Académico UAI propone que personas con ideas de izquierda paguen más impuestos si consumen bienes de lujo
Francisco Covarrubias sostiene que "la igualdad propiciada por el Partido Comunista no es posible, no solo por un problema de diseño y de implementación donde se ha tratado de llevar a cabo, sino porque choca con la propia naturaleza humana".
Todo comenzó cuando en redes sociales se dio a conocer la imagen de Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, viajando en primera clase a Frankfurt, lo que fue duramente cuestionado por José Antonio Kast. Ante la arremetida del independiente, el diputado aseguró que “viajé con mi plata y sin pasaporte diplomático. No tienen que sacarme”.
Tomando esto como referencia, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Francisco Covarrubias, publicó una columna sobre lo ocurrido titulando: “Teillier en primera clase”. En el artículo, que aparece en la edición de este sábado de El Mercurio, el ingeniero comercial sostuvo que “si alguien se define de centroizquierda o izquierda -en la cual privilegia un rol más amplio del Estado y una sociedad más igualitaria- podría perfectamente consumir artículos de lujo”.
Junto a eso, propuso que, sin embargo, “debería estar dispuesto al cobro de una mayor cantidad de impuestos para hacer ese consumo más costoso y destinar esos recursos a programas de expansión del gasto público”.
Covarrubias acude a “El Capital” de Marx para explicar que los “artículos de lujo son aquellos que solo forman parte del consumo de la clase capitalista y aunque sean producidos por obreros, están lejos de su capacidad de consumo”. Ante esto, se pregunta: “¿Qué hace, entonces, que el presidente del Partido Comunista aspire a consumir como un miembro de la clase capitalista? ¿Por qué busca un privilegio arriba de un avión en lo que es casi una caricatura de las sociedad (donde hay unos pocos adelante privilegiados y el resto va más incómodo atrás)?”.
Ante esto, se responde: “La igualdad propiciada por el Partido Comunista no es posible, no solo por un problema de diseño y de implementación donde se ha tratado de llevar a cabo, sino porque choca con la propia naturaleza humana”.
“No es posible aplacar el deseo de consumir, el deseo de tener más y el deseo de usar la plata en lo que a cada uno mejor le plazca. No solo el lucro es lo que mueve al mundo, sino que aspira a consumir, a tener más comodidades y a diferenciarse es una aspiración de todas las personas”, concluye.