Estudio: ¿Por qué crear nuevas regiones va contra la descentralización?
Elección de gobernadores regionales aumentaría el peso de autoridades santiaguinas, por la baja cantidad de votantes y menor visibilidad.
La posibilidad de crear nuevas regiones, como la que se está estudiando de separar, administrativa y políticamente la provincia de Aconcagua de la Región de Valparaíso, sería una medida que no aportaría a una descentralización efectiva, sobre todo, estando próxima la elección de gobernadores regionales.
Esa es una de las principales conclusiones de un estudio del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) que analizó los riesgos de la creación de más regiones.
El problema de esta medida, señalan los investigadores Álvaro Bellolio y Gonzalo Valdés, sería que la elección de estos cargos podría concentrar aún más el poder político debido a la baja visibilidad y votantes que tendrían las nuevas regiones, bajo la actual división territorial.
“El futuro gobernador santiaguino representará al 40% de la población nacional, cerca de 10 veces más votantes que los gobernadores regionales y gestionando un presupuesto varias veces superior, explica Gonzalo Valdés, director de Estudios del Centro de Políticas Públicas de la UNAB. Agrega que el estudio advierte que este desbalance dificultará que los liderazgos regionales compitan con la futura autoridad santiaguina en elecciones nacionales, concentrando el poder político en Santiago.
Así, el estudio advierte que la elección del gobernador metropolitano sea una especie de preelección presidencial, en donde las autoridades regionales pasen a un segundo plano, después de los alcaldes santiaguinos.
Otro aspecto considerado en la investigación es que tanto el proceso de regionalización llevado a cabo en 2007 y 2017, alejan a Chile del estándar OCDE. Las regiones de los países agrupados en dicha organización tienden a concentrar una población similar, lo cual permite que las autoridades regionales tengan un acceso similar a fondos y votantes.
“En la OCDE lo usual es que la relación entre la población de la región más poblada y la segunda sea de 1,3. En Chile, en tanto, esa razón es cercana a 4. Chile es el país OCDE con mayor desigualdad regional en términos de población, reduciendo la competitividad de políticos regionales”, añade Valdés.
Los expertos recomiendan, ante esta situación, evitar la concentración del poder en la capital. Así, implementar las medidas necesarias a para que los nuevos gobernadores regionales representen a más ciudadanos, de manera tal que un mismo gobernador esté a cargo de varias regiones.
“Lo que proponemos es crear siete macrorregiones que agrupen a una cantidad de población relativamente similar. Una cosa es que efectivamente sean región y sean reconocidas en su herencia y cultura, pero perfectamente se podría hacer que los gobernadores sean asociados a macrorregiones”, señala Álvaro Bellolio, director del Centro de Políticas Públicas de la UNAB.
Estas agrupaciones macrozonales permitirían que liderazgos regionales compitieran de igual a igual con autoridades santiaguinas en elecciones nacionales como, por ejemplo, la elección presidencial.
Una segunda medida propuesta es crear la región del Gran Santiago, en reemplazo de la Región Metropolitana, con el objetivo de acotar la población de la capital. De esta manera, los temas que están llamados a abordar los nuevos gobernadores, como el diseño del sistema de transporte, la definición de estándares urbanos, la creación de áreas verdes, y otros, estarían agrupados a nivel de ciudad.
“Santiago concentra alrededor de 6 millones de habitantes y la Región Metropolitana, 7. Sin embargo, las comunas metropolitanas son muy disímiles entre ellas: mientras la comuna de Alhué es casi totalmente rural, la comuna de Santiago es totalmente urbana. La nueva región del Gran Santiago debiera estar constituida sólo por comunas urbanas”, concluye Valdés.