La olvidada carta de Ricardo Lagos donde explica su defensa al secreto de 50 años del informe Valech I

En medio de la discusión que se realiza en el Congreso sobre levantar el secreto judicial del informe Valech I, el ex Presidente Ricardo Lagos ha salido a defender la prohibición legal de entregar detalles del documento en 50 años.

Durante la entrevista con Ahora Noticias, Lagos recalcó que “me parece injusto que se hable de un pacto de silencio, que sin duda que lo hay en otras partes, pero yo no soy parte de un pacto de un silencio, y no lo he sido nunca“.

“El silencio es para proteger a la víctima, para ayudar a quien ya fue torturado pero que no quiere compartir las humillaciones con el resto… si usted no le garantiza silencio a una mujer que ha sido violada ¿ella se iba a atrever a contar?”, expresó el ex Mandatario.

Esta no es primera vez que Lagos sale a defender su postura. Hace dos años, por primera vez, el ex Mandatario relató que -o mejor dicho quien- fue la razón para mantener el informe en secreto.

A través de una carta al diario El Siglo, fechada el 3 de julio de 2015, el ex Presidente se dirige al director del medio, Fernando Quilodrán, para desmentir parte de un artículo publicado el 19 de junio del mismo año, en donde se asegura que el otrora Presidente de la República entre 2000 y 2006, debió “negociar secretamente con el ex General del Ejército Juan Emilio Cheyre” y que de esta conversación se habría adoptado el veto de 50 años.

Ante esta situación, Lagos expresó que “jamás se me pasó por la mente la posibilidad de un convenio entre un Presidente de la República de Chile y un Comandante en Jefe del Ejército” y que “la razón por la cual se estableció la reserva de confidencialidad en el Decreto (no una ley) que crea la Comisión sobre Prisión Política y Tortura, llamada Comisión Valech, fue que aquellos que iban a denunciar habían sido objeto de torturas, por respeto a su dignidad humana, se le garantizaba un secreto por treinta años a lo que ellos declararan”.

“Deseo explicar las razones de por qué los treinta años de reserva al final fueron cincuenta años“, agrega la misiva. ”

Estando por concluir el trabajo de la Comisión una mujer imperiosamente pidió hablar conmigo. Al final se le dio la audiencia. Entró a mi despacho y me dijo: ‘Presidente, usted puede ver que soy todavía joven. Me torturaron reiteradamente cuando tenía 15 años. Sufrí todo tipo de vejámenes, incluyendo violaciones de distinto tipo'”.

Acto seguido agregó que ‘yo espero estar viva todavía cuando tenga 80 años y no quiero que mientras esté viva mis nietos conozcan esas atrocidades que sufrió su abuela. Treinta años son insuficientes y por eso le pido a usted extender la privacidad de mi declaración durante 50 años’.

En esa línea, Lagos indicó que “debo reconocer el impacto que me produjo ese argumento. La fuerza con que habló esta mujer que se quebró al recordar las torturas. Recapacité y resolví que en lugar de treinta años deberían permanecer como declaraciones confidenciales durante cincuenta años”.

“No era para proteger a los militares, pues bastaba y basta hasta hoy que esa misma declaración se haga ante todos los Tribunales Lamento tener que hacer esta aclaración, pero la verdad histórica es la que debe prevalecer“, concluye la carta.