Las amenazas de renuncia que rondan al Frente Amplio tras las elecciones
Varias organizaciones que componen el bloque ya cerraron la puerta a un eventual acuerdo con Guillier para la segunda vuelta. Este hecho podría provocar salidas.
A fines de enero el Frente Amplio cumplirá un año de vida. Fue un periodo donde sus dirigentes debieron buscar firmas para constituirse como partidos, levantar una figura mediática como candidata presidencial, inscribir unas primarias con tibia participación popular y levantar cartas parlamentarias a lo largo del país pensando en integrar una bancada del bloque desde marzo próximo.
Y 2018 continuará en movimiento. Terminado el periodo electoral -donde las encuestas vaticinan que Beatriz Sánchez no pasará a segunda vuelta-, el bloque deberá tomar decisiones importantes que en la interna ya se están definiendo para determinar un camino a seguir, sobre todo en la eventualidad de que se avance en un acuerdo de algún tipo con la candidatura de Alejandro Guillier para el balotaje.
La idea de un plebiscito interno ha ido tomando fuerza. Sin embargo, el problema que enfrenta el bloque es que las organizaciones que lo componen aún no tienen una definición común y, en algunos casos, es totalmente opuesta respecto a qué hacer. El Dínamo conversó con los 13 partidos y movimientos que componen el Frente Amplio, quienes el miércoles pasado avanzaron en una determinación concreta: serán oposición con Guillier o con Sebastián Piñera en La Moneda.
Al menos tres de estas organizaciones desechan cualquier posibilidad de un acuerdo con el oficialismo, mientras que el resto postula que deben estudiarse las condiciones para evitar que el líder de la derecha regrese a La Moneda y no se retroceda en avances sociales. “Preferimos ser oposición de Guillier que de Piñera, hay que ser responsables socialmente”, dice Lucy Ovando del Movimiento Democrático Progresista.
En lo que sí hay coincidencias hoy es en que no se negociarán cargos. A mediados de octubre, Izquierda Autónoma presentó al bloque un documento con una propuesta de tres puntos para un eventual acuerdo en el balotaje, pensando en que Sánchez no logre llegar a esa instancia: que haya postura única del Frente Amplio, no haya posibilidad de cargos y una serie de mínimos programáticos.
“El Frente Amplio debe ser quien imponga los términos y no responder a las condiciones de la Nueva Mayoría”, explica Francisco Figueroa, coordinador de la IA. La mayoría de los dirigentes coincide en que cuatro puntos programáticos son esenciales: el término de las AFP, recuperación de las aguas, condonación del CAE y medidas concretas en cuatro áreas (educación, salud, pensiones y vivienda).
“Sin estos puntos, no hay condiciones para llegar a un acuerdo. Pase lo que pase, tenemos claro que terminado el balotaje, nosotros vamos a ser oposición”, agrega el presidente del Partido Humanista, Octavio González. Pese a que hay voluntad en algunos de evitar que la derecha regrese al poder, algunos cierran la puerta desde ya.
El Partido Ecologista Verde (PEV), el Partido Pirata y Partido Igualdad son los más reticentes a cualquier acercamiento con el oficialismo. El presidente de este último, Guillermo González, es claro en manifestarlo. “Si el Frente Amplio llama a conversar con Guillier, el bloque se quiebra ahí mismo”, afirma. Una visión de “reacomodo de fuerzas” del FA que comparten la mayoría de los dirigentes consultados.
Más allá de lo que ocurra tras las elecciones del 19 de noviembre, la mesa del conglomerado busca que la segunda vuelta permita centrar el debate en propuestas cercanas a la izquierda, esto porque el análisis hoy es que la agenda programáticas estas semanas “se la ha tomado la derecha”. “En la segunda vuelta tenemos que hacer un giro y hablar de las propuestas de la izquierda”, explica la vocera de Nueva Democracia, Carla Amtmann.
¿Acuerdo programático?
