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Actualizado el 4 de Junio de 2018

Karen Rojo, el historial de la alcaldesa que mandó a callar a Evo Morales y compró droga en la calle

La edil de Antofagasta tiene un largo historial de polémicas desde que asumió su cargo en 2012 y fuera reelecta cuatro años más tarde. De Evo Morales a Felipe Berríos incluyen sus enfrentamientos.

Por Daniel Martí­nez G.
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“Es linda por dentro y por fuera”. Con esas palabras, el ex presidente Sebastián Piñera piropeaba a la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, en diciembre de 2016, al asumir su segundo periodo como la máxima autoridad de la “perla del norte”.

“Por fuera por lo que estamos viendo y, por dentro, porque es una mujer que quiere a Antofagasta con todo el corazón”, agregaba el ex mandatario.

Rojo -químico farmacéutica de 37 años, independiente dentro del pacto de derecha y piñerista- volvía a instalarse en el sillón municipal con la más alta mayoría de la comuna, siendo una de las más jóvenes que ganó en ese proceso eleccionario, tras haber sido secretaria regional ministerial de Salud durante el gobierno del líder de Chile Vamos, a donde debió renunciar obligada por la Contraloría al objetarle que no contaba con estudios para la salud pública.

Pese a ello, el cargo le dio notoriedad para luego competir con la entonces alcaldesa Marcela Hernando -quien luego asumió como diputada de la zona-. Pero desde entonces, Rojo fue acumulando varias polémicas. Primero, tuvo un largo proceso de instalación, donde varios de sus cercanos fueron renunciando o fueron removidos.

Más tarde fue criticada por el estilo “reality show” que le estaba dando a su gestión. Rojo condujo unos miniprogramas en la televisión local, donde entrevistaba gente y hablaba de los proyectos municipales. Sus críticas decían que era como el reality de la alcaldesa.

Desalojo de campamentos

En septiembre de 2015, la alcaldesa se enfrentó con la comunidad y con el sacerdote jesuita Felipe Berríos. La edil firmó un oficio en el que ordenaba el desalojo de 26 asentamientos informales de la comuna, uno de ellos el “Luz Divina”, donde reside hasta hoy el religioso.

Desalojar los campamentos es una locura porque son seres humanos, familias que adónde van a ir. Hay un error. Desde el punto de vista de justicia social, de respeto a la persona, desde un punto de vista práctica, esta es una medida inaplicable”, le criticó Berríos a la autoridad comunal.

Karen Rojo también debió hacer frente a la llegada de inmigrantes a Antofagasta, principalmente colombianos, quienes han ido a parar a campamento y tomas en los cerros de la comuna. Hoy sobrepasan el 5% de la población, una de las tasas más altas del país. Ante esto, la alcaldesa ha tenido una opinión dura que le ha generado críticas.

“No quiero en la comuna de Antofagasta guetos de pobreza y lamentablemente la población que está llegando está generando serios problemas, que si no los tocamos a tiempo, esta situación va a ser irreparable”, dijo a Emol hace un año. “No puedo dejar pasar hechos que pasaron en la comuna de Antofagasta, como por ejemplo dos casos de asesinato”, agregó.

Las polémicas de la edil también cruzaron la frontera. “¿Por qué no te callas?”, mandó a decirle Rojo al Presidente Evo Morales, en medio del diferendo marítimo ante La Haya. “Las actitudes suyas sólo destruyen el esfuerzo que hemos generado como país a quienes huyen de la situación en la que usted tiene al pueblo boliviano”, le dijo en un video que colgó en sus redes sociales.

“Ya, dame falopa”

El último episodio fue la mediática ordenanza que permite multar a las personas que duermen en la calle -además de limpiaparabrisas y vendedores ambulantes sin permiso-, lo que podría afectar a personas en situación de calle. La medida, en todo caso, no fue bien recibida teniendo en cuenta que quien duerme en la calle no lo hace por opción.

Ella se defendió: “Si por una vez una vez persona que tiene un domicilio fijo se queda dormida en la plaza, los inspectores no le van a sacar una multa. Pero si una persona lo toma como algo constante, que le gusta vivir y hace sus necesidades públicas en un jardín donde están los niños jugando, esa persona merece una multa”.

Consultada respecto de qué persona podría preferir dormir en la calle teniendo una casa, la alcaldesa explicó que “aunque no lo crea, hay gente a la que no le gusta llegar a su casa y le gusta dormir en las plazas, porque tienen problemas en sus casas, porque encuentran más cómodo o bonito vivir en un parque“.

El martes, durante su defensa de la medida que pretende multar con $250 mil a personas que duerman en la calle, la alcaldesa reveló que había comprado droga en la calle durante una fiscalización que había hecho en la noche: “Ahí supe lo que es la falopa y la cocaína. Le dije: solamente tengo seis lucas y me dijo ya, tengo falopa no más y le dije yo ya, dame falopa”.

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