Doctor en ecología sobre reforestar con pino y eucaliptos: “Hay que discutir qué queremos como país forestal”
Tras los incendios que afectaron a la zona centro sur, y que consumieron miles de hectáreas de bosque y dejaron a cerca de 6 mil damnificados, Sierralta, master en ecología forestal, dice que se debe hacer un diagnóstico riguroso y que la información se debe centralizar en una fuente oficial para evitar confusiones ante los distintos estudios que se están desarrollando.
Las llamas dejaron un escenario tapizado en cenizas, arrasando con cientos de plantaciones de distintas especies y amenazando la biodiversidad y ecosistemas naturales de la zona centro sur del país. Durante semanas, los incendios forestales no dieron tregua, coronándose como la catástrofe más grande en la historia del país en esa materia.
Leonel Sierralta tiene una amplia carrera en materia medioambiental; se desempeñó como Jefe de la División de Recursos Naturales, Residuos y Evaluación de Riesgos del Ministerio del Medio Ambiente, fue Director Ejecutivo en el programa de Andes del Sur de The Nature Conservancy y actualmente ocupa el cargo de Gerente de Sustentabilidad de la empresa CMPC. Desde ese puesto, analiza la catástrofe que dejó los incendios y aborda los pasos a seguir en materia de reforestación.
-Ya controlados los incendios y el rebrote de las llamas, ¿cuáles son los próximos desafíos en materia de reforestación?
-Hoy tenemos un mosaico de situaciones en las hectáreas quemadas, un mosaico en cual hay plantaciones de pinos, de eucaliptos, de bosque nativo, matorrales, en distintos tipos de suelos, con intensidades de fuego distintos. Algunas cosas que se quemaron hasta niveles increíbles donde el fuego alcanzó temperaturas tremendas y se calcinó hasta el suelo, por un extremo. En otros casos se quemó sólo el pasto y los árboles quedaron casi intactos. Todas esas situaciones conforman un continuo, un degradé hace que sea muy importante realizar un diagnóstico a una escala adecuada. Cuántas semillas vamos a necesitar va a ser en función de qué queremos plantar y de lo que se quemó.
-En el caso de los suelos calcinados, ¿qué tipo de tratamiento se necesita para reforestar ese sector?
-Hay que generar algún tipo de cobertura preliminar; puede ser que algunas plantas requieran muy poco suelo para crecer y en una segunda etapa se puede plantar algo sólido. Todo esto es posible, pero hay que tener claro el diagnóstico. Hay lugares que tenían matorrales y si no tenemos claro eso la gente va a pedir que se planten árboles y viceversa.
-¿Se podrían plantar otras especies en las zonas donde habían plantaciones de pinos y eucaliptos o es mejor continuar con la plantación de la especie que había antes?
-Esa materia tiene que ver con quién es el propietario. En las nuestras nos interesa mantener pinos y eucaliptos donde habían pinos y eucaliptos y reforestar con bosque nativo donde antes había bosque nativo. Pero puede haber propietarios pequeños que digan que les interesa otra cosa. Lo peor que puede hacer uno es ponerse paternalista y tomar decisiones por otros.
-Se dice que dichas especies son nocivas para el medioambiente porque consumen mucha agua, en desmedro de otros árboles. Sin embargo, el eucalipto es uno de las especies que más absorbe CO2, ¿qué consecuencias tendrían erradicar o disminuir su presencia?
-Esa impresión no es correcta, lo más importante aquí es tener una buena discusión respecto a qué queremos como país forestal. Tenemos 15 millones de hectáreas de bosque nativo, mucho de eso están en áreas protegidas, pero hay otros que son propiedad de privados, de grandes, medianos y pequeños propietarios. La pregunta que debiéramos habernos hecho hace muchos años y recién ahora el comité de política forestal está discutiendo es qué queremos hacer de nuestros bosques.
-¿Y en materia económica?
-Según cifras del Instituto Forestal (Infor), la industria forestal da empleo directo e indirecto a 300 mil personas, aportan 5.500 millones de dólares al PIB, eso es el 8,7% del PIB nacional. Es un sector económico muy importante, con mucha presencia en regiones, es un sector que descentraliza este país y eso no es un dato menor desde el punto de vista de la economía.
-¿Qué porcentaje representan las plantaciones forestales respecto al territorio nacional?
-Chile tiene 75 millones de hectáreas y 2 millones y medio de hectáreas son de pinos y eucaliptos, no es una superficie muy relevante, pero en términos económicos sí. ¿Vamos a tomar la decisión de tener menos de 2 millones y medio de hectáreas de pinos y eucaliptos y vamos a pasarnos a otra cosa? Eso es una decisión de política pública mayor y que uno no puede hacer a la luz de esta catástrofe.
-Según un informe hecho por la U. de Concepción, que usó imágenes satelitales, de las 550 mil hectáreas consumidas, 300 mil corresponden a plantaciones forestales y solo 15 mil a bosques nativos ¿cuál es su observación al respecto?
-A la hora de catástrofes lo más importante es centralizar la información en una sola fuente. La fuente de información aquí es Conaf y el que procesa la información es el Instituto Forestal, órganos especializados en temas forestales que tienen una metodología estándar. Ellos están contando los predios quemados, dentro de ellos hay hectáreas quemadas que no son plantaciones, entonces son dos número distintos. Uno puede tener un predio de 10 hectáreas, donde hayan solo 8 de plantaciones. No es que estén malas las cifras, pero está implementada con una metodología distinta y eso confunde.
-¿Qué medidas deben reforzar las forestales para evitar la propagación de incendios en sus bosques?
-Independientemente de que los sistemas de las compañías pueden y deben mejorar en términos de prevención y de atención rápida a los incendios, también hay una labor de política pública de los municipios de respetar los planos reguladores que indican hasta dónde tienen que crecer las casas. Aquí habían muchas casas dentro de bosques. También hay que generar una conciencia pública de la importancia de los incendios como un desastre natural complejo de manejar.