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Actualizado el 18 de Julio de 2017

La explicación de por qué el desempleo es menor en los inmigrantes

En Chile, durante 2015, el desempleo entre los extranjeros llegó al 5,8%, mientras que, en ese mismo periodo, el porcentaje entre los chilenos alcanzó el 7,9%.

Por Noemí Arcos
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Chile es uno de los cinco países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) donde el desempleo de los inmigrantes es más bajo que el de los nacidos en territorio nacional. Así lo revela el informe “Perspectivas de desarrollo mundial 2017: La migración internacional en un mundo cambiante”.

En Chile, durante 2015, el desempleo entre los extranjeros llegó al 5,8%, mientras que, en ese mismo periodo, el porcentaje entre los chilenos alcanzó el 7,9%.

En el informe Análisis del empleo inmigrante en Chile, Juan Bravo, analista senior del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Clapes UC) determina que entre los factores económicos clave que determinan la inmigración está la búsqueda de un mejor pago por el trabajo realizado, lo que suele darse en países con mayores ingresos. Dado que Chile tiene un ingreso per cápita superior a la gran mayoría de los países cercanos geográficamente, no sorprende que la gran mayoría de los inmigrantes venga de países latinoamericanos de menores ingresos.

“Esto muestra que una parte de los inmigrantes están llegando para realizar trabajos que los chilenos están menos dispuestos a hacer, lo cual está en línea con los patrones encontrados en los países que aumentan su nivel de desarrollo, de acuerdo a la evidencia empírica internacional. Las cifras revelan también que la proporción de inmigrantes empleados en trabajos que requieren alta calificación es muy similar a la de los chilenos”, concluye el estudio del académico UC.

Los datos muestran que los inmigrantes representan una proporción más alta en empleos de servicio doméstico, especialmente puertas adentro, que otras categorías ocupacionales.

De acuerdo a estimaciones recientes, en Chile habría cerca de 470 mil migrantes permanentes, lo que correspondería al 2,7% de la población nacional. De ellos, una de las principales motivaciones para migrar serían las laborales.

Según datos del Departamento de Extranjería y Migración y la Casen 2013, el 66% de los inmigrantes en el país tiene entre 20 y 50 años y la mayoría llega a nuestro país por razones laborales. Además, en promedio, cuentan con más estudios que la población local. El 72% de las visas otorgadas en 2015 fue de empleo.

De acuerdo a cifras de la PDI, en febrero de este año, 220.264 extranjeros concurrieron durante 2016 al Departamento de Extranjería de la PDI para acreditar su residencia en el país. Gran parte declaró ser empleado, estudiante, asesora del hogar y obrero. El balance también da cuenta de que la mayoría vive en la Región Metropolitana y se distribuyen en las comunas de Santiago, Las Condes, Estación Central y Recoleta.

Dentro de estas cifras destaca: 18.660 haitianos indicaron ser empleados, lo que equivale al 75% de los residentes que ingresaron el año pasado. Más de 23 mil peruanos, 20 mil colombianos y cerca de 9 mil bolivianos afirmaron ser empleados de algún servicio u organismo. Las demás personas de estas nacionalidades dijeron trabajar como obreros de la construcción y asesoras del hogar, junto con estudiantes escolares o superiores.

Respecto a las labores que realizan, estudios cualitativos muestran que, por ejemplo, los bolivianos en el norte de nuestro país se dedican principalmente al trabajo agrícola; los ecuatorianos se enfocan en el área de la medicina, y los dominicanos, a la estética. Las trabajadoras ecuatorianas y bolivianas han reemplazado en cierta medida a las peruanas en el nicho del servicio doméstico. Los peruanos, por su parte, se han especializado en la construcción y el comercio, junto a la gastronomía.

El informe de la UC señala además que la inmigración ha tenido un impacto pequeño, pero positivo en el crecimiento de las economías OCDE a través de un incremento en la productividad al permitir un traspaso de los trabajadores locales a empleos de mayor productividad, ya que algunos de los empleos que requieren baja calificación son ejercidos por inmigrantes, y por la vía del capital humano, ya que los inmigrantes de alta calificación pueden aportar a la investigación, la innovación y al progreso tecnológico.

La regulación migratoria que existe actualmente en nuestro país es el Decreto Ley N° 1094 de 1975, que fue elaborada en plena dictadura y pone restricciones a la migración al considerarla una amenaza a la seguridad nacional. Así, se impide el ingreso al territorio nacional de aquellas personas “que no tengan o no puedan ejercer una profesión u oficio, o que carezcan de recursos que les permitan vivir en el país”. De esta manera, según información de Sence, los residentes sujetos a contrato son personas que llegan al país luego de haber celebrado un contrato de trabajo, al que darán cumplimiento en el país.

Según información de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Chile, en América Latina y el Caribe, Chile se ha convertido en un nuevo polo de atracción de un grupo heterogéneo de migrantes.

Aún cuando existen otros factores que motivan a las personas a trasladarse de un país a otro, como sucede a las personas que huyen de conflictos, violencia e inseguridad, encontrar empleo se convierte inevitablemente en un aspecto importante en alguna etapa del proceso migratorio.

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