Acusan “autoridad moral” y que el partido “perdió dignidad”: la defensa de militantes DC que arriesgan expulsión
El llamado grupo Progresismo con Progreso -encabezado por Mariana Aylwin y Clemente Pérez- criticaron que "el único hecho relevante que se nos imputa sería no acatar la decisión" de que la DC apoyaría a Guillier tras la primera vuelta.
Este martes vencía el plazo para que el grupo de militantes de la Democracia Cristiana presentaran sus defensas ante el Tribunal Supremo del partido tras una solicitud de expulsión por haber expresado abiertamente que no apoyaría al entonces candidato presidencial Alejandro Guillier en las elecciones pasadas, como había definido la interna.
Entre estos se incluyen los ex ministros Mariana Aylwin, Pedro García y Hugo Lavados; y otras ex autoridades como Felipe Sandoval, Clemente Pérez y los ex superintendentes Manuel Inostroza y Álvaro Clarke.
En los documentos presentados, los militantes -que se aglutinan bajo el nombre de Progresismo con Progreso- aseguran que los militantes DC fueron “obligados” a elegir entre el candidato de la derecha “que hizo un esfuerzo para correrse hacia el centro y el candidato de la continuidad de la NM que izquierdizó su discurso”. Y cuestionan, además, cómo ha sido el trabajo político de la Democracia Cristiana en el último tiempo.
“Nunca he votado por un candidato que no sea del partido o el que el partido haya acordado en una instancia legítima”, comienza afirmando Aylwin y recordando que en la campaña a primarias del 2013 apoyó a Claudio Orrego, quien a su juicio fue “abandonado por quienes corrieron a refugiarse en la popularidad de Michelle Bachelet”, lo que le significó un tercer lugar.
“Ahí no estuvieron muchos de los que hoy se arrogan una autoridad moral para acusarme“, critica la ex diputada en su defensa, recordando que apoyó a Carolina Goic, “lo que tampoco hicieron muchos de los que hoy me cuestionan”. Al mismo tiempo, la militante DC asegura que estuvo en contra de la alianza con el Partido Comunista y del programa de Bachelet, afirmando que “lo percibí como el inicio del predominio y la imposición de la visión de una izquierda rupturista”.
“Puedo haber sido dura en juzgar el papel de la Democracia Cristiana en este gobierno que, teniendo una importante presencia en el Congreso, terminó siendo un actor irrelevante, sin voz propia en la mayoría de las reformas y acoplándose al tono maniqueo del gobierno”, cuestiona. “El discurso de muchos dirigentes demócratas cristianos se mimetizó con el de los partidos de izquierda, incluso la más radical, probablemente entusiasmados por la popularidad de los movimientos estudiantiles y el éxito de sus dirigentes. Convencidos de que ese no es nuestro camino, muchos sostuvimos la necesidad de hacer una nueva alianza, de centro izquierda, pero equilibrada”, asegura.
Aylwin cuestiona que los dirigentes democratacristianos no apoyaran a Goic debido a que “el instinto destructivo que domina a nuestro partido desde hace años, logró que en vez de contar con el apoyo entusiasta de los dirigentes, muchos y reconocidos, trabajaron por el candidato de la competencia“. Critica, además, que le hayan pedido su renuncia a la presidencia del partido y que en 24 horas hayan apoyado a Guillier, “acto de un partido que ha perdido su dignidad“.
La hija del ex presidente Patricio Aylwin critica también la alianza de la Nueva Mayoría con el PC que izquierdizó la campaña y destaca el “esfuerzo para correrse hacia el centro” que hizo Piñera, obligando a los DC a elegir entre estas alternativas o votar nulo, además de cuestionar las estrategias del partido para adaptarse a los tiempos. “Nada de esto está en el centro de las preocupaciones de quienes nos acusan de no respetar los estatutos del partido”, dice.
