Sebastián Torrealba, diputado electo RN: “Si no discutimos temas morales, vamos a seguir siendo la derecha cavernaria del gobierno militar”
Sobrino del alcalde de Vitacura, ex concejal y funcionario del primer gobierno de Piñera, el nuevo parlamentario explica en entrevista con El Dínamo cómo debe enfrentar la derecha los llamados temas "morales" para poder mantenerse en el gobierno.
La semana pasada, Sebastián Torrealba Alvarado (RN) cumplió 37 años, a pocos días de iniciar su primer periodo como diputado luego de ganar un escaño en las elecciones del distrito 10, que une Santiago, Providencia, Macul y otras comunas. Se trata de su primer acercamiento al Congreso tras haber incursionado por varios años en el mundo público, aunque desde otros sectores.
En 2004, Torrealba se convirtió en el concejal más joven del país al ser electo y reelecto en Lo Barnechea, siguiendo los pasos de su tío Raúl “Tronco” Torrealba, alcalde de Vitacura por cuatro periodos, quien lo inició en la política. En paralelo, el diputado electo apostaba por el mundo privado, desde ser brand manager de una marca de ropa de alta montaña a corredor de bolsa.
De ahí fue su salto al Gobierno de Sebastián Piñera. Entre 2010 y 2012, mientras aún era concejal se convirtió en asesor del gabinete del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), cuando a la cabeza estaba Juan Antonio Peribonio. Pero luego se fue al sur como director regional del Sence en Los Lagos, hasta que concluyó la administración piñerista.
Finalmente, terminó como jefe de gabinete del alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara (RN). “Siempre tuve el bichito político. Soy el sobrino más querido del Tronco, es como mi segundo papá. Él me fue metiendo en el mundo de la política, en sus campañas. En un momento me pidieron ser candidato a concejal y dije que sí”, cuenta en entrevista con El Dínamo. “Traté un rato de dedicarme a lo privado, pero la verdad es que no resultó mucho jajaja. Me fue bien pero a mí me gusta lo público”, agrega.
-¿Cómo llegaste al distrito 10? No vives ni has trabajado ahí, no hay una vinculación directa.
-Cuando era chico, con mis papás vivíamos en Concepción y veníamos harto a Santiago, por lo que pasé mucho tiempo en la casa de mi abuela paterna, en la calle El Cerro, en Providencia. Por lo tanto, tengo una vinculación muy fuerte con el distrito, aunque he vivido más tiempo en Lo Barnechea. Yo tenía ganas de ser candidato a diputado, pero me decidí muy tarde y en ese distrito ya estaba una amiga como candidata. Un político común y corriente le habría pasado la máquina por encima para imponerse uno, pero a mí la vieja política me duele la guata. Así que me puse a disposición del partido para donde me necesitaran. Yo le dije a Cristián Monckeberg que estaba dispuesto a tomar riesgos y fue lo mejor que pudimos hacer. Los políticos tienen que olvidarse un poco de su conveniencia personal y pensar en el partido. Para mí era re fácil instalarme en Vitacura y Lo Barnechea.
-¿Es más fácil ser familiar de alguien para crecer políticamente dentro de un partido?
-Sí, en definitiva es más fácil, hay menos barreras de entradas, pero a la vez es una tremenda responsabilidad porque el apellido Torrealba te implica hacer bien tu pega porque tienes un Torrealba que lo hace muy bien. Pero, por los resultados, creo que los cuatro años que estuve en Lo Barnechea lo hice bien.
-Y lo que te lleva a trabajar en el gobierno de Piñera, ¿es ese buen trabajo o el ser sobrino de un dirigente muy respetado en RN?
-Yo he tratado siempre de hacer mi vida política desapegada a él porque lo contrario suena a nepotismo y creo que lo he logrado. Yo seguí en el gobierno después de ser concejal porque estudié ciencias políticas, era mi camino. Hice una buena pega en el Sernac. Yo creo que le cambiamos la cara al mundo de los consumidores en Chile en esos años, a pesar de que nos tildaban como el gobierno de los empresarios, aunque no hay un Sernac en la historia que haya cursado más multas a empresas. En el Sence fue una gran experiencia porque fue en el sur, donde el gobierno no llega, pudiste dar una oportunidad de algo.
-¿Qué te pareció que Piñera hablara de resignar recursos del Sence a otros programas ya que había poco impacto en la empleabilidad?
-Absolutamente de acuerdo. En el primer gobierno de Piñera teníamos claro que había que hacer cambios, en cómo se hacían las capacitaciones, sobre todo en el gran programa de la franquicia tributaria, porque no le llegaba a los más pobres. También cambiamos el sistema de rendición de plata de las OTEC porque mucha se “perdía”, se prestaba para fraude en muchos casos, que se sobrepagaran o repitieran varias veces. Además, se hacían cursos a mansalva, como en un comunidad en Los Lagos llamada Casma, con unos 300 habitantes, donde se hizo un curso para 40 peluqueros, más del 10% de la población. Nosotros las focalizamos de acuerdo a las necesidades de las comunidades, como en el mundo de la agricultura o ganadería.
