Servicio Nacional de Menores (Sename) existían 3.665 niños y adolescentes internados por sanciones de Justicia Juvenil. De ellos, un 66% estaba matriculado en establecimientos formales de educación y el restante 34% son formados a través de fundaciones o corporaciones privadas y su avance académico depende del resultado de los exámenes libres.

La diferencia, según explican en el organismo, tiene que ver con las limitaciones financieras, debido a que las subvenciones no alcanzan para matrículas. Así, doce centros de reclusión cerrada (CRC) envían a sus niños al colegio y otros cinco no ofrecen la opción debido a esas limitantes.

Así lo explicó a Publimetro Iris Fuenzalida, jefa del Departamento de Justicia Juvenil del Sename. Esto ocurre principalmente en zonas aisladas como Arica, Coyhaique y Punta Arenas. “Hay algunas dificultades con el financiamiento -señaló-, dado que estos cursos no son masivos. Las limitantes financieras tienen que ver con la ley de financiamiento que tiene educación”, dijo.

El problema persigue también a los menores que sí asisten a colegios, porque se encuentran marginados de la educación tradicional y sólo reciben formación escolar destinada a adultos, sin importar sus edades ni los requisitos normados para ello (15 años para básica y 17 para media), una práctica desechada por profesionales.

La mayoría de los menores tiene un promedio de escolarización de 6 años, explicó Catalina Lastarria, coordinadora de proyectos de Corporación Opción -que recibe fondos del Sename-, agregando que los menores tienen un nivel de analfabetismo en que no saben cómo hablar, qué palabras utilizar o cómo escribir.

“Están súper limitados en acceder a inserción laboral, redes y todo aquello que uno como adulto o joven que desea participar para ser miembro activo a un ciudadano que contribuya a nuestra sociedad”.