Informe reservado de Lissette detalla abusos de su padre y lenta acción de Sename: pedirán sacarlos del caso

Han pasado casi diez meses desde que falleció Lissette y hoy Juana Poblete, su madre, estará presente en la formalización de los acusados por la muerte de su hija en el Cread Galvarino: dos educadoras de trato directo, la directora del recinto y tres trabajadores más para quienes el Ministerio Público invocó el delito de “tormentos y tortura”.

El 11 de abril del año pasado, la niña murió en el Hogar de Estación Central –dependiente del Servicio Nacional de Menores (Sename)– a causa de “asfixia por sofocación, producto de comprensión mecánica externa” que realizaron sus cuidadoras, de acuerdo al último informe del Servicio Médico Legal (SML).

Según el relato de la institución, Lissette Villa había muerto de un paro cardíaco producto de la tensión que le provocó el no recibir una visita prometida por su madre. De hecho, la ex directora del Sename Marcela Labraña aseguró en su minuto que la menor “murió de pena”. Es por esa razón, que Sebastián Lafaurie, abogado querellante contra la institución por la muerte de la menor, incluso quiere pedir que Labraña sea imputada en calidad de “encubridora” de homicidio calificado.

Lafaurie, además, el día de ayer, presentó un escrito en el Séptimo Juzgado de Garantía en el que pide marginar al Servicio Nacional de Menores y Javier Villa (padre de Lissette) como querellantes del caso.

“Queremos la exclusión de Sename y Javier Villa, porque carecen de estimación activa para ser querellantes en esta causa, con respecto al Servicio Nacional de Menores, ellos están facultados para esta acción cuando hay derechos fundamentales que proteger a los niños, en este caso no corresponde, porque la niña ya falleció. A eso hay que agregar, que no es posible que quien está siendo investigado por un delito a su vez tenga acceso a toda la investigación que se está realizando en su contra. Es realmente bipolar”, explica Lafaurie.

El abogado comentó que en el caso de Lissette Villa, hubo muchas alertas que el Sename, el Ministerio Publico y los Tribunales no pesquisaron para que evitar la crisis que tuvo como desenlace la muerte de la niña, víctima de reiterados abusos, que incluso habría sufrido por parte de su padre.  “En el caso del  papá queremos recalcar que por responsabilidad de él Lissette llegó a estos hogares y que también fue él el culpable de su muerte, toda vez  que abusó sexualmente de ella como lo acredita un informe que la PDI emitió en su momento, por eso tampoco puede ser querellante”, explicó.

El Dínamo tuvo acceso al informe completo que cita el abogado, un documento reservado del Cavas  (Centro de Atención a Víctimas de Atentados Sexuales), organismo dependiente de la PDI para los menores de edad con problemas de abusos. Está fechado en enero del 2014 y allí se reúnen una serie de antecedentes como entrevistas ante las duplas psicosociales del los centros Cread Galvarino y  Santa María del Bosque de María Ayuda, entre decenas de observaciones.

En el informe, se puede constatar una denuncia que Lissette realizó en julio de 2014 a la psicóloga de María Ayuda donde detalla la grave agresión sexual que habría cometido su padre, Javier Villa.  En la entrevista, la niña asegura que  habría sido víctima de una violación. “La consultante se refiere a experiencias de transgresión sexual acontecidas en la comuna de Til Til, durante el período que habitaba con su familia de origen. Al respecto señala que habría sido objeto de vulneraciones en la esfera de su sexualidad por parte de su figura paterna”. Tras la cita, sigue el crudo relato textual.

El informe luego enfatiza que Lissette está traumatizada por el hecho, el terror que le produce su figura paterna y revela otra situación igualmente grave: Lissette también habría sido abusada por un conocido de su padre en las calles de Til Til.

“Los hechos relatados, serían percibidos por la niña como una trasgresión corporal de características intrusivas y violentas, al manifestar que padecería las acciones del imputado, siendo éste último quien llevaría a cabo las conductas transgresivas hacia ella”, indica el informe de la PDI y luego agrega que “en concordancia con lo anterior, al explorar los aspectos más profundos vinculados a las vivencias de vulneración sexual asociadas a su figura paterna, aparecen sentimientos de indefensión y temor. De modo tal que, tras relatar la agresión sexual sufrida por parte de su padre, la consultante refiere espontáneamente en sesión: “Es un secreto, no le diga a nadie (…) me da miedo, mi papá es malo, me va a matar”, relata el documento.

Dentro de las sugerencias incluidas por la Policía de Investigaciones en el informe reservado del CAVAS, se menciona también la necesidad de abordar los problemas que ya se perciben por la medicación de Lissette.  “Se ha observado en la referida un deterioro de sus funciones cognitivas y del lenguaje, evidenciándose un enlentecimiento a nivel del pensamiento que requiere ser evaluado por especialistas, por lo que se sugiere derivar a evaluación neurológica y o neuropsiquiátrica con el fin de evidenciar un posible deterioro de índole orgánica, de las repercusiones a nivel neurológico del tratamiento medicamentoso, en la medida que se ha observado un temblor constante de manos y una salivación excesiva que la niña asocia directamente a la ingesta de fármacos”, concluye.

A pesar de la contundencia y claridad de los antecedentes entregados por CAVAS, estos no habrían sido tomados en consideración por ninguno de los organismos responsables de cuidar a la menor, desatando la crisis que terminó con la tragedia en el Cread Galvarino de Estación Central. El informe será una pieza clave en la audiencia de hoy con la que el abogado intentará marginar del caso al padre de Lissette.

Una vida de institucionalización

Resumen causa de Lissete Villa en el Tribunal de Familia de Colina

Fuente: Informes Juzgado de Familia de Colina