Beatriz Sánchez y Carolina Goic, frente a frente: las candidatas que desordenaron el tablero
La periodista y la senadora se encuentran recorriendo el país. Ambas tienen similar apoyo en las encuestas, un opuesto camino profesional y un privilegiado momento político.
Diez días antes de que la periodista Beatriz Sánchez anunciara su salida de radio La Clave para evaluar una candidatura presidencial, los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric llegaron hasta la estación ubicada en el último piso del Hotel Los Nogales, en Providencia. Sánchez ya había desechado su nombre para la competencia antes de irse de vacaciones en febrero, pero decidieron intentarlo una última vez.
Ambos habían sido encomendados por sus respectivas colectividades, Revolución Democrática y el Movimiento Autonomista, luego de haber conversado en la interna que la periodista cumplía las características para asumir un desafío presidencial en el Frente Amplio. “Gracias pero no me siento preparada”, les dijo a los parlamentarios de inmediato. Jackson y Boric insistieron y acordaron un segundo encuentro para que Beatriz lo evaluara en calma.
Tenía varias dudas y quería consultarlo con su familia, amigos y jefes en la radio. Lo conversó con su esposo, Pablo Aravena; luego, con Fernando Paulsen y con Juan Miguel Nasur, director de La Clave. Beatriz nunca había participado en política, aunque le interesaba. Al aire -en La Clave y antes en ADN- siempre dio su opinión, hablaba de un país distinto, de los cambios necesarios. La picaba ese “bichito”, dicen sus cercanos.
En Boric y Jackson veía lo que le gustaba y apostaba por el naciente Frente Amplio sin problemas. Un día, tras la participación del diputado RD en el encuentro empresarial de Icare, Sánchez sinceró ante el micrófono: “A Giorgio le hago un queque”.
En una segunda reunión con los diputados, también en el edificio de la radio, la periodista se los confirmó: “Cuenten conmigo”, y pidió que fuese ratificada por las bases de ambas colectividades. Al día siguiente anunció su salida de la radio e inició un camino sin retorno.
Un mes antes, la senadora Carolina Goic había asumido su propia candidatura presidencial en la DC, aunque en un escenario muy distinto. En un año, la senadora había pasado de ser la quinta vicepresidenta del partido a la timonel democratacristiana, en reemplazo de Jorge Pizarro, quien había renunciado tras duros cuestionamientos y una complicada conducción. En ese entonces, ya algunos sectores del partido de manera soterrada levantaban su nombre como posible candidata presidencial, dado su buen desempeño en las encuestas.
La senadora lo evaluó varias veces junto a su núcleo más cercano, compuesto entre otros por los diputados Fuad Chahín, Sergio Espejo y Matías Walker. Sabía que era una posibilidad real, pero quería dar los pasos lentamente y su primer objetivo era ser reelecta a la cabeza del partido, lo que logró por amplio margen. Luego, bastaron tres episodios para ganarse a las bases.
Primero, el potente discurso que dio en el funeral del ex presidente Patricio Aylwin, a días de haber asumido en reemplazo de Pizarro. Pidió perdón por los “abusos de poder y faltas a la ética” en la política, logrando un aplauso cerrado. En el análisis post discurso, Chahín se lo recalcó. “Esto te puede catapultar”, le dijo. Goic insistió en el paso a paso.
Luego, lanzó una frase que quedó instalada: “Con la DC no se juega”, en una suerte de golpe de poder y desafío al Gobierno y al Partido Comunista, con quien mantenía una tensa relación en ese entonces. El tercer episodio ocurrió cuando la ex ministra Mariana Aylwin no pudo ingresar a Cuba, desatando un conflicto bilateral que Goic “usó a su favor”, cuentan, gracias a la línea directa que tiene con la Presidenta Michelle Bachelet.
Sorpresivamente, y días antes de la Junta Nacional de marzo, la senadora anunció en una entrevista que estaba disponible para ser candidata presidencial. Incluso sus más cercanos se enteraron por la prensa. El anunció encendió los motores de la falange y en poco tiempo “los tenía en sus manos a prácticamente todos”, grafican en la DC.