Liberales vs. conservadores
-Junto a otros diputados firmaron un manifiesto liberal, criticado por algunos sectores de RN. ¿Son una minoría ustedes versus a los más conservadores?
-Renovación siempre ha sido un partido que ha convivido con estos mundos y ha aprendido a vivir así, con los liberales, con los pinochetistas; ha sabido respetar estas diferencias. En la base del programa estamos todos de acuerdo, pero tenemos diferencias en temas más peliagudos, más morales, cosa que no define a un liberal.
-¿Qué es lo moral?
-Temas como el matrimonio homosexual, como las adopción homoparental, la eutanasia, la legalización de las drogas, la identidad de género. Estos temas tienen que discutirse y la derecha no puede bloquearlos.
-Que es lo que ha pasado todos estos años…
-Ha pasado toda la historia. Pasó con el divorcio, los hijos ilegítimos; la derecha siempre ha tratado de bloquearlos desde una posición más moralista. Yo creo que todos los temas hay que conversarlos y finalmente las cosas se ganan o se pierden en democracia. Yo estoy en contra del aborto, pero bueno, lo perdimos en democracia. Ahora tenemos que mejorar esa ley también en democracia. Uno no puede negarse a temas que están ahí porque la sociedad va avanzando. Bloquearlos es lo menos democrático que puede haber.
-José Antonio Kast dice que es un “engaño” el manifiesto liberal porque no asumieron esas posturas antes de la elección. ¿Qué te pareció?
-Todas las personas a quien visité en campaña y que me preguntaron por estos temas yo les dije lo que pienso. José Antonio Kast vive en campaña y va a seguir así por los próximos cuatro años, habrá que acostumbrarse a sus declaraciones. Todo el mundo sabe mi posición, RN lo sabe; yo formé parte de ese grupito más liberal cuando estaba Carlos Larraín.
-¿Por qué se resisten tanto los sectores más conservadores?
-No están acostumbrados a discutir. Si nos cerramos, dicen que la derecha es retrógrada, que es cavernaria. El tema del aborto es un ejemplo clarísimo: había candidatos que decían que iban a derogarla, lo que es lo más antidemocrático que hay. Perdimos en el Congreso, perdimos en el Tribunal Constitucional y ahora ¿derogarlo? Eso es lo mas tercermundista que hay.
-¿Es necesario avanzar en estos temas para ganar otra elección o la gente no piensa en ellos al momento de votar?
-Las derechas en el mundo se han ido modernizando, como en Inglaterra o en España. Tenemos que discutir todos los temas o vamos a seguir siendo la derecha cavernaria, del gobierno militar y nosotros tenemos que sacarnos todas esas ataduras.
-Difícil sacarse esas ataduras con personas como la diputada electa Camila Flores, que hace alabanzas a Pinochet en Twitter o pide pena de muerte…
-Nosotros somos 36 diputados de RN, cada uno tiene sus posiciones y se discutirán con todo el respeto posible. A la Camila Flores la respeto, primero porque es mujer, segundo porque es mi amiga, tercero porque es una tremenda mujer pero que tiene ideas distintas a las mías. No me voy a enfrentar a ella por mis ideas, tendré que ganarlas en el Congreso. El futuro de la derecha en Chile tiene que ver con modernizarse.
-¿Y qué te parece que algunos pidan pena de muerte o castración química?
-Son posiciones legítimas. Los políticos tenemos que perder el miedo a decir lo que pensamos y que la Camila lo haya dicho está perfecto, es lo que piensa ella. Es lo que les dijo a sus electores en su campaña; luego, esas ideas se ponen sobre la mesa y vemos con qué nos quedamos o cómo la mejoramos. Quedarse callado es la peor política. Por ejemplo, yo creo que tiene que haber matrimonio igualitario en Chile, pero tratar de cavernícola a los que piensan de otra forma o decir las barbaridades que le han dicho a la gente que pide matrimonio homosexual no tiene ningún sentido.
El gabinete de Piñera
-¿Qué te parece que Isabel Plá esté al mando del Ministerio de la Mujer, siendo opositora al aborto y que esa secretaría es la que lo llevó adelante?
-Va a tener que ejecutar el programa del Presidente Piñera y en él no hay ningún punto sobre retirar el aborto, sino que nuestra postura es mejorarlo en cómo acompañamos a las mujeres para que tomen las decisiones o después también, que es un periodo muy duro. Desde el ministerio no nos vamos a oponer al aborto.
