Reforma previsional: las dudas que rodean la propuesta del Gobierno
En un tiempo récord se espera aprobar este paquete de medidas, el cual no se pronuncia en profundidad frente a temas tan relevantes como – por ejemplo- el sistema de pensiones de las Fuerzas Armadas y de Orden, y el aumento de la edad de jubilación.
Un abanico de iniciativas presentó la Presidenta Michelle Bachelet con miras a reformar el actual sistema de pensiones. Dentro de éstas, se destacan principalmente tres: el incremento en un 5% de las cotizaciones (será pagado por el empleador), la creación de un organismo estatal para administrar estos nuevos recursos y la conformación de un Fondo de Ahorro Colectivo.
No obstante, las últimas encuestas, tal como la que realizó Criteria Research, dejan de manifiesto que las personas prefieren elegir qué entidad sea la que administre sus fondos, e incluso confían en que las AFPs lograrían más rentabilidad que el Estado.
“La gente tiene la percepción de que si esto lo hiciera el Estado, de partida; habría un riesgo de que los dineros se gasten muy rápido y que el Estado a futuro no pueda cumplir con los compromisos de pago de pensiones, como pasa en gran parte del mundo donde tienen sistemas de reparto y que están quebrando o están desfinanciados, y si están desfinanciados no les queda más que seguir elevando las tasas de contribución o bajando los beneficios”, explicó José Luis Ruiz, académico de la Facultad de Economía y Negocios, y director del Máster en Finanzas de la Universidad de Chile, al igual que ex integrante de la Comisión Bravo.
Además, el académico de la Universidad de Chile agregó que “lo único seguro es que se va a gastar más al crear un nuevo ente. No tienes garantizado que vayan a mejorar las pensiones, porque no es seguro que la rentabilidad vaya a ser mejor que la de las AFPs. En general, el Estado en todo el mundo hace las cosas de manera más ineficiente que el sector privado. Entonces, es muy difícil pensar que lo pueda hacer tan bien”.
La Comisión Bravo y las sugerencias que quedaron en carpeta
El paquete de medidas, que presentó la Presidenta Bachelet el 10 de agosto, no incluye diversos aspectos claves que fueron planteados por la Comisión Bravo, lo cual –probablemente- se debe al deseo de aprobar éste en un tiempo récord, antes de que termine su Gobierno.
Dentro de dichos puntos, se destaca la poca profundidad de los cambios asociados a los sistemas previsionales de las Fuerzas Armadas y de Orden, pues sólo se evaluarán modificaciones de forma y no de fondo, como –por ejemplo- con respecto a las comisiones que asignan las pensiones a las personas con alguna enfermedad, con miras a que éstas cuenten con un carácter técnico e independiente, y sobre todo que consideren los mismos criterios que se usan con los civiles al momento de entregar una pensión de invalidez.
Por otro lado, un tema para nada popular, aunque muy necesario –de acuerdo a los expertos- es la discusión acerca del aumento de la edad de jubilación. “Sé que es un tema complejo, mucho más si se discute en medio de una campaña presidencial, pero en eso consiste el liderazgo; en poder plantear los problemas aun cuando sean complejos. Y yo creo que este tema tiene que estar en el menú de las soluciones aunque no les guste. En el fondo, hay que explicar por qué, además no solamente se trata de subir la edad para jubilar, sino de todos los mecanismos que deberían acompañar ese proceso para que la gente pueda preparase y tener herramientas”, destacó David Bravo, economista, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, y ex presidente de la Comisión Bravo.
Sin embargo, no todo se solucionaría con incrementar la edad de jubilación, pues hay otros aspectos relativos al mercado que contribuyen considerablemente al problema del bajo ahorro y que de no tratarse seguirán desfavoreciendo a algunos chilenos.
“El tema de las bajas pensiones es un espejo del mercado laboral. Uno no le puede atribuir las bajas pensiones a las AFPs, porque en cuanto a la gestión del ahorro, las rentabilidades que han conseguido han sido reconocidas por distintas organizaciones, entre ellas la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Muchos estudios muestran que en Chile hay un grueso de la población que tiene bajos salarios, y por lo tanto, es muy difícil que consigan buenas pensiones. Además, a esto se suman los periodos donde no hubo contribuciones: las ‘lagunas previsionales’, y que igualmente influyen en las bajas pensiones”, analizó José Luis Ruiz.
Y a este escenario, se añade otro factor: las brechas salariales entre hombres y mujeres. Esto, considerando que estas últimas ganan en nuestro país entre un 25% y 30% menos de sueldo que su par masculino, realizando las mismas funciones. Entonces, por un lado, las mujeres tienen una expectativa de vida más alta; y por otro, perciben salarios inferiores. Ambas situaciones que, según los expertos, también inciden en la obtención de bajas pensiones, y por lo mismo, deberían ser estudiadas y abordadas en un contexto de reforma al sistema previsional.