Ambas pre candidaturas cambiaron el escenario político actual. Beatriz Sánchez dándole un rostro conocido a un bloque que hasta hoy tenía a dos figuras como referente y permitiendo que aumenten las posibilidades de una bancada parlamentaria mayor; y Carolina Goic colocando a la DC como la protagonista del oficialismo, al ser quien puede “romper” la Nueva Mayoría si anuncian ir a primera vuelta.
Y ambas con una consecuencia común: restar fuerza al candidato presidencial del Partido Radical, Alejandro Guillier, y complicando las posibilidades de que la NM gane las próximas elecciones.
Frente a frente
Sánchez nació en Viña del Mar, estudió en Concepción, vivió en Inglaterra a los diez años y desarrolló su carrera en Santiago; al revés, Goic nació y estudió en la capital pero su formación política ocurrió en Magallanes, donde fue seremi, diputada y, hoy, senadora. Recién a los 30 comenzó a militar, pese a provenir de una familia política: su padre, Pedro Goic, fue subsecretario de Planificación de Eduardo Frei.
De esa misma cartera, aunque casi diez años después, fue secretaria regional ministerial de Magallanes, su primer gran cargo, que derivó luego en un escaño en la Cámara en dos oportunidades. En ese entonces, y mientras Goic formalizaba su carrera política, Bea Sánchez la miraba con distancia desde el púlpito del micrófono radial, donde observaba al poder como periodista. En varias oportunidades compartieron escenario como entrevistadora y entrevistada.
“La Bea nos gustaba como personaje, por su frontalidad para decir las cosas, que es una periodista opinante y no cree en ese periodismo neutro”, dice Sebastián Depolo, hoy secretario general de la campaña de Sánchez. “Ella es de las personas que tiene rabia con lo que está pasando en el país, pero tiene una rabia movilizada hacia un lugar productivo, hacia los cambios”, explica.
Hacer pública su opinión le trajo problemas y también aplausos por su honestidad. Pese a que muchos entrevistados la cuestionaron, incluso al aire, ella siempre se defendió. “Yo no soy objetiva y se lo digo a todos”, explicaba. “Se piensa que todos (los periodistas) somos objetivos y la verdad es que la objetividad no existe. Todos miramos las cosas en nuestro propio contexto en que vivimos. Yo no creo en que la audiencia es tonta y en que lo que yo voy a decir va a lavarles el cerebro, y prefiero ser honesta y decirles desde dónde veo las cosas”.
Matías del Río, periodista en TVN, conoció a Sánchez diez minutos antes de salir por primera vez al aire juntos en radio ADN, donde continuaron compartiendo micrófono por cinco años. Hicieron match inmediatamente. “Ella es una súper buena candidata -explica-. Le va a ir muy bien, aunque no estoy tan seguro de si sus ideas están muy en la línea del electorado, pero sí logra conectar muy bien con la gente. La quiero mucho pero eso no significa que votaría por ella”.
“Lo mejor de Beatriz es que suda mucha humanidad y, a la vez, lo peor es que esa humanidad a veces la hace ser muy romántica y soñadora con sus ideas, que no sé si se ajustan a toda la realidad”, agrega.
A diferencia de la periodista, Carolina Goic sí ha tenido una vida partidaria de larga data. La mayor notoriedad a nivel nacional la alcanzó -siendo diputada- cuando padeció un cáncer linfático que la tuvo alejada de su escaño por diez meses. Al regresar al Congreso, su nombre tomó fuerza y comenzó a posicionarse, lo que le permitió llegar al Senado por la misma zona a la que siempre representó.
La visión sobre la timonel DC es bastante transversal al interior del partido. Todos destacan que “aprovecha bien las oportunidades que se presentan” y que “sabe lo que quiere y persiste hasta conseguirlo”. El jefe de campaña de la senadora, Pablo Badenier -quien renunció a su cargo como ministro del Medio Ambiente para integrarse al equipo-, destaca su “honestidad” y que busca generar cambios “sin renunciar ni desmarcarse de la política necesaria”, como se ha hecho común en el actual escenario.
Misma visión tiene Chahín, parte de su petit comité. “Ella es muy rigurosa y tiene un liderazgo que le sale natural. Sabe leer los momentos políticos y toma las oportunidades cuando las ve”, dice el diputado. Sin embargo, pese al buen momento, hay algunos que cuestionan su forma. “Con la Carola nunca se sabe”, se escucha a menudo en el mundo parlamentario.
