Escritor Carlos Franz analiza el concepto “fachos pobres” en El País y manda recado a la Nueva Mayoría por la derrota electoral

A través de una columna publicada en el diario El País, el escritor chileno Carlos Franz realizó un análisis bajo su visión del cuestionado concepto “facho pobre” para referirse a las personas que votaron por Sebastián Piñera en las elecciones pasadas y que le dieron el triunfo, afirmando que se trata de un grupo de clase media que busca optar a lo que dejó de ofrecer la centroizquierda.

Franz relata las celebraciones ocurridas esa noche del 17 de diciembre, cuando un matrimonio con dos hijos pequeños, oriundos de La Florida, fue consultado en televisión si militaban en algún partido y ella respondió con sencillez: “Somos de clase media”.

“Esa inesperada y eficaz respuesta podría explicar, en parte, la derrota de la izquierda y este triunfo de la derecha chilena“, afirma el escritor, quien cree que se hizo un diagnóstico errado de lo que buscaba la ciudadanía, pensando en que “el derechismo solo podría explicarse como una defensa egoísta de grandes intereses económicos. Los derechistas serían ‘los poderosos de siempre’, como los llamó el Gobierno saliente en un vídeo publicitario”.

En esa línea, Franz asegura que “es obvio que esos ‘poderosos’ solo suman una fracción ínfima de aquel 54% del electorado que eligió a Piñera. Entonces, ¿de dónde salió esa mayoría que votó por la derecha?” y explica que la izquierda en Chile responde que fueron “aquellos que sin ser ricos votan por la derecha” que serían “fachos pobres”. O “cuidadores de la mansión de los ricos”, recuerda a un manifestante.

Entonces, el escritor ejemplifica con lo que afirmó un alcalde comunista discutía con una senadora de derecha sobre la libertad de las personas, a lo que el edil respondió que los pobres no son libres, por ejemplo, para elegir que sus hijos estudien en los carísimos colegios de la élite santiaguina. “La senadora derechista fue incapaz de refutar ese argumento demagógico“, explica el autor de Si te vieras con mis ojos.

“Posiblemente, esa joven familia de reciente clase media que celebraba a Piñera sí habría sabido qué responder. Ellos no son arribistas. Seguramente, no ambicionan que sus hijos asistan a ese par de colegios elitistas y clasistas que mencionó el alcalde. Lo que ellos desearían es una buena reforma educacional, centrada en la calidad, que les permita escoger colegios en un sistema público tan excelente que hasta los ricos deseen asistir a él”, dice en la columna.

Y agrega: “Ellos desean una buena red de seguridad social, pero no les gustaría perder la propiedad de su cuenta de ahorros previsionales. Quieren una mejor distribución de la riqueza, pero entienden que para distribuirla antes hay que crearla. Esa familia prefiere reformas graduales antes que súbitas refundaciones. Esa prudencia es típica de una pequeña burguesía naciente“.

Finalmente, Carlos Franz asegura que la centroizquierda perdió la elección “porque antes había perdido a muchas de esas familias de la vasta clase media emergida en los últimos 30 años de prosperidad. Tironeados por el extremismo juvenil y podemita del Frente Amplio, numerosos socialdemócratas se avergonzaron de sus renovaciones ideológicas y se radicalizaron. Incluso los comunistas olvidaron la vieja lección de Lenin: el izquierdismo es “la enfermedad infantil” del comunismo”.

“No era inevitable que ocurriera así. Esa familia que ahora votó por Piñera no le pertenece a la derecha ni a la izquierda. Ellos se pertenecen a sí mismos y a sus sueños. Lo más respetuoso sería aceptar que su auténtica militancia es la que exhibieron con orgullo cuando los entrevistaron: son de clase media. Cuando la izquierda chilena deje de considerarlos ‘fachos pobres’ y vuelva a respetarlos, quizás esas familias volverán a votar por ella”, concluye.