VIDEO | Un mensaje con historia de Bea Sánchez a los que no quieren aborto y matrimonio igualitario
Ejemplos de leyes que en algún momento causaron controversia en Chile, como la de divorcio o la de filiación, son tomadas por la periodista para ejemplificar que con otros temas complejos nuestro país "no está inventando la pólvora", y que más bien se asume una realidad que ya existe.
“Yo había sido mamá recién en un momento muy complejo porque era muy joven, vivía en concepción y fuimos a inscribir al niño en el Registro Civil. Y recuerdo como si fuera ayer, nos sentamos frente al oficial del registro civil para la inscripción. Y comenzó a preguntar que el nombre y cosas así. Y nos pregunta si estamos casados. Nosotros no estábamos casado. Entonces el oficial se sintió con todo el derecho de mirar al Pablo y decirle, delante de mío: oiga…ojo, si usted inscribe a esta guagua como su hijo, y después no se casa con ella y se casa con otra persona y tiene más hijos, esos hijos van a tener los mismos derechos que ese niño”.
Con esa anécdota parte Beatriz Sánchez, en Radio La Clave, donde ejemplifica con un par de antiguas leyes para mostrar por qué es necesario enfrentar fenómenos que existen, en vez de “esconderlos bajo la alfombra”.
En el resto de la columna, la periodista “y se lo dice así, delante de mí. Yo me sentí como si midiera un centímetro en ese momento. Fue tan escandaloso, tan grosero, tan violento, que no tuve posibilidad de reacción y siempre vuelvo atrás y pienso ay qué pena qué ganas de haberle contestado en ese momento. Porque era posible que un oficial, un funcionario del registro civil pudiese decir eso impunemente, porque hoy día sería impensable. Bueno, porque en esa época no había ley de filiación. No existía eso existía mucho después, incluso con la oposición rotunda de los sectores más conservadores del país, que no… que con esta supuesta defensa de la familia, decían que los hijos fuera del matrimonio no podían “valer” lo mismo que los hijos concebidos dentro del matrimonio. Fue una pelea dura en el congreso. Bien dura… se dio en el año 2000. Finalmente se ganó y existe una ley de filiación que ha cambiado radicalmente las cosas”.
“También después del año 2000 hubo una discusión enorme por la ley de divorcio. No había ley de divorcio en chile, y no es que las parejas no se separaran. Existía un “arreglo” a la chilena que se llamaba nulidad. Había que conseguirse gente amigos, que mintieran en un tribunal para que consideraran inválido ese matrimonio, por una excusa tan tonta como que se había dado una dirección pero era otra… así de burdo era el resquicio y ese matrimonio se “anulaba”. Como si nunca existió. Ese era el recurso. Porque no existía ley de divorcio. Y fue una pelea larga en tribunales, insisto, esto en el año 2000, para llegar al divorcio. Recuerdo incluso que los parlamentarios que presentaron el proyecto los acusaban de que ellos se querían divorciar y que por eso lo estaban presentando. Que iba a quedar la “debacle” en la “familia chilena” por el divorcio. Recuerdo que un parlamentario de renovación nacional en esa época, incluso propuso que el proyecto definiera dos tipos de matrimonio. Esto no es broma. A mí me tocó reportear esa conferencia de prensa. Un matrimonio que podía tener divorcio, y otro que sí fuera para toda la vida. Pueden comprender tamaña tontera. Bueno, se dio la pelea, costó, y el divorcio salió y hoy día tenemos divorcio. Con algunas complejidades pero existe ley de divorcio. Lo mismo miro para otras cosas que están en discusión hoy día. La ley de filiación por ejemplo, la ley de filiación sobretodo en parejas homoparentales, la posibilidad de un matrimonio igualitario. El aborto… en las mujeres con el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Lo más curioso es que ese debate hoy día en el congreso, como si estuviésemos inventando la pólvora de los derechos filiativos, como si hubiésemos inventado qué hacer a propósito de un caso como el aborto, o una situación que pueda plantearse la posibilidad de aborto… estamos discutiendo el matrimonio igualitario como si estuviésemos creando algo cuando ya todo eso existe. Cuando se planteó la ley de filiación, se planteó porque existían muchos hijos que nacían fuera del matrimonio y había que hacerse cargo de una realidad que ya era. Cuando se planteó la ley de divorcio evidentemente había que redactar una ley por algo que ya sucedía en cientos de miles de casos que era la separación de las parejas. Y una ley de divorcio era tanto mejor que la nulidad, donde todos nos hacíamos los lesos, porque llevaba una normativa mucho más clara a la hora de la tutorialidad de los hijos, a la hora de una pensión alimenticia, y muchas otras cosas. Eran realidades y mucho después vino la ley. A eso apunto con una ley o un proyecto de ley como el del aborto. Como no se legisla respecto al aborto si hay una cifra negra que puede ir desde 30 mil hasta 100 mil abortos al año en chile. ¿Vamos a seguir escondiendo esto debajo de la alfombra haciéndonos los lesos? No estamos inventando la pólvora, el aborto ya existe. No estamos inventando la pólvora, la filiación de los hijos de las familias homoparentales existe y no la estamos creando porque hay una ley. El matrimonio igualitario qué permite, bueno, una regla pareja para todas las parejas homosexuales que existen, y porque eso ya existe. No estamos inventando la pólvora. No porque la legislación exista, todos estos casos van a existir. Vamos tan atrasados… nos pasamos tantas películas en la cabeza, que me recuerda la época en la que no todos los hijos eran iguales ante la ley. Y me recuerda a la época en la que teníamos que mentir en tribunales con una tontera, para anular un matrimonio porque no había ley de divorcio”.