VIDEO | Las nueve frases más crudas del estudiante que empujó y casi mató a fiscalizador del Transantiago

El pasado 15 de junio la fiscalizadora del Transantiago, María Angélica Varas, fue empujada por un estudiante desde un bus hacia la calle, para luego caer y ser atropellada por otra máquina. Esto, luego de que el joven sostuviera una discusión por evadir el pasaje y tener una pelea con los funcionarios.

A más de un mes y medio de lo ocurrido, el responsable, Pablo Alarcón, habló por primera vez con la prensa donde asumió su responsabilidad.

Fue al programa Informa Especial de TVN donde el joven dio su testimonio desde la cárcel Santiago I, donde se mantiene cumpliendo la medida cautelar de prisión preventiva mientras dure la investigación. Allí entregó su versión de los hechos e hizo un mea culpa por lo ocurrido, asegurando que el hecho de estar preso es “justicia divina”.

A continuación, algunas frases más destacadas de su testimonio:

“Yo cuando pasé mi tarjeta no tenía saldo y ahí yo empecé a hablar pacíficamente”. 

“Yo no soy un evasor, es cosa de ver el historial de mi tarjeta, que dice que yo la cargaba constantemente y que pagaba. Yo cuando pasé mi tarjeta (en la fiscalización) no tenía saldo y ahí comencé a pedir pacíficamente que me dejaran pasar, porque estaba apurado y tenía un trabajo importante”.

“La fiscalizadora me dijo que no, que no me iba a dejar pasar. Me lo tomé como algo personal y la discusión empezó a subir de tono“.

“Cuando voy saliendo del paradero hacia el Metro, me devolví y empujé a una fiscalizadora que en verdad no tenía nada que ver con la discusión. No sé si tengo un porqué, sólo puedo decir que estoy arrepentido de lo que hice y que ojalá algún día ella y su familia me perdonen”.

“Sólo vi la chaqueta roja, la identifiqué como fiscalizadora y concentré mi rabia“.

“Recuerdo haber puesto mis manos en la cabeza y haber dicho que no quería hacer eso, que la había cagado. Vi mi vida pasar frente a mis ojos porque pensé instantáneamente que había muerto. Me vi en la cárcel”.

“El cargo de conciencia me va a acompañar toda la vida. Nunca pensé que iba a llegar acá”.

“Me gustaría poder terminar mis estudios y trabajar, ejercer mi profesión y tener una indemnización hacia ella. Si es que mi sueldo se tiene que amarrar a algún porcentaje no tengo problema con eso“.

“No está mal que yo esté preso, es justicia divina. Estoy pagando mis actos. Soy mayor de edad y respondo por eso. Espero que algún día me puedan perdonar”.