76% de los chilenos aprueba detenciones ciudadanas
La investigación indica que hay una amplia justificación de la violencia, sin importar clase social o ideología política.
Delincuentes golpeado, amarrados a un poste desnudos, expuestos a las miradas. Esas son algunas de las prácticas que se han registrado en el país en las llamadas detenciones ciudadanas, en las que las personas se toman la justicia por sus manos mientras esperan la llegada de la policía.
Sin embargo, la semana pasada se registró un caso dramático: un hombre murió por una supuesta golpiza de pasajeros del Transantiago luego de haber robado un celular al interior de la micro.
Precisamente este fenómeno fue el tema de estudio del Centro de Estudios de Conflictos y Cohesión Social (Coes), el cual reveló que el 76% de los chilenos justifica las detenciones ciudadanas y las golpizas a delincuentes, adelanta La Tercera.
“En Chile los niveles de inseguridad son muy altos y no tienen correlato con los niveles objetivos de seguridad, que en el contexto internacional es bastante bueno. Además, estamos pasando por una crisis de las instituciones que también favorece la aprobación de modos ‘alternativos’ de resolver los conflictos”, explicó Héctor Carvacho, profesor de psicología de la Universidad Católica e investigador del Coes.
Los altos niveles de tolerancia hacia la violencia trasciende la clase social e ideología política. “El apoyo a los linchamientos es mayor entre personas de derecha (81%) y de centro (78%), así como entre personas de clase social subjetiva media (79%) y media-baja (76%)”, señala el estudio cuyos resultados se darán a conocer durante la jornada.
Además, el el 88% de las personas cree que los jueces deberían dar condenas más largas a quienes cometen asaltos.
Con respecto a la violencia laboral y familiar, el análisis arroja que hay altos niveles de aceptación y naturalización. Por ejemplo, un 49% de los entrevistados consideró muy o extremadamente violento que un empleador le grite a su empleado por un trabajo mal hecho, mientras que un 51% no lo consideró muy violento. A nivel familiar, un 38% de los encuestados dijo que era muy violento o extremadamente violento que una madre le pegue una palmada a un niño que rompió el vaso que tenía prohibido tocar.