“Yo solo pido descanso”: el dramático relato de joven chilena que pide la eutanasia

Paula Díaz Ahumada es una joven que desde hace años le pide a la Presidenta Michelle Bachelet que le pide pone fin a su vida tras largas jornadas de sufrimiento postrada en una cama, producto de una enfermedad que no tiene diagnóstico.

El caso de Paula fue retratado por El Mostrador, donde se da cuenta de la condición de la joven de 19 años. “Las piernas se le doblaron hacia atrás y vive con ellas pegadas a la espalda, con sus rodillas dislocadas. No puede sentarse. No puede pararse. No puede estar más de cinco minutos en una misma posición”.

Mientras sus quejidos se hacen interminables, está con las piernas dobladas y pegadas a su espalda, y donde un aceite de cannabis donado por la Fundación Daya es lo único que calma, por minutos, su dolor.

El vía crucis de Paula se inició en agosto de 2013, luego de empezar a sufrir recurrentes dolores de cabeza, mientras que su hermana Vanessa apuntó al momento en que fue vacunada en el colegio, ya que “a los pocos días mi hermana cayó hospitalizada por coqueluche” y tras ser dada de alta “empezó con movimientos involuntarios en la casa y comenzó a perder la movilidad”.

“Los médicos se quebraban la cabeza, porque trataban de relacionarlo con la meningitis, pero nada cuadraba y los síntomas en su cuerpo seguían avanzando. Es tan tremendo, tan impactante, tener una hija sana y que al otro día no sepas qué le pasa”, agregó su mamá María Cecilia.

En vista de la situación, que hizo que Paula perdiera la movilidad de su cuerpo, su madre debió dejar su trabajo, vender humitas para costear los tratamientos, debiendo irse a vivir a la casa de su abuela en Talca.

Sin embargo, María Cecilia todavía no olvida cuando la Teletón le dijo que Paula tenía un transtorno siquiátrico que la hacia simular sus síntomas, el llamado síndrome conversivo grave, declarando que “en la Teletón estuvieron a punto de internarla en el Psiquiátrico. Ésa fue la peor batalla de todas”.

“Los diagnósticos son hojas de ruta para los médicos y estuve mucho tiempo detenida en eso. Los doctores que venían se guiaban por él. Hasta que logré llevarla a la Clínica Tabancura y ahí se comprobó el daño neurológico”, detalló María Cecilia.

Por su parte, Paula también quiso entregar su testimonio, apuntando que “yo quiero hablar, no tengo problemas con que sepan lo que vivo”.

“Mi mamita siempre ha salido adelante, saca fuerzas y sigue adelante por más que sea difícil, pero esto ya no lo puedo soportar, de urgencia pido esa opción de la eutanasia, porque ya no puedo dormir un segundo. Mi piel, mi cuerpo, mis órganos ya no pueden más. No puedo descansar, porque me voy a apoyar y mi cadera se sale, mi mandíbula. Y me asusto de tanto que he aprendido a soportar el dolor, es demasiado…”, argumentó.

El mensaje final de Paula es tajante: “Yo solo pido descanso, si no me han podido ayudar, yo lo entiendo, pero quiero descansar”.