Sólo la mitad de las farmacias populares se abastece a través de Cenabast

Cuando en octubre de 2015 se comenzaron a implementar las denominadas Farmacias Populares, con la apertura de la primera de ellas en Recoleta, se prometió a los pacientes poder acceder a los medicamentos a precios mucho más convenientes que en las farmacias de las grandes cadenas.

La principal razón para esta diferencia de precios se explicaba en gran medida por la compra de fármacos e insumos que harían las municipalidades a la Central Nacional de Abastecimientos (Cenabast), entidad que gestiona la compra de fármacos para 586 establecimientos, incluyendo centros de atención primaria, hospitales y otros centros de salud.

Este gran volumen de compra permite a Cenabast obtener mejores ofertas y precios de parte de los laboratorios en comparación con la compra directa que puede hacer cada uno de los municipios.

Sin embargo, a junio de 2017, sólo el 53% del total de farmacias populares usaban el servicio de intermediación de Cenabast. Según datos recogidos por El Dínamo, esto equivale a 72 farmacias de las 135 registradas en el Instituto de Salud Pública.
En 2016, por su parte, Cenabast intermedió la compra de productos para 56 Farmacias Populares.

El resto de las farmacias compra directamente a los laboratorios, perdiendo el poder de negociación por volumen, lo que se traduciría en mayores precios de venta al público.

¿Cuáles son las razones para que las municipalidades tomen un camino distinto a la compra a través de Cenabast?

Los establecimientos públicos de salud pueden adquirir los insumos y medicamentos que necesitan sus pacientes a través de dos vías: comprando directamente a los laboratorios, o haciendo su pedido a Cenabast, para que ésta lo incluya en las adquisiciones que realiza para todo el sistema.
A través de Cenabast, según la Cuenta Pública 2016 de esta institución, los organismos públicos consiguen un precio 30,11% menor en las compras que si compraran los mismos medicamentos directamente a los laboratorios. Esto se tradujo durante 2016 en un ahorro de $67.007 millones para las arcas fiscales.

De esta manera, durante 2016 la Central de Abastecimiento asesoró y acompañó a los municipios en el proceso de abastecimiento de sus Farmacias Populares y desarrolló en colaboración con ellos una canasta de cerca de 500 productos farmacéuticos en formato de venta al público.

En la Región Metropolitana hay actualmente 40 Farmacias Populares, ubicadas en las comunas de Recoleta, San Ramón, Huechuraba, Talagante, Providencia, Ñuñoa, Lo Prado, San Joaquín, Puente Alto, Santiago, Macul, Peñalolén, Independencia, La Reina, Buin, Conchalí, San Bernardo, María Pinto, La Florida, La Florida, Estación Central, Maipú, Colina, El Bosque, Isla de Maipo, La Pintana, La Granja, Pudahuel, La Cisterna, Peñaflor, Padre Hurtado, Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, Melipilla, Renca, Quinta Normal, Quilicura, San Miguel, Vitacura y Renca.

Sin embargo, a pesar de que se impulsan las compras a través de Cenabast, el porcentaje de cumplimiento de Cenabast a fines de 2016 fue de un 81%. Es decir, de cada 10 medicamentos que los centros de salud compraban a través suyo, llegaban a destino ocho.

“Las farmacias comunales, al contrario de lo que han publicitado los alcaldes, están comprando en forma directa a los laboratorios, y eso significa que deban negociar precios de compra que están sujetos a discriminaciones dadas por volumen u otros esquemas, siendo probable que estos sean muy cercanos a lo que obtienen, por ejemplo, las farmacias independientes y las de cadena”, dijo en abril a El Mercurio Juan Pablo Morales, químico farmacéutico y director ejecutivo de la ONG Políticas Farmacéuticas.

Víctor Barberis, jefe del Departamento de Finanzas de Cenabast, comenta a El Dínamo que el volumen de demanda de las farmacias populares es marginal respecto al total de la intermediación de Cenabast, ya que lo que consumen es muy poco. Por esta razón, la intermediación de productos médicos de las farmacias populares no tiene deuda.

Aumenta demanda de medicamentos

Según datos de Cenabast, el año pasado la demanda de las Farmacias Populares fue de 588 productos, equivalentes a un volumen de abastecimiento de $725 millones. En 2017, son 500 los productos demandados, con un total de $2.200 millones. Desde Cenabast comentan que este aumento, a sólo dos años de funcionamiento de estas farmacias, refleja que su implementación se va a ir asentando en el tiempo. Reconocen, además, que los municipios han hecho un trabajo más detallado para definir los productos que necesitan y el público al que atienden.

Respecto a las municipalidades que aún mantienen deuda con la Central de Abastecimiento, Barberis explica que esta situación no impide que los municipios accedan al proceso de intermediación para abastecer a sus farmacias, tras establecer convenios de pago por vía directa o judicial.

El modelo actual de funcionamiento de Cenabast, implementado desde 2011, determina que cada centro de salud fija un “carrito de compra” de los productos que necesita y hace llegar dicha lista a Cenabast, quien a través del proceso de intermediación compra a los laboratorios. Luego, Cenabast o los mismos laboratorios distribuyen los insumos a los centros de salud y facturan directamente con estos últimos.

“La deuda que se refleja es del modelo anterior, en que Cenabast compraba para vender, y que solamente se va renovando”, aclara Barberis.

Según cifras entregadas a El Dínamo, al 30 de junio de 2017, los centros de salud (clientes) le adeudaban a Cenabast $25.600 millones, mientras que Cenabast debe $29.950 millones.
El presupuesto de Cenabast para el año 2017 es de $11.345.082.000, cifra con la que se financia la operación de esta institución.

Respecto al porcentaje de cumplimiento de Cenabast, en el que 8 de cada 10 productos son entregados a los centros de salud, desde dicho organismo explican que es muy difícil tener un cumplimiento total y que este margen tiene que ver con las licitaciones que realizan, las que son a gran escala y muchas veces se declaran desiertas.