Bachelet no olvida el episodio Te Deum y envía mensaje en el Día de las Iglesias Evangélicas
La Presidenta volvió a encontrarse con representantes de este sector tras la polémica que ocurrió durante la ceremonia de septiembre.
Esta mañana se celebró en el Palacio de La Moneda el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes de Chile, ceremonia que se llevó a cabo a casi dos meses del Te Deum donde la Presidenta Michelle Bachelet se retiró indignada por el recibimiento que tuvo y las críticas que lanzaron a su agenda valórica.
La mandataria se reencontró con representantes de este sector a quienes envió un claro mensaje rechazando las “expresiones de intolerancia” y destacó el rol de las Iglesias en la sociedad.
“Si hoy como cada año celebramos este día es porque el valor de las Iglesias Evangélicas y Protestantes va más allá de ser la manifestación de la fe de una amplia parte de nuestra familia (…) es también porque ellas, dentro de cada uno de los distintos templos, construye un espacio de comunidad, de valores comunes, de apoyo, y de anhelos que de bien para nuestra tierra. Eso es lo que reconocemos y celebramos hoy”, manifestó.
Seguido a eso, sostuvo que “el sólo hecho que estemos reunidos aquí simboliza la disposición de un país que valora las diversas expresiones de fe y su rol en el ámbito de lo público. Chile protege la libertad religiosa de sus habitantes en un plano de igualdad y de respeto. Hemos logrado que los valores de los distintos credos religiosos, y también de quienes no profesan ninguno, convivan en el espíritu de amistad cívica”.
“Hemos aprendido que la expresión respetuosa de las convicciones le hace bien a nuestra Patria y nos enriquece como sociedad. Es esa la razón por la que nuestra institucionalidad ha ido abriendo los espacios para que la fe protestante pueda llegar con su mensaje de esperanza, de consuelo y orientación a los distintos espacios de nuestra cotidianidad”, agregó.
En esa misma línea, destacó que “el diálogo democrático entre las personas ha sido el entramado que sostenido nuestro país y en el que nos apoyamos para hacer de Chile una sociedad más abierta, respetuosa y protectora, particularmente de los más vulnerables. Hemos ido progresivamente haciendo de esta Patria un lugar donde cada hombre y cada mujer puede decidir y vivir sus valores y sus creencias con libertad y sin miedo, con el único requisito de respetar las decisiones, valores y creencias del resto y de su convivencia democrática”.
“El espacio público es por definición el espacio común que nos hemos dado como ciudadanía, y en él las expresiones de intolerancia no tienen cabida porque todas las personas somos parte de él”, concluyó.