-¿Es contradictorio que el líder de los empresarios, Alfredo Moreno, vaya a estar a cargo de las políticas sociales?
-No, para nada. Hace ocho años criticaban a Alfredo Moreno porque no tenía conocimiento de las relaciones exteriores y es probablemente el mejor Canciller que ha tenido Chile en su historia…
-¿Pese a que muchos le acusan responsabilidad por haber llegado a La Haya con Perú y Bolivia?
-Sí. Ha sido el mejor ministro de Relaciones Exteriores que ha tenido Chile y yo creo que en Desarrollo Social también lo va a hacer bien, porque es un tipo brillante, con una capacidad de adaptación que tienen pocos y que conoce tan bien al mundo empresarial. Ese mundo tiene que entender ciertas cosas, como que los resultados de sus operaciones no pueden afectar a los otros y que no es justo que ellos ganen siempre y los otros pierdan, que tienen que repartir sus utilidades a las comunidades. Eso lo entiende Alfredo Moreno a cabalidad y le puede traspasar al mundo empresarial las necesidades sociales del país. Yo creo que ya han empezado a cambiar la mentalidad.
-¿En qué se nota eso?
-En que, por ejemplo, están haciendo participaciones ciudadanas anteriores a proyectos, que están repartiendo algunas utilidades con sus comunidades, aunque muy pocas aún. Son empresas que tienen conciencia social; las que no la tienen son castigados por el mercado.
-¿Crees que la educación es un bien de mercado? Es lo que afirma en nuevo ministro de Educación, Gerardo Varela.
-Gerardo Varela tiene súper claro su trabajo: ejecutar el programa del Presidente Piñera, que es súper claro en cuanto a mantener la gratuidad para el 60%, que vamos a tener un nuevo sistema de crédito sin la banca, que vamos a invertir más en los niños. Tiene las capacidades de sobra para ser ministro de Educación, lo que se le va a complicar cuando la Confech, aleonada por el Frente Amplio, ya está disponible para salir a la calle el 12 de marzo. Si hacen eso, es porque no han aprendido absolutamente nada.
-¿Tú crees que es un bien de mercado?
-No, absolutamente que no. Es un derecho. Pero Varela tiene que ejecutar el programa del presidente Piñera, que apunta a créditos estatales para que todos tengan la oportunidad de estudiar y cuando salgas de la universidad, empiezas a pagar al Estado. Es el mejor mecanismo para un país al que no le sobran las lucas. ¿A quién no le gustaría estudiar gratis? Pero Chile no tiene los recursos. En la reforma educacional ahora calcularon mal, se quedaron por miles de millones de pesos. No sé quién fue del Frente Amplio que metió los dedos para calcularlo. Probablemente un filósofo y no un ingeniero civil.
La batalla cultural con el Frente Amplio
-Tú has hablado de ganarle la “batalla cultural” al Frente Amplio, que la han monopolizado. ¿Cómo ha sido eso?
-El Frente Amplio ha hecho algo en estos últimos cuatro años que es notable: haber movilizado a la gente que movilizó, tener hoy la adhesión que tienen y el 20% de la Beatriz Sánchez, en base a ciertos eslóganes que han sido muy rentables para ellos, como la educación gratuita, No+AFP, monopolizando como que son los únicos a favor de los derechos sociales y eso no es verdad. No es monopolio del Frente Amplio la consecución de los derechos sociales, por lo que tenemos que combatirlos en esa cancha. Si igualamos la batalla cultural más liberal, de ahí en adelante la derecha es ultra mejor que el Frente Amplio en todo, en crecimiento, en oportunidades, libertades, todo.
-Pero a la derecha no le han interesado muchos de esos temas…
-Ahora hay interés. Hay parlamentarios de la UDI y RN que estamos a favor del matrimonio igualitario y nos vamos a permitir que el Frente Amplio monopolice esos temas. ¿Quién puede decir hoy en día que lo que pasó en Chile después de 1973 no fue una dictadura? Es lo más evidente que hay en el mundo.
-En tu sector hay muchos que siguen diciendo que no lo fue…
-Pero desde el Frente Amplio nos apuntan con el dedo de que apoyamos a la dictadura y yo, compadre, no había ni nacido para la dictadura. Son temas que al Frente Amplio le encanta rentabilizar políticamente para apuntarnos con el dedo. La gran mayoría en RN hablamos de dictadura, estamos a favor de los derechos sociales y vamos a avanzar en eso. Una vez que saltamos esa batalla cultural, de ahí para adelante la derecha es infinitamente mejor. Si hacemos eso, nos vamos a quedar mucho más tiempo.
-¿Cómo es tu relación con los líderes del Frente Amplio? ¿Los conoces?
