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Actualizado el 28 de Abril de 2017

Joven esposada en Metro asegura que fue “secuestrada”: “No tienen el derecho a pasar a llevar mi dignidad”

Ángela Fuentes adelantó que ella y su familia presentarán acciones legales. La artista estima que se han dicho calumnias en su contra, que no son ciertas.

Por Redacción EL DÍNAMO
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El caso de una mujer que fue esposada a una baranda de la estación Santa Isabel remeció el país y levantó múltiples críticas en contra del accionar de los guardias de Metro de Santiago.

Inicialmente se reportó que se había equivocado de salida, y después de un entrevero con el guardia, terminó fija en el sector de la boletería por cerca de dos horas, según reportó la primera denuncia. Incluso llegó a desmayarse.

Luego, Metro emitió un comunicado, donde afirmó que la mujer quiso salir por una puerta demarcada especialmente para personas con movilidad reducida.

Esto habría generado una discusión que fue escalando en intensidad, lo que obligó a intervenir a personal de seguridad, presente en el lugar, hasta la llegada de Carabineros. Posteriormente, se hicieron presentes familiares y amigos de la joven, quienes a través de gritos y golpes demandaron sacarla de la estación”, cuentan.

Finalmente, reportan que llegaron amigos de la mujer, que hubo violencia, pero que finalmente no se presentó denuncia alguna en Carabineros, donde algunos involucrados fueron trasladados.

En esta mañana, en el matinal Bienvenidos, la mujer, Ángela Fuentes, leyó un comunicado donde adelanta que tomará acciones legales con la empresa.

Revisa a continuación parte de su alocución.

“A las 18:30 en Metro santa Isabel. No ha sido grato estar expuesta como lo he estado. Lidiar con el acoso de los medios y ver tanta difamación y mentiras. Lo que ocurrió fue un hecho injusto y repudiable. Las razones son muy debatibles. Me secuestraron, y me mantuvieron más de 2 horas aproximadas inmovilizada a la fuerza y expuesta a las miradas de todos los usuarios del metro, de mis compañeros de la universidad que transitan siempre por ahí. De manera arbitraria, yo una mujer, madre, estudiante y artista chilena, fui sometida a un trato violento y desagradable, que es algo que como familia y como sociedad no vamos a aceptar.

El día miércoles 26 de abril se pasaron a llevar los DDHH de mi persona. No estoy exagerando. En el artículo 11 de la declaración universal de los DDHH, se establece que toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se compruebe su culpabilidad. Conforme a la ley y en juicio público en el que se le haya asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. Cosa que aquí no ocurrió.

Se están formulando acusaciones injustas y se tomaron de inmediato medidas arbitrarias, violentas y fuera de proporcionalidad. El artículo 5 de la misma declaración es muy claro. Nadie será sometido a tortura ni a penas ni tratos crueles, inhumanos o degradantes, no hay dos lecturas. Esposada a una baranda, una mujer, exponiéndola al público y provocando hasta un desmayo es injusto, arbitrario y degradante.

Repudiamos el accionar agresivo de los guardias y del personal de la estación, así como rechazamos la actitud fría e indolente de María Irene Soto, Gerenta de cliente de Metro, que dijo en Chilevisión, que lo que ocurrió fue debido a una agresión y esto lo quiero aclarar: quiero aclarar que es muy distinto a defenderse y a discutir que agredir.

La señora Soto dijo además que no se dio en un lugar privado por un tema de transparencia. No entiendo la frialdad y la falta de empatía y criterio de la señora María Irene Soto. Expusieron y dañaron la imagen, la honra y la salud de mi persona y ¿lo hicieron de ese modo para ser transparente? Por favor…

Lo único bueno de esta política de transparencia es que permite conocer el verdadero e inhumano rostro de esta empresa, quizás una de las más importantes a nivel nacional.

Como empresa me negaron el acceso de salida demarcada especialmente para personas con movilidad reducida. Yo estaba medicada con relajantes musculares. Con dolores de espalda, producto de una lordosis crónica que tengo. Al momento del secuestro, por más de una  hora esposada terminé por desmayarme, y no recibí atención tampoco de Metro. La misma gente que estuvo allí me atendió un paramédico y se lo agradezco.

Para finalizar, sé que al denunciar este hecho soy David contra Goliat, pero no por ser ellos una empresa gigante yo una simple artista chilena, tienen el derecho de pasar a llevar mi dignidad como persona. Estos fueron los hechos condenables y junto a mi familia llegaremos hasta las últimas consecuencias. No voy a aceptar las mentiras de la Gerenta, no voy a aceptar las falsas calumnias que se han dicho. Yo fui secuestrada contra mi voluntad, de verdad estoy súper vulnerable y no quiero hablar más”.

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