Felipe Berríos aprovecha tribuna en El País para dejar mundialmente en evidencia los curas Hasbún y Barros
El sacerdote jesuita fue entrevistado en España por la visita del Papa, haciendo un par de recomiendaciones al líder de la Iglesia Católica.
Con motivo de la llegada del Papa Francisco a Chile, el cura jesuita Felipe Berríos fue entrevistado por El País de España, dedicándole un par de palabras a Raúl Hasbún, conocido religioso ligado a la derecha chilena y su defensa a violadores de Derechos Humanos y la dictadura de Pinochet.
Consultado por los dichos de Hasbún, sobre que Chile actualmente tiene “un Estado tirano” que “ha traicionado la democracia en sus mismas bases” al aprobar la despenalización del aborto, Berríos aseguró que el sacerdote “está corrido en el tiempo: eso lo debería haber dicho en dictadura“.
Asimismo, el cura que hoy vive en La Chimba afirmó que “la Iglesia católica chilena está muy alejada de la gente, tremendamente cuestionada y con una jerarquía que no llega a los fieles. Se han acabado las comunidades de base y la pastoral se organizó en torno a grupos religiosos conservadores (…) El Papa va a encontrarse con una Iglesia ensimismada y atrincherada en una doctrina que la gente no entiende”.
“Adicionalmente, se produjo la explosión de los casos de abuso sexual. Una Iglesia que se basó toda su doctrina en la moral sexual —señalando a los divorciados, etcétera—, de pronto aparece como la que debiera pedir perdón. Fue un golpe fuerte y, aunque el espíritu religioso sigue vivo, la gente no ve que sea la Iglesia la que ayude a encontrarse con Jesucristo. Más bien la Iglesia se presenta como un estorbo, sobre todo para los jóvenes”, agregó el sacerdote, recalcando que “ese pueblo se siente abandonado por sus pastores y desilusionado con los casos de abusos sexuales. Pienso que el asunto del obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros, va a ser central…”
“El Papa tiene razón en que a Barros nunca se le ha hecho ninguna acusación sobre abuso sexual. Pero Barros por muchos años fue secretario cercano de Karadima, que no solo era un abusador, sino que estaba ligado a la dictadura, al poder dentro de la Iglesia, al clasismo. Por lo tanto, Barros no puede decir que nunca supo nada de lo que pasaba, no es creíble. Y si fuera verdad que nunca supo nada durante todos los años en que fue brazo derecho de Karadima, significa que no tiene la capacidad básica de ser obispo: alguien que no se da cuenta de nada. No sé si el Papa logra comprender bien este asunto: no es un asunto de contumacia de la ciudad de Osorno. La gente no es tonta ni está engañada“, concluyó Berríos, indicando que “sería hiriente verlo, por ejemplo, abrazado a Barros”.