-No, no los conozco mucho, pero los sigo harto. Me parecen tipos muy inteligentes y lo que lograron armar es increíble, que tienen una energía buena, buenas intenciones, pero muy equivocados en el diagnóstico de Chile, un diagnóstico muy negativo del país y yo tengo un diagnóstico muy positivo del país desde 1990 en adelante.
-¿Con quién te has relacionado más?
-Con el que tenido más buena onda s Gonzalo Winter, que es de mi distrito y somos de la misma generación. Hay tipos que son sensatos, como Boric y Jackson, un valor que le falta harto al Congreso. Al otro extremo está la Pamela Jiles, que de sensatez tiene poco, Florcita Motuda, no lo conozco personalmente pero lo veo y no me da mucho una sensación de querer conversar. El otro día lo escuchaba reclamar contra los políticos, pero ¡él es político!
-Criticabas que ellos son un pacto electoral, más que un conglomerado político. ¿Por qué?
-Hoy son 14 movimientos, con diferencias absolutas unos de otros. Hoy el Frente Amplio se ve grande porque son 20 diputados, pero ellos tienen unas peleas internas, sobre todo por la supremacía de RD. Son muy distintos, aunque no creo que tengan posiciones anárquicas como decía Carlos Larraín, pero sí visiones muy distintos.
-¿No pasa eso en RN, donde hay visiones tan distintas como en la pena de muerte?
-Es que esos son temas morales. Ellos tienen diferencias en temas estructurales del país, como de derecho a la propiedad o libertades sociales. Hay tipos que están a favor de Nicolás Maduro o de Cuba, países que no tienen libertades de nada. Otros son más sensatos y ahí tienen una pugna. Tiendo a pensar que hay mucho chavismo dentro del Frente Amplio.
“El desastre de Bachelet”
-Allamand cuestionó el “Legado Bachelet” por el crecimiento económico. ¿Concuerdas con que es el peor gobierno?
-Bachelet desaprovechó la oportunidad de haber quedado en la historia. Hace cuatro años, estábamos todos de acuerdo en que se necesitaban reformas estructurales en ciertos temas, pero la Presidenta, mal asesorada por sus ministros Arenas, Peñailillo, Elizalde, hicieron que fuera la peor Presidenta de los últimos 30 años en Chile. En lo que todos estábamos de acuerdo lo hizo todo mal.
-¿En qué se ven esos resultados?
-Tienes una reforma educacional que vamos a tener que arreglar porque está mal hecha, las universidades estatales también; la reforma tributaria, pregúntale a cualquier microempresario en Chile y te dirán que es un cagazo. Cuando tuvo la oportunidad de hacerlo bien, desaprovechó su segundo gobierno por falta de liderazgo.
-¿Pero cuál es el desastre de Bachelet?
-El desastre de Bachelet, desde el punto de vista económico, es haber hecho crecer a Chile al 1,3%, lo que significa menos trabajo, menos oportunidades, menos acceso a crédito, eso es un desastre para las personas en el corto plazo, dejó sin trabajo a más de 600 mil personas. Pero Chile no es un desastre como país. Gracias a Dios hubo una oposición al Gobierno bastante constructiva diría yo, que permitió arreglar cosas que estaban mal hechas.
-¿En educación cómo falló?
-Porque primero prometió gratuidad universal en cuatro años y no cumplió ni un tercio de lo que estaba prometiendo. Finalmente, todos estos procesos estructurales afectan a pocos al principio, pero luego a los demás. En este caso, la tributaria, la educacional, afectó a unos pocos y esos pocos sufren. La gente pobre que no tiene trabajo, que tiene que vender Súper8 en la calle, sufre.
-¿Pero cómo los afectó la reforma educacional?
-Generó una incertidumbre total en las familias, de lo que va a pasar con sus hijos. La gente no sabe para dónde ir, porque ¿hay gratuidad o no hay gratuidad? Nadie sabe. Solo es un porcentaje chiquito pese a que la promesa había sido para casi todo Chile. Y la calidad de la educación no se avanzó en un centímetro, porque se dedicaron a construir una reforma que tiene que ver con los edificios y la propiedad de la educación, no con la calidad.
-¿Y la famosa “tómbola”? En el CEP la alabaron.
-Es un desastre. Es lo más indigno del mundo. En qué otra parte del mundo se hace una tómbola.
-En la mayoría de los países desarrollados…
-Pero es lo más indigno que hay. Que la suerte lo diga no tiene ningún sentido. La reforma educacional trató que el papá Estado decida por ti y en Chile estamos acostumbrados a otra cosa, que nosotros somos los dueños de nuestro futuro. Por qué no voy a poder poner plata en el colegio donde quiero que mis hijos estén.
-¿Hay algo rescatable a tu juicio?
-El gran legado de la Presidenta Bachelet tiene que ver con lo medioambiental, el océano, con áreas protegidas, y que tenemos que continuarlo como gobierno.