Cómo mitigar el daño psicológico causado por los incendios forestales: tips para superar el trauma
Generar una contención emocional hacia los damnificados, lograr la unidad ante el desastre y apoyar también a los equipos de respuesta, son parte de las recomendaciones para enfrentar las secuelas emocionales que puede generar esta emergencia.
Además de generar daños materiales y medioambientales, los incendios forestales de la zona centro sur pueden traer repercusiones físicas y también psicológicas en la población afectada. Se trata de manifestaciones que se extenderán mientras dure el desastre y otras que aparecerán como secuelas en algunas personas, especialmente en aquellas que han vivido la tragedia desde más cerca.
Para el Jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital del Trabajador de la ACHS, Rodrigo Gillibrand, hay que hacer frente a la emergencia dando cuenta de que muchas vivencias y reacciones que se pueden dar son normales y esperables por la magnitud de lo que esta sucediendo.
“Las pérdidas materiales, el trabajo de años y el sustento económico pueden verse tremendamente mermados en estos momentos, siendo probablemente difícil para algunas personas pensar ahora en el futuro”, advierte el especialista en psicotrauma. Sin embargo, es en estos momentos de crisis cuando surgen las capacidades individuales y de grupo para dar frente a las adversidades.
Estrés postraumático
Un evento de esta magnitud y duración puede causar una serie de sentimientos y emociones, junto con síntomas como ansiedad, temor, dificultades para estar tranquilo, insomnio, llanto, etc.
El especialista en psicotrauma aclara que esto “no hay que considerarlo como un diagnóstico o una enfermedad, sino como una respuesta esperable, adaptativa y transitoria ante una situación que la persona no puede controlar y que cambia su rutina”, advierte Gillibrand.
Sin embargo, es fundamental observar si estos síntomas persisten después de un mes de ocurrido el evento o si se percibe como un problema severo e invalidante; recién en ese caso estaríamos frente a un cuadro de estrés postraumático, que requiere tratamiento psiquiátrico.
Los estudios de salud mental indican que cerca de un 15% de los afectados por una catástrofe podrían desarrollar síntomas que ameriten tratamiento especializado. Además del estrés postraumático, pueden aparecer cuadros de depresión, crisis de pánico o trastornos adaptativos.
Claves para dar apoyo
Para contener a una persona que pasa por un momento delicado, lo primero es observar el entorno y comprobar la seguridad, la idea no es exponerse a riesgos que puedan haber alrededor. Luego observar si hay personas que presentan reacciones graves de angustia, así como también si se está en condiciones de calmar y acompañar a otro.
Luego, acercarse a las personas afectadas con respeto y preguntando si se puede ayudar en algo. En caso de tener un recibimiento positivo, llevar a la persona a un lugar seguro y tranquilo y preguntarle si quiere conversar sobre cómo se siente. Si la persona está angustiada, no dejarla sola. Durante la conversación, hablar siempre con un tono de voz tranquilo y suave.
¿Qué no se debe hacer? Presionar a la persona para que cuente su historia, así como tampoco interrumpir al afectado ni invadir su espacio privado. Mucho menos juzgar los hechos y evitar ciertas frases como “no deberías sentirte así” o “deberías sentirte afortunado de haber sobrevivido”.
El psiquiatra indica que “los damnificados no son víctimas pasivas, son agentes activos en su recuperación; es importante que cuenten unos con otros, que logren compartir sus experiencias por fuertes que éstas sean para sanar y amortiguar el dolor que significa la pérdida del hogar, tierras y animales que en muchos casos eran la fuente de ingreso familiar”.