Sentida carta de un carabinero por multimillonario fraude: “¡Cómo tan codiciosos!”
A través de un texto anónimo, un efectivo de Carabineros envió una carta a este medio donde analiza lo ocurrido en la institución.
El 6 de marzo el tema salió a la luz. Un fraude multimillonario ocurrido al interior de Carabineros hizo que el propio general director de la institución, Bruno Villalobos, saliera a dar explicaciones y cifraba inicialmente de 600 millones de pesos. Pasaron los días y la cifra subió hasta los diez mil millones de pesos.
Hoy son al menos 50 miembros y ex funcionarios de Carabineros que están involucrados y la cifra del desfalco podría seguir creciendo. En medio de esto, los días de los efectivos en las calles también se han visto afectados y hay videos que circulan en redes sociales con el tipo de comentarios que deben enfrentar tras el millonario robo.
Frente a este escenario, un carabinero -que no está involucrado en estos hechos- envió una carta a El Dínamo refiriéndose al escándalo, aunque pidiendo anonimato para su publicación. Aquí cuenta cómo los afecta directamente a ellos y qué opina de la estafa realizada por quienes fueron sus compañeros al interior de la institución.
“Uno como carabinero tiene que enfrentarse a muchas cosas que los civiles no se imaginan. Un carabinero se levanta en la mañana, se despide de su mujer y sus hijos, sin saber si los va a volver a ver. Un asalto, una persecución o un robo a un cajero automático podría terminan en tu último procedimiento.
El día a día es así. A veces recibes insultos en las calles, que “paco culiao aquí, paco culiao allá”. A veces sientes el desprecio en las miradas, posiblemente por esos años oscuros que yo y varios compañeros jóvenes ni siquiera vivimos. Pero aún así, vestir este uniforme a mí me da orgullo… al menos hasta hace unos meses.
Me ha costado porque hay cosas que me duelen el alma, como cuando vamos a servir en las marchas. Miro a los cabros exigir por su educación y pienso en mi princesa cuando quiera entrar a la Universidad. En mi sobrino que viene en camino y que no tiene los beneficios que yo podría tener.
Veo cómo terminan esas marchas y leo que las cosas que ponen en las redes sociales tienen un poco de razón. Los que hacen desórdenes rara vez son identificados mientras se llenan carros con cabros de uniforme escolar que querían manifestarse.
Uno es de calle y ve muchas cosas. Soporta muchas cosas, pero al menos yo creo en un bien superior: en servir a la patria, en ayudar al que está en peligro, en hacer de Chile un país mejor. Yo realmente creo en todo eso. Por eso cuando salió en las noticias el tema de las platas se me quebró un poco el mundo. Porque son tiempos difíciles, con todo el tema de los políticos y las campañas con dineros extraños. En medio de todo eso, nosotros estábamos limpios, hasta esto. Por culpa de unos pocos jodimos todos.
Yo comprendo que funcionarios más antiguos tengan determinados beneficios que implica servir por varios años a la Institución, pero esto es un abuso de las confianzas de todos. Cómo robar tanta plata. ¡Cómo ser tan codicioso! Me levanto temprano todas las mañanas a servir a mi país y exijo que mis compañeros tengan respeto por Chile y su gente. Más le pido a mis superiores, quienes moralmente tienen doble responsabilidad.
Cuántas historias de compañeros que rechazan sobornos jugosos. Y son compañeros con las mismas necesidades que uno. Ni más rico ni más pobre. ¿Y los otros? ¿Los de los 10 mil millones? Yo creo que ya somos afortunados solo por usar uniforme. Tenemos benéficos de salud que muchos civiles se quisieran. ¿Y cómo pagamos? ¿Robando plata a manos llenas? Qué vergüenza me da solo escribirlo.
Posiblemente nunca pueda darme grandes lujos. Solo espero ayudar a mi familia y que mi princesa cumpla sus sueños. Que cuando tenga sus hijos les diga que su papá y su mamá se sacaron la cresta para que ellos puedan tener su casa linda o que puedan conocer Disney en Estados Unidos.
Por eso no entiendo cómo alguien con este uniforme pueda tener tanta codicia en su mente. Es una contradicción que una profesión como la nuestra, que fue creada para servir, tenga personas pensando solo en su beneficio.
Y como siempre somos nosotros, los que estamos en la calle, los que nos llevamos la peor parte. Y me da rabia. Me da pena y me da vergüenza cuando la familia nos pregunta si sabemos algo del robo. Cómo vamos a pedir respeto por nuestra persona, como Carabineros, si nuestra institución le faltó el respeto a los niños, a los pobres, a los ancianos, a los ciudadanos de otros países que vienen acá, a los usuarios de Fonasa… a los que lo pasan mal por falta de plata.
Yo sé que no soy nadie, soy un funcionario más. Ni siquiera puedo poner mi nombre ni dar muchos detalles. Pero quiero aprovechar mi rabia que me motivó a escribir esto para pedirle disculpas a Chile en nombre de los Carabineros que somos honestos. Y también quiero decirles con el pecho lleno de vergüenza que los “pacos culiaos” como muchas veces nos dicen no somos nosotros, los que estamos en la calle. Son los que se robaron la plata“.