Al interior de Revolución Democrática, si bien hay una tendencia a lograr un acuerdo con el oficialismo, hay sectores que lo rechazan. Una consejera asegura que se ha evaluado “jornadas de discusión” post elecciones para tomar una decisión y luego hacer un plebiscito entre las bases, que permita entregar la postura del partido al FA.
El llamado sector “Pantalones Largos” de RD apuesta por acercarse al oficialismo en una segunda vuelta para evitar el triunfo de Piñera (“Nosotros estamos con las reformas”, han dicho), mientras que el tercerismo ha pedido “cuidar el FA” y no mezclarlo con la Nueva Mayoría. Postura similar ha tomado al Movimiento Autonomista.
Su secretaria general, Constanza Schönhaut, explica que “hay que tener en vista que el Frente Amplio no es un bloque electoral, sino que político” y en base a eso se deben tomar decisiones. “Las ambigüedades de Guillier son impresentables en su proyecto político y si pudiera haber un acercamiento, se deben cumplir los pilares básicos programáticos primero”, dice.
El Partido Liberal es más directo. “El Frente Amplio debe hacer propiciar un diálogo con Guillier, pero en el que él vaya a buscar a los votantes nuestros y en ningún caso una negociación de ningún tipo. Que defina sus propuestas para nosotros ponernos de acuerdo en qué cosas son básicas que su candidatura incluya en el programa”, explica Luis Felipe Ramos, presidente del partido.
“Creemos que el candidato de la NM no lo ha hecho muy bien”, agrega Karina Oliva, presidenta de Poder, pero explica que si no pasan a segunda vuelta “hay que debatir qué es lo mejor para el Frente Amplio y para el país”. En ese sentido, la líder del partido asegura que se deberá resolver colectivamente y que “hay que asumir lo que se defina. Si se vota que no hay acuerdo, entonces no”. Y añade: “Es irresponsable querer irse del bloque porque no gusta la determinación democrática”.
Lucy Ovando, presidente del Movimiento Democrático Progresista, afirma que “para lograr avances sociales es necesario sentarse a conversar”, pero que sea lo que pase serán oposición. Postura parecida tiene Lucas Cifuentes, vocero de la Izquierda Libertaria, quien afirma que “no nos da lo mismo quien gane, porque a la derecha hay que sacarla del marco político, pero eso no implica un acuerdo ciego” y agrega que se supeditarán a lo que determine la mayoría del bloque.
Puertas cerradas y salidas del FA
El Partido Igualdad es el más duro con la eventualidad de un acercamiento con Guillier para la segunda vuelta y afirman que “bajo ninguna condición” se sentarán a conversar. “Si el FA hace un llamado por la NM, esto se quiebra ahí mismo y nosotros nos vamos. Beatriz Sánchez sabe esto, la mesa también”, afirma su timonel, Guillermo González. “Él representa lo viejo y el neoliberalismo”, agrega.
Misma postura tiene el Partido Ecologista Verde (PEV), quienes no se declaran ni de izquierda ni derecha. Su presidente, Félix González, recuerda que el bloque “se planteó como tercera alternativa no funcional con el duopolio” y que no apoyarán la idea de un plebiscito para la segunda vuelta. “No participaremos de algo como eso”, afirma.
De hecho, González recuerda que en 2006 hubo un acuerdo con la candidatura de Michelle Bachelet donde esta se comprometió en 10 puntos con ellos y que solo se cumplió la creación del Ministerio del Medio Ambiente. “Nosotros tenemos buena memoria. Hoy no hay dirigentes del PEV que estén pensando en cambiar nuestra postura, porque nuestro apoyo a Beatriz Sánchez no es un cheque endosable a otro candidato. No nos pueden arrastrar allá”, dice.
El Partido Pirata también rechaza estos acuerdos, aunque -hasta el momento- creen que terminarán apuntando a la libertad de acción “porque es lo más consistente como movimiento”. Así lo explica el “capitán” del movimiento -como se hace llamar-, Mauricio Vargas, quien explica que este tipo de definiciones obligarán a un “reacomodo”, pero que tienen claro que “no se saca nada con estar solos” fuera del pacto.
