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Actualizado el 6 de Octubre de 2017

Lengua de Señas llega al mundo de las telecomunicaciones

Gracias a un acuerdo de colaboración, la ASOCH está capacitando al equipo de ventas de Entel para que brinden un mejor servicio a la comunidad sorda.

Por Redacción EL DÍNAMO
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Chile es uno de los países de Latinoamérica con una mayor penetración de teléfonos móviles. De hecho, según eMarketer, se estima que hay cerca de 7,9 millones de usuarios de smarphones, es decir, alcanza a un 45% de la población. Sin embargo, estas cifras tan altas no implican que el servicio que reciban las personas cumpla con sus expectativas, en especial cuando los clientes ven notables barreras, tal como sucede con la comunidad sorda.

Con respecto a esto último, no sólo nos referimos a la complicación evidente que conlleva para ellos el uso de un teléfono, sino también a los problemas a los que se ven enfrentados al momento de ir a una tienda e intentar adquirir un equipo. Esto, pues sabemos que en Chile la Lengua de Señas no es de dominio masivo, y aunque parezca extraño, tampoco lo es dentro de las áreas de atención al cliente de las distintas empresas.

Felizmente, esta situación adversa está cambiando, ya que hace más de un año la ASOCH (Asociación de Sordos de Chile) y la compañía Entel firmaron un acuerdo de colaboración que implica –entre otras iniciativas- la capacitación en Lengua de Señas del personal de ventas de la empresa de telecomunicaciones, dando el puntapié inicial en cuanto a la inclusión en esta materia.

El impacto de una buena acción

La sucursal de ventas de la Torre Entel, la más grande de la compañía, recibía muchos miembros de la comunidad sorda, a quienes intentaban atender de la mejor forma posible, entre gestos y señas, pero sin las herramientas de comunicación necesarias para brindar un buen servicio.

En vista de ello, y como parte también de un interés personal, Iris Sanhueza, ejecutiva comercial de dicha oficina, se inscribió en 2015 en un curso de Lengua de Señas, la cual la fue cautivando a tal punto que siguió perfeccionándose y hoy la tiene estudiando para ser intérprete.

Pero la historia de Iris se remonta a su época escolar, cuando aprovechaba los trayectos al colegio para estudiar Lengua de Señas por medio de un libro. De esta manera, aprendió algunas frases que la ayudaron -en un principio- a atender a los clientes sordos, quienes valoraron este esfuerzo y se encargaron de correr la voz sobre la existencia de una vendedora que “algo sabía”, según relató Iris.

No obstante, esto no fue suficiente para esta colaboradora, y entonces -gracias a la recomendación de los mismos clientes- fue que decidió empezar a estudiar esta lengua de manera formal, sin sospechar que esta acción culminaría en un proyecto de gran envergadura, uno que se tradujo en las capacitaciones a la Fuerza de Ventas de Entel y mucho más.

“De verdad se hizo un proyecto muy lindo y la comunidad sorda lo agradece un montón, y lo gratificante es que en un inicio lo hice sólo por querer ayudar. Además, Entel marcó un precedente con lo de la Lengua de Señas, pues sirvió para que otras compañías se dieran cuenta de que también tenían una falencia y de que podían aplicar esta lengua”, detalló Iris Sanhueza.

 Más que un proyecto

A través de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), Entel corroboró las necesidades de la comunidad sorda en este ámbito y se enteró que –justamente- en una de sus sucursales existía una trabajadora que estaba tomando acciones al respecto. En vista de ello, y con el fin de hacerse cargo de las tareas pendientes en esta materia, decidió unir fuerzas con la Asociación de Sordos de Chile (ASOCH).

A partir de esto, ya no sólo sería Iris Sanhueza quien manejaría la Lengua de Señas, sino que muchos de los colaboradores del área de ventas de Entel, gracias a que se destinaron cupos para los cursos que dicta la ASOCH.

“Esta iniciativa fue muy bien recibida. De hecho, tenemos los cupos llenos. Están todos muy motivados con aprender, en empoderarse con nuestros clientes y darles una solución. Nuestra idea es poder desplegar esto –de forma presencial- en todas las regiones del país. Entonces, partimos por Santiago, pero luego lo queremos expandir”, destacó Manuel Peña, jefe de sustentabilidad y comunidades de Entel.

Pero esta alianza ha dado muchos más frutos, pues también se está analizando en conjunto la mejor manera de que los planes de teléfono respondan a las necesidades reales de la comunidad sorda, entre otras medidas.

Avances y desafíos en inclusión

La Asociación de Sordos de Chile (ASOCH) nació en 1926 y tiene por objeto social (Estatuto 2012) la promoción y defensa de los derechos culturales y lingüísticos de los sordos. Actualmente, cuenta con alrededor de 300 miembros activos y tiene como presidente a Gustavo Vergara, quien además es gestor de la RED CHILE SORDOS e instructor de Lengua de Señas Chilena y Cultura Sorda, y por lo mismo, es el encargado de impartir las capacitaciones a los ejecutivos de Entel.

En relación a esto último, Vergara señaló que “ha tenido un enfoque centrado específicamente en el desarrollo de competencias para la adecuada atención de clientes sordos, siendo por ello en un principio los funcionarios del área de atención al cliente los primeros estudiantes, pero los resultados han sido tan positivos que ellos mismos incentivaron una mayor participación, por lo que la capacitación se ha extendido a funcionarios de Entel de otras áreas”.

Frente a estos buenos resultados, el líder de la asociación agregó que “Entel es una empresa pionera y líder en su rubro –justamente- gracias a su innata habilidad de innovar. Estamos seguros que con estos magníficos resultados serán muchas las empresas que verán en esta iniciativa un modelo a seguir, trabajando codo a codo junto a las organizaciones sociales de personas con discapacidad para hacerse accesibles en todos los niveles”.

Si bien, esta alianza ha sido beneficiosa para ambas partes, e incluso ha puesto en la palestra los desafíos en telecomunicaciones con miras a dar una solución a la comunidad sorda, aún falta mucho camino por recorrer como país en materia de inclusión.

“Chile tiene una deuda enorme consigo mismo, puesto que durante toda la historia anterior a la adopción de la Convención de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), nuestros derechos fueron vulnerados permanentemente y a la vista de todos. Por ello, creo que el mayor avance ha sido en el ámbito cultural, el cambio de la visión médico asistencialista de la discapacidad a una visión de derechos, y ese cambio es propio del siglo XXI, por lo cual toca a nuestras generaciones consolidar el cambio”, resaltó Gustavo Vergara.

 

 

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