“Se nos acusa por no hacer estos planteamientos dentro de las instancias partidarias en circunstancias que en ellas no nos han dejado expresarnos. En la Junta Nacional de mayo, pedí la palabra y no sólo no me la dieron, sino me mandaron recado de que no hablara. En la última Junta Nacional de agosto, solo pudieron entrar los delegados. Estuve tras las rejas en la entrada y reconozco que, con mucho dolor, pude ver el tenor de la discusión y el maltrato entre camaradas a través de una pantalla”, detalla.
Y agrega: “Pensar que hablar por los medios es algo desleal, es vivir de espaldas al tiempo de las redes sociales y la infinita ampliación de la comunicación. Un partido que no use esos medios, está condenado al fracaso. (…) Todas estas consideraciones son políticas, no tienen que ver con ninguna trasgresión a los estatutos. Por lo mismo, con el mayor respeto por el Tribunal Supremo, sostengo que no tiene competencia para dirimir sobre una acusación que pretende acallar opiniones políticas”.
“Por Guillier no habría votado”
Por su parte, Manuel Inostroza pidió rechazar la solicitud de expulsión y critica que “resulta gravísimo que un tema de tanta trascendencia para el PDC y militantes sea tramitado con tan poca rigurosidad y apego a un mínimo de respeto a los procedimientos”.
Inostroza defiende que “en mi caso no voté por ninguna de las dos opciones” en la segunda vuelta presidencial y que sus declaraciones fueron “expresando una opinión política y argumentando el porqué de esta decisión y sin hacer ningún llamado a que otros hicieran lo mismo”.
“La reacción de algunos dirigentes de la Democracia Cristiana al día siguiente de la primera vuelta- con el diputado Rincón que llamó a apoyar a Guillier y que ha sido el símbolo de violencia en contra de las mujeres- pidiendo la renuncia de Carolina Goic a la Presidencia del partido; hicieron que esta haya sido una de las escenas más bochornosas de los últimos años en nuestro Partido“, explica agregando el posterior llamado a votar por Guillier, “otro acto de un partido que ha perdido su dignidad y despreciado su propia institucionalidad”.
Felipe Sandoval, en tanto, relata que tras la primera vuelta, “el presidente del Partido, Matías Walker, declaró en TV que el acuerdo del Consejo del Partido de votar por Guillier obligaba a todos los militantes a actuar en consecuencia con él. Al escucharlo le envié un mail diciéndole que yo anularía, votaría en blanco o no votaría, si eso contradecía algún acuerdo del partido me lo dijera y yo concurriría de manera voluntaria al órgano disciplinario del PDC. Sin embargo no obtuve respuesta alguna”.
“Si hubiera pensado que estaba vulnerando algún acuerdo legítimo del Partido, habría renunciado a mi militancia, ya que por Guillier no habría votado. Si no renuncié y apoyé la declaración objeto de la acusación es porque asumí que el texto que me entregó Gonzalo Duarte, y lo que él me expresó verbalmente, era lo que correspondía desde el punto de vista legal”, afirma en el texto enviado al TS.
En esa línea, Clemente Pérez afirma que no votó por ninguna de las dos opciones. “El caso es que no sólo no voté por Guillier, sino que además quisiera señalar que me sentí muy orgulloso de no haberlo hecho”, dice el ex presidente de Metro, agregando que “el único hecho relevante que se nos imputa sería no acatar la decisión del Consejo Nacional del día 20 de noviembre”.
“Está claro que la mayoría del país, y especialmente el electorado que tradicionalmente ha votado por la Democracia Cristiana, decidió, libre y soberanamente, no votar por Alejandro Guillier. Tal vez estén equivocados, y fue una mala decisión. Tal vez se trate de ‘arribismo’, ‘falta de conciencia de clase’, ‘deseos de asimilación’, o simple ‘idiotez’, como han dicho algunos de nuestros aliados de la Nueva Mayoría. El conocido problema de los ‘fachos pobres’“, afirma en su declaración.
“Esperamos que este Tribunal Supremo falle en derecho, de acuerdo a los principios democráticos que motivaron nuestro ingreso a esta de ciudadanos, en los duros años de la dictadura, y dirigimos los esfuerzos de miles de estudiantes en una de las batallas más épicas que recuerda nuestra historia patria, la recuperación de la democracia”, concluye.