Estas posturas empujarían a una reestructuración del bloque, algo en que creen todos los dirigentes. En la reflexión que han hecho, se prevé que a lo largo del próximo año pueda haber convergencia entre algunas organizaciones que les permita conformarse como partidos, con las altas exigencias que pone la ley, así como la salida de algunos movimientos que no se sientan cómodos. “Todos entendemos que no es momento de quebrar el FA, pero también es cierto que hemos omitido discusiones que pueden generar discrepancias y que van a terminar caracterizando el conglomerado”, dice una de ellas.
En el Partido Liberal creen que incluso sería positivo ampliar el Frente Amplio, “que no sea coyuntural y que se definan posturas de centro o de izquierda”, dice Luis Felipe Ramos. Carla Amtmann, de Nueva Democracia, agrega que esto “puede ser pacto electoral o un proyecto de largo aliento, pero eso tiene que ver con la responsabilidad que tengamos en este momento”.
Lo que sí está claro es que los próximos meses, ad portas del primer aniversario del Frente Amplio, será un periodo de reacomodos porque hay diferencias ideológicas. “Habrá más sensibilidades a flor de piel”, dice Lucy Ovando del Movimiento Democrático Progresista, mientras que el presidente de RD, Rodrigo Echecopar, afirma que “el 19 de noviembre va a ser la prueba de fuego; no tenemos que seguir como hoy conformados necesariamente pero sí con el domicilio en el FA”.
¿Partidos legales?
En todo caso, la salida de algunos partidos y movimientos del Frente Amplio es puesta en duda por algunas directivas. “¿Cuál es la posibilidad de existencia del Partido Ecologista Verde si no tendrá parlamentarios?”, critica en privado un presidente de partido, intentando poner en perspectiva las determinaciones de los que hoy amenazan con renunciar al conglomerado si se logra con acuerdo de algún tipo con Alejandro Guillier.
Esto porque en esta elección también se juega la legitimidad de los partidos. La nueva ley de partidos políticos establece que las tiendas pueden disolverse en caso de “no alcanzar el 5 por ciento de los sufragios válidamente emitidos en la última elección de diputados, en cada una de a lo menos ocho regiones o en cada una de a lo menos tres regiones geográficamente contiguas”.
Si no logran esa meta, existe otra opción para evitar la disolución: elegir “un mínimo de cuatro parlamentarios en, a lo menos, dos regiones distintas, sean diputados o senadores”, establece la norma.
Pese a ello, para las parlamentarias de este año existe un artículo transitorio, que bajó la exigencia a un 3% de la votación en tres regiones contiguas u ocho discontinuas. Otra alternativa es lograr tres parlamentarios electos en dos regiones distintas. Además, la normativa aclara que “en caso de pacto electoral (…), los votos obtenidos por los candidatos solo favorecerán al partido político al cual estos se encuentren afiliados”.
Hoy se prevé que pocos partidos del Frente Amplio sobrevivirán a esta elección, de acuerdo a lo que logren elegir en las urnas el próximo 19 de noviembre. Entre estos podrían estar Revolución Democrática, si reelige a Giorgio Jackson y logra “arrastrar” a Natalia Castillo en el mismo distrito o si es electa Maite Orsini en el 9, más un candidato en otra región, como en Valparaíso o Antofagasta.
Otro con alternativas es el Partido Liberal, que busca reelegir a Vlado Mirosevic en Arica y lograr suficiente apoyo para Verónica Foppiano al Senado. Al mismo tiempo, que sea electo Alfredo Sfeir en el Maule. Finalmente, el Partido Humanista tiene las otras chances, con Tomás Hirsch (en el distrito 11) y Pamela Jiles (en el 12), además de Octavio González al Senado por la región de Valparaíso.
De estos tres partidos -si lo logran- dependerá la existencia legal de las futuras candidaturas para las Municipales 2020, ya que serán los que podrán inscribir a los candidatos para evitar la junta de firmas como independientes. En ese entendido, explican los dirigentes, el reordenamiento que tendrá el Frente Amplio es inminente.