Pedro Goic, director del Sence: “Los jóvenes nos están forzando a ver el mundo laboral de otra forma”
La máxima autoridad del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo analiza los factores que inciden en torno al desempleo juvenil en el país y señala qué esfuerzos realizan los actores involucrados, que incluye tanto a agentes del Estado como al mundo empresarial.
En América Latina hay 108 millones de jóvenes y 6 de cada 10 que trabajan, lo están haciendo en empleos informales, mientras que en nuestro país la cifra gira en torno al 20%. Si abrimos más esta radiografía veremos que más de 500 mil jóvenes no estudian ni trabajan, 72% de ellos son mujeres.
Según los expertos, las respuestas estás en la educación técnico profesional. Las personas que acceden a ella tienen una ocupación 4 veces mayor que aquellos que sólo completaron la educación primaria. La pregunta es cómo y la temática está preocupando a todos.
Este 31 de mayo se realizará en Chile el “Segundo Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico”. Más de 700 jóvenes, autoridades ministeriales de Chile, México, Perú y Colombia, empresarios, académicos y emprendedores de los cuatro países van a debatir sobre el camino para potenciar la empleabilidad juvenil, y buscar la manera de vincular la visión y necesidades reales de jóvenes y empresas.
Analizamos los factores que inciden en torno a esta problemática con Pedro Goic, director del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence). Uno de ellos sería el escaso complemento que existe entre la trayectoria laboral y la educacional, dado que al tener una educación de corte científico-humanista se incentiva la continuación de los estudios en desmedro del empleo. En entrevista con El Dínamo señala cuáles son los principales desafíos que deben sortear los actores involucrados, así como también la necesidad de que las empresas se acerquen a las salas de clases para mostrar a los alumnos cómo trabajan.
-Las cifras de desempleo juvenil en Chile son el doble de la desocupación a nivel nacional. ¿Cómo lee esa estadística?
-Si bien uno ve que en relación a la experiencia internacional estamos por debajo del promedio, es preocupante porque nos está dando señales de que todos los actores del sistema no estamos haciendo los esfuerzos necesarios para incorporar a más jóvenes en el mundo laboral. Como servicio lo estamos enfrentando con políticas activas de empleo, una de ellas el programa “+Capaz”, cuyo foco está puesto en jóvenes y mujeres porque son los segmentos que más cuesta que se integren al mundo laboral.
-¿Por qué cuesta esa integración?
-Tenemos un problema de base en nuestro sistema educacional. Es parte de nuestra tradición esta lógica de pensar que tú tienes que terminar la escuela, pasar rápidamente a estudios superiores e inclusive estudios post superiores y recién ahí entrar al mercado laboral. Lo que vemos en el mundo desarrollado es que se tienen que ir construyendo trayectoria laboral y de estudios que sean complementarios.
-¿Cómo se puede disminuir ese número?
-El esfuerzo que estamos haciendo a través de “+Capaz” es entregarles las herramientas técnicas a través de un oficio, pero al mismo tiempo habilidades transversales para el mundo del trabajo: aprender a trabajar en equipo, que conozcan los derechos laborales. Ahí la articulación con los liceos técnicos ha sido un espacio importante para que los chicos que quieran salir a trabajar tengan las competencias para enfrentar el mundo laboral y después sigan estudiando, completando sus carreras.
-¿Qué características buscan las empresas en los jóvenes y viceversa?
-Ambos buscan compromiso. Las empresas nos dicen que les interesa que se integren jóvenes porque son innovadores, vienen conectados con las redes, con las tecnologías y eso es algo que necesitan en el desarrollo para modernizarse. Por otro lado, lo que nos piden los jóvenes son empresas que estén dispuestas a apostar por ellos, que no solamente los retribuyan en términos salariales, si no también les ofrezcan un horizonte de desarrollo y perfeccionamiento. Los jóvenes nos están forzando a ver el mundo laboral de otra forma.
-¿Cuál es el escenario de la empleabilidad en regiones?
-Nos encontramos con situaciones bien diversas en cada región. Por eso, nuestro esfuerzo ha sido instalar un sistema de observatorio laboral nacional y en cada una de las regiones para que se pueda ir viendo más en detalle cuál es la realidad. Falta una mayor conexión entre el mundo empresarial y laboral con la realidad educacional para mostrarles alternativas a los jóvenes. A través de los datos que nos van entregando los observatorios vamos teniendo una bajada más territorial de cuál es la realidad en cada región.
-Para toda empresa es relevante la productividad de sus trabajadores. ¿De qué forma se enseña eso a alguien que recién está entrando al mundo laboral?
-Un elemento clave para mejorar la productividad es formar a las personas con habilidades transversales para el empleo. Por otro lado, de parte de las empresas es fundamental tener trabajadores que acojan a estos chicos y chicas que se están integrando, lo que nosotros llamamos “maestros guías”. Además de enseñarles y precisarles los temas técnicos, también los van involucrando en el espíritu y en la cultura de ese espacio de trabajo, que es clave para cualquier persona sentirse acogido en el espacio en que se desarrolla.
-¿Qué esfuerzos se están haciendo a nivel de Gobierno para aumentar la empleabilidad?
-Generamos espacios colaborativos con el Ministerio de Educación, con el Injuv y el Sernam. A partir de estas mesas de trabajo hemos ido mejorando tanto nuestros instrumentos como procesos de articulación laboral, donde estas instituciones, asociaciones gremiales y empresas privadas nos ayudan a una mejor colocación, integrando a los jóvenes que se van capacitando a las bolsas de trabajo. En conjunto con el Ministerio de Educación, en el marco del Consejo Nacional para la Educación técnico-profesional, vamos viendo cómo mejoramos nuestro sistema, cómo lo hacemos conversar con la capacitación y la entrada al mundo laboral.
-Algunos sociólogos indican que falta un sistema de anclaje entre el mundo educacional con el laboral, ¿coincide con esa visión?
-Absolutamente de acuerdo. Por eso estamos haciendo este esfuerzo sobre todo en la educación técnico- profesional que es aquella que proyecta que, una vez terminado los estudios secundarios, se inserte rápidamente al trabajo. Nuestra educación de corte científico-humanista es la que proyecta hacia los estudios universitarios y de más largo aliento. Muchas veces acá en Chile el salario de un técnico supera con creces el de profesional universitario. Acá es clave ligar en los últimos años, sobre todo en tercero y cuarto medio, a los jóvenes con la realidad productiva y establecer contacto directo con las empresas, que ingresen a las salas de clases a contar lo que hacen.