Duro round de Abbott y El Mercurio: “Lo que su medio valora como malas prácticas son delitos”
Un editoral de ese medio molestó al Fiscal Nacional, quien respondió en duros términos a través de una carta. El diario respondió otra vez.
Este jueves, el diario El Mercurio publicó un editorial donde exigió una evaluación de los recursos que ha destinado el Ministerio Público a los casos penales que causaron más revuelo en los últimos años: Penta, SQM, Corpesca y OAS.
El texto afirma que “es positivo que estas investigaciones hayan puesto sobre el tapete una serie de malas prácticas ampliamente extendidas en el financiamiento de la actividad política. Pero, por otro lado, parece discutible que todas o siquiera la mayoría de ellas sean constitutivas de delitos tributarios“.
“Una de las grandes interrogantes es si el combate de estas malas prácticas, que es la buena noticia, exigía la utilización del instrumento penal con todos los efectos negativos que ello tiene para los afectados por las investigaciones, sobre la imagen de la política y, de paso, también para el propio derecho penal, cuya fuerza se debilita cuando se persiguen hechos cuyo carácter delictivo es dudoso”, concluye el editorial.
Al Fiscal Nacional, Jorge Abbott, no le gustó y contentó duramente la arremetida del diario de Agustín Edward, en ese mismo medio.
“Lo que su medio valora como malas prácticas no son simples irregularidades, sino conductas derechamente constitutivas de delitos, conforme a la legislación penal vigente e investigadas como tales por el Ministerio Público”, escribió la autoridad.
Abbott enfatizó en que “la pretendida minimización de estas conductas es en sí un problema. ¿O acaso su diario estaría dispuesto también a llamar una “mala práctica” a un robo por sorpresa, a un portonazo o a un robo violento? Intuyo que no, así como creo que tampoco tendría dudas en llamar delincuente a quien comete el delito”.
“La calificación de malas prácticas no hace sino restar gravedad a los hechos investigados y, de alguna manera, parece exculpar a quienes incurrían en ellas, infringiendo la ley”, explicó.
Respecto de la asignación de fiscales y funcionarios altamente calificados a la persecución de delitos especialmente complejos, Abbott dijo que “el combate eficiente a flagelos criminales de alto impacto en la estabilidad social, financiera y reputacional de nuestro país, como la corrupción, los delitos económicos o el lavado de dinero, requiere de los equipos más competentes. Lo contrario sería, justamente, un pésimo uso de nuestros recursos, lo que, sin duda, justificaría la exigencia de explicaciones”.
“Si las causas investigadas involucran o no delitos tributarios o de cohecho, lo que su medio cuestiona, haciendo eco de lo que han planteado los imputados, será evaluado por los Tribunales de Justicia sobre la base de las pruebas que ha recogido la Fiscalía“, dijo.
Finalmente, el Fiscal Nacional afirmó que “el llamado que hace su diario a mirar en perspectiva las causas políticas es confuso y no pone en foco que el Ministerio Público no es pauteado por los tiempos electorales. ¿Qué perspectiva se podría tener que no fuese la señalada por ley, en orden a investigar en profundidad y perseguir conductas que comprometen gravemente el funcionamiento del sistema político y su estabilidad y que afectan gravemente la fe pública? Cualquier otra “perspectiva” solo llevaría a un grave incumplimiento de nuestros deberes constitucionales y legales“.
La dura arremetida de Jorge Abbott tuvo una respuesta de El Mercurio a través de una “nota a la redacción”.
“Ninguno de los editoriales publicados por El Mercurio referidos a las investigaciones penales sobre financiamiento irregular de la política ha negado que algunas de las conductas indagadas sean constitutivas de delitos. El editorial que motiva la carta del fiscal nacional sí constata que respecto de ciertos casos existe discusión jurídica acerca de su carácter delictivo y sobre la procedencia de su persecución penal -a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, respecto de un robo violento-, lo cual se manifiesta en que el mismo Servicio de Impuestos Internos generalmente no los denunciaba ni se querellaba por ellos con anterioridad. Asimismo, nuestro editorial valora la evaluación que la Fiscalía debe hacer comparando los resultados procesales que obtiene. Ello entrega al menos uno de los factores orientadores de su labor“, dice el texto.
Luego, El Mercurio va un poco más allá y recuerda al fiscal que “las querellas presentadas en 2015 contra directores y ejecutivos de diversas sociedades abiertas por los aportes electorales reservados dieron lugar a sendas investigaciones que se prolongaron durante más de un año, e incluyeron citaciones, oficios, informes, etcétera. Todas estas causas fueron sobreseídas, en algunos casos con costas, porque los hechos descritos en las querellas no eran constitutivos de delito”.
Finalmente, agregan que “este balance orientador frente a la ciudadanía en nada menoscaba la plena autonomía de ese organismo para establecer sus prioridades y políticas de persecución”.