“Kramp”: el relato de una niña en dictadura que duele en la memoria
El libro de María José Ferrada cuenta la historia de M, una niña a la que le toca vivir la etapa de la dictadura militar en Chile.
“Kramp” es uno de esos libros que, como pocos, no agota tras la primera lectura. Es más, casi exige una segunda revisión, cómo aferrándose, desesperado, al lector que decide emprender el trayecto con personajes de quienes sólo conocemos sus iniciales.
Y no hace falta saber más, ya que la conexión con ellos radica en las emociones; desde una confusa pero férrea relación padre-hija, a la pena de una madre desolada por la pérdida de un amor desaparecido, torturado y asesinado; no se trata de una novela ajena al eterno dolor de Chile. En sus escuetas pero precisas páginas, se retrata con maestría el lado más frágil de una época de fractura emocional. El de la niñez.
María José Ferrada, su autora, es una reivindicadora de la literatura para niños. Docente del Diplomado de Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad de Santiago, comprende el viaje interior de la pequeña de 8 años que protagoniza el relato, siendo ésta su primera novela “para adultos”. Al respecto, una reflexión: ¿qué factores determinan que los contenidos vayan dirigidos a un público de mayor edad (aparte de los evidentes), obligándolos a menospreciar otro tipo de narrativa, como aquella que apunta a quienes llevan menos años sobre el planeta?
Con su historia, la autora invita a despojarse del prejuicio de que existen temas para jóvenes y temas para viejos, centrando la atención en una niña que acompaña a su padre, comerciante ferretero, a vender productos en las afueras de la ciudad. Cada pueblo es un pequeño mundo, y cada historia es atesorada por la niña, que intenta darle explicación al funcionamiento del universo en una época de represión y muerte.
La historia de nuestro país se cruza con la de M (la protagonista), pero no nos impide tener un acercamiento privilegiado a cómo esta niña intenta crecer por adelantado gracias a esta “educación paralela”, como ella misma denomina a los constantes viajes con su padre, testigo de la debacle económica de la industria local, arreglándoselas como puede en un entorno hostil. Allí donde más nos duele, en el recuerdo de una historia olvidada, en la invisibilización de las muchas M que fueron testigos de la violencia dictatorial, es que Ferrada logra evocar un paisaje de carencias, complicidad e inocencia de quien encabeza el relato.
En principio, “Kramp” es un libro que se lee de soslayo; luego, con el corazón abrigado y, finalmente, con la idea de un viaje al centro de la nostalgia, y nos deja listos para excusarnos con que tenemos una basura en el ojo. Sin usar cifras ni datos pormenorizados, la novela de María José Ferrada hace eco en nuestra memoria, y qué bien que así sea.