Director ISP-UNAB: “No podemos dejar que la gente se siga muriendo en las listas de espera”
Héctor Sánchez junto a una serie de académicos, expertos en el área de la Salud, presentó un libro en que plantea una serie de reformas al sistema. “Cualquiera sea el Gobierno que asuma, va a tener que instalar en Chile un plan garantizando salud universal”, expresó.
Con miras a la segunda vuelta electoral, donde los chilenos elegirán un nuevo Presidente, el Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello (ISP-UNAB) presentó el libro “Construcción política del Sistema de Salud Chileno: La importancia de la estrategia y la transición ¿Cuáles son nuestras verdaderas posibilidades de cambio?”, en el que se presentan una serie de propuestas para el nuevo gobierno.
El documento, elaborado por los académicos Héctor Sánchez, Manuel Inostroza, Rony Lenz, Annabella Arredondo, María Paz Bertoglia y Javier Labbé, contiene un conjunto de ideas que nacen de la larga discusión que distintos actores han efectuado en torno al sistema de salud chileno, el que en los últimos días se ha visto seriamente cuestionado, especialmente por las listas de espera.
Respecto a este trabajo, Sánchez expresó a El Dínamo que “las autoridades tienen que abrir los ojos y los oídos. No creemos que tenemos la razón, creemos que el sistema puede ser perfectible. Tenemos que plantear soluciones que ayuden a las personas”.
“Hoy tenemos que solucionar el problema de las listas de espera. No podemos dejar que la gente se siga muriendo en las listas de espera. Y ese es un problema que es brutalmente importante. y eso significa que tenemos que cambiar el modelo de atención y sacrificar ciertos ideologismos”, agregó el académico, asegurando que las propuestas planteadas en el documento de trabajo dependen de voluntades políticas.
El director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello señaló que hoy en Chile “estamos super trancados en el avance hacia verdaderos cambios porque todos hemos estado planteando nuestra propia visión de futuro. Lo que no se han percatado de, cualquiera sea el camino -todos legítimos, pero ninguno con la completa razón- las reformas eran las mismas en la primera etapa”.
En esa línea, la conclusión a la que llegaron los académicos fue tajante: “cualquiera sea el Gobierno que asuma, va a tener que instalar en Chile un plan garantizado salud universal, sí o sí, que ordene el sector, que defina el modelo de atención y que establezca los niveles de cobertura”, afirmó Sánchez.
Para ello, el académico recalcó que se deben hacer una serie de cambios. Primero, “hay que asignar el financiamiento en función del plan garantizado de tal manera que en el sector público el presupuesto se asigne en función del costo del plan garantizado, mientras que en el sector privado las cotizaciones vayan a financiar primero el plan garantizado”, expresó. “El segundo gran cambio es que se tiene que reformar Fonasa para que actúe realmente como seguro público y establecer planes en base al bienestar de sus usuarios y no en la sustentabilidad de algún sistema en particular. Esto implica que tiene desarrollar musculatura para comprar de forma inteligente y generar mayores planes para competir con las isapres”, agregó el director del ISP-UNAB.
A ello agregó que, en tercer lugar, hay que transformar las isapres en entidades privadas de seguridad social. “El sistema no resiste más la selección por riesgo o que se cobre más caro a las mujeres y a los adultos mayores. Aquí no se tiene que discriminar por edad o sexo. Además, el sistema no soporta las preexistencias, por lo tanto tiene que modificarse el movimiento de las personas y aumentar la competencia”, explicó el experto.
Pero no todo depende del sistema, ya que también hay una parte política: “Lo otro que se debe cambiar es la Superintendencia de Salud. Hoy está capturada por el Ministerio de Salud y por lo tanto regula al sector privado y es mucho más tímida en el sector público. Debiera regular por parejo, más aún el sistema público, porque los más vulnerables son los pobres. Para fortalecerla, creemos que el superintendente debiese elegirse por terna a través del sistema de alta dirección pública y ratificado por el parlamento y que el tiempo que dure el superintendente sea mayor al de un período de Gobierno”, indicó Sánchez.
Finalmente, propone un nuevo sistema de asignación de financiamiento, tanto del sector público como privado. “No es posible imaginarse si antes no definimos como país una estrategia de salud pública. Deben identificarse detalladamente los problemas de salud de la gente”, expresó.
“Los gobiernos tienen que amarrarse muy bien los pantalones porque los gremios se van a oponer, porque ellos tienen capturado al sistema”, concluyó el experto.