Otros la critican porque “cuesta que se la juegue por ciertos temas que no le traen réditos” y ejemplifican con el proyecto de aborto en tres causales. Goic partió como férrea opositora de la idea y poco a poco fue apoyando la iniciativa del Gobierno, siendo un voto decisivo en la comisión de Salud del Senado para aprobarlo.
“Tiene fama de que elude temas conflictivos y elude cualquier critica a la Presidenta Michelle Bachelet, porque ella es muy gobiernista y tiene línea directa con ella. Es muy inteligente y audaz, sabe lo que quiere y no da pasos en falso. Se cuida mucho y por eso no dice mucho”, afirma un histórico DC. Algunos, en privado, son sus opositores, como el senador Jorge Pizarro.
El actual escenario
Si bien Goic hoy “tiene al partido en sus manos” y ordenado detrás de ella, sin que nadie le pegue públicamente, al interior de la DC le exigen más. Una dirigenta del partido dice que ella “funciona como candidata pero si no da la pelea, si no aparece en la prensa, no sirve, porque nadie la conocerá. Le falta dar arañazos y diferenciarse”.
El problema -afirma otro- es que la senadora “no se atreve a romper con la Nueva Mayoría, no quiere pagar el costo de ser ella la que destruyó el bloque”. Esto porque la DC deberá determinar en los próximos días si irán a primera vuelta presidencial o si participan dentro de las primarias oficialistas, en un contexto donde el único candidato actual es Guillier, tras la renuncia del abanderado del PPD, Ricardo Lagos.
Frente a este escenario, en la DC hay un ánimo mayoritario de ir a primera vuelta y evitar enfrentarse únicamente frente al ex rostro de televisión, en una decisión que podría poner fin al bloque como se conoce hoy. La propia Goic advirtió este lunes que con el triunfo del senador independiente en el Comité Central del PS la idea de una primarias “prácticamente desaparece“.
Mientras se amasa esa decisión, la senadora continúa recorriendo el país. El viernes estuvo en la región de Atacama y este próximo jueves tiene agendada una visita a San Antonio, actividades que debe compatibilizar con su labor senatorial y de presidenta de partido. Beatriz Sánchez, por otra parte, está “en el mejor de los mundos” en este momento, con el único objetivo de “mostrarse”. La semana pasada inició su primera gira: el jueves estuvo en Rancagua, el viernes llegó a Punta Arenas junto a Boric y este miércoles partirá a La Serena y Coquimbo.
Recorrer el país fue una de las condiciones puestas por Sánchez para iniciar una candidatura “ciudadana”. Pidió escuchar a la gente, recorrer el país, poder sintonizar. Luego, la activación del proceso de creación de un programa presidencial; y, por último, una fórmula de transparencia total de cada uno de los gastos que se realicen y de financiamiento ciudadano, “aunque sean dos mil pesos”.
Sebastián Depolo afirma que no la buscaron como candidata “porque sea famosa, porque en realidad no lo es. Es una periodista de nicho y las encuestas demuestran que tiene un bajo nivel de conocimiento”. Como están las cosas hoy, los analistas han calculado el voto al Frente Amplio en torno al 10 o 15% para la primera vuelta presidencial en noviembre, aunque en un espacio tan líquido como el actual la cifra podría crecer. En RD y el MA apuestan por llegar a segunda vuelta.
La incertidumbre de lo que ocurra con ambas en las próximas semanas, hasta el momento, solo tiene un elemento seguro: ambas tienen espacio suficiente para crecer, respecto de lo que hoy marcan en las encuestas. En la Cadem de este lunes, Goic obtuvo 1% y Sánchez aumentó a 6%; en la Adimark de la semana pasada ambas obtuvieron un 2%. Sin embargo, el crecimiento -advierte Roberto Méndez, director de esta encuesta- será a costas de otros candidatos.
“Van a crecer quitándole espacio a Guillier, aunque de formas diferentes, por lo que es inevitable que él baje. La gente indecisa y que no sabe no va a disminuir mucho, porque es gente sin identificación política clara y es probable que eso no cambie. La abstención va a ser mayor que otros años, entorno al 30 y 40%, por lo que veremos una redistribución de las actuales cifras con otros candidatos que hoy aparecen más bajos”, concluye.