Propuesta UC sobre cómo regular el comercio ambulante destaca aporte a la economía y empleo
La idea es lograr que el comercio en la vía pública genere un balance positivo de sus externalidades a favor de la dinamización y aporte a la interculturalidad de los centros históricos.
Un estudio realizado por un grupo de investigación interdisciplinario dirigido por el académico Arturo Orellana de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos para el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo iniciado durante el año 2015 y cuyos resultados fueron entregado durante el año 2016, hizo un diagnóstico sobre el comercio en la vía pública y entrega propuestas para formalizarlo, especialmente en el centro histórico de Santiago.
Sobre la base de 300 encuestas presenciales, 20 focus group y más de una veintena de entrevistas a diferentes personeros del sector público y privado que configuran el mapa de actores en torno al cual se desarrolla el comercio en la vía pública, se realizó un diagnóstico y una “Propuesta de regulación y control del comercio en la vía pública”.
A partir de estos resultados y conforme la experiencia internacional, el estudio busca reconocer esta actividad en su singularidad: ser parte de la economía informal, entregándole derechos y exigiéndole deberes.
De los resultados del estudio, se propone una estrategia institucional para ordenar y regular el comercio en la vía pública, así como un plan para los centros históricos en el propósito de minimizar las externalidades negativas que esta provoca, sin desconocer su aporte a la economía y al empleo.
Los investigadores distinguen la estrategia como el plan las diferentes expresiones de este tipo de comercio y recomienda algunas condicionantes para su correcto desarrollo: localización, horarios de funcionamiento, capacidad de carga y sus obligaciones individuales y colectivas, especialmente para el caso del casco histórico de Santiago.
La idea es lograr que el comercio en la vía pública genere un balance positivo de sus externalidades a favor de la dinamización y aporte a la interculturalidad de los centros históricos, sobretodo reduzca significativamente las molestias para la población residente y flotante, no afecte la competitividad del comercio formal establecido. Esto se alinea con las tendencias y recomendaciones que la propia OIT y las experiencias internacionales señalan.