Española en Chile denuncia cruel episodio de burlas contra negros y embarazadas en Extranjería
La mujer denunció acoso por parte de los funcionarios, donde incluso le preguntaron a un hombre negro que no hablaba español "si te parece aprendo bunga bunga".
“Creo que si me callo reviento”. Así parte el relato de una española radicada en Chile, M.M., quien vivió un duro episodio en la oficina de Extranjería en Santiago, a donde fue a pedir una ampliación del plazo de tramitación de su visa, por segunda vez, “porque llevan 7 meses para un trámite que debería tardar 3”.
La mujer escribió en su Facebook que llegó allí “la bofetada de realidad ha dejado mi enfado en anécdota graciosa. Para empezar, una cola que recorría toda la calle, con gente que difícilmente iba a poder hacer hoy su trámite”.
“Yo no tenía que hacerla porque para el mío se podía pedir cita previa. Entro. No puedo describir la cantidad de personas (o ganado, que es una palabra que describe mejor lo que parecía aquello) por metro cuadrado que había allí dentro. Hacinamiento total. La mayoría gente de color, que apenas habla y entiende español”, explica.
“Tras pegarme con mucha gente por avanzar, averiguo que tengo que hacer una fila, en la que dos individuos reparten números a los que tenemos cita previa, primero, y después a los cientos de personas que están allí dentro (y fuera, llegando hasta la Alameda). Escucho a gente diciendo que llevan haciendo cola desde las 5 de la mañana. Yo he tenido que esperar sólo 15 minutos, y creo que han sido de los más humillantes que he vivido nunca”, agrega
Luego comienza a relatar que “estaba en primera línea viendo (y escuchando) trabajar a los dos tipos que repartían los números. He visto cómo vacilaban a cada persona, cómo mandaban al final de la cola entre risas a gente por faltarle una fotocopia de algo, cómo se decían entre ellos ‘mira, le he hundido, ¿has visto qué cara?’. Les he oído decir (palabras textuales) a una mujer ‘¿y cómo sé yo que estás embarazada y no simplemente gorda, a ver, eh?’ y a un hombre (negro) que no hablaba español (como la mayoría) ‘¿que no me entiendes? pues es tu problema, si te parece aprendo bunga bunga’, guiñó al compañero y risas”.
“Se han reído de cada persona que ha pasado por sus manos. Personas que llevaban horas haciendo cola en la calle (quizás no por primer día) para hacer uno de los mil trámites absurdos, con los cien papeles absurdos (cuidado que no te falte uno, ojo) que esperan que conozcas sin que nadie te lo diga, en un idioma que no entiendes, imagino que en la mayoría de los casos en una situación económica muy precaria (perdiendo días de trabajo por estar allí), que además de tragar con la desesperación que todo esto supone cuando por fin llegan tienen que aguantar como dos subnormales se ríen de ellos y les humillan por el simple hecho de ser extranjeros. Ellos, que se creen superiores por ser de este país. Me río yo de su valía. Habría que verlos haciendo eso mismo en el país de alguna de las personas que estaban allí. Qué hijos de puta”, denunció la mujer.
Finalmente, la mujer explica que “nunca he ido a extranjería en España porque, claro, nunca lo he necesitado. Sospecho que me provocaría unas ganas de vomitar similares. Igual no sería una mala experiencia que todos lo hiciésemos y viésemos un poco lo que hay del otro lado“. “Y bueno, por si había dudas, conmigo han sido encantadores. Qué puto asco de mundo”, agregó.