Ministerio de Salud estima que 25% de cirugías en lista de espera costarán $80 mil millones al Estado
La subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, explicó que el dinero saldrá de reasignaciones presupuestarias dentro de la cartera.
Desde el día uno, el Ministerio de Salud anunció que se enfocará en enfrentar con urgencia las listas de espera. Ante esto, es que desde la semana pasada se anunció que los hospitales funcionarán también los fines de semana para resolver las cirugías pendientes, las que alcanzan las 280 mil.
Sin embargo, lo que nunca se tomó en cuenta fue tener un presupuesto especial para dicho plan. Para responder a los cuestionamientos es que el ministro de Salud, Emilio Santelices, y la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, llegaron este martes hasta la comisión de Salud del Senado para tratar el tema.
Allí, Burgos entregó detalles de la medida que adoptarán para abordar esta situación y que plantea que se pueda atender el 25% de los pacientes que esperan ser atendidos en los próximos tres meses. “Hemos calculado que la resolución del 25% de la lista de espera que tenemos en este momento va a requerir un presupuesto de alrededor de $80 mil millones“, afirmó la subsecretaria, según publica El Mercurio.
Ese dinero, explicó, saldrá de reasignaciones presupuestarias dentro de la cartera. Además, se conversó con Fonasa para financiar atenciones a través de convenios.
A eso, Burgos sostuvo que si se necesita comprar servicios a médicos para que atiendan a los pacientes, primero se buscará a los equipos de los mismos hospitales para ver si es que estos cumplen con estándares de rendimiento en su horario funcionario. Si ello no es posible, se avanzará en otras opciones como derivar casos a otros hospitales de la red, a instituciones como los de la Universidad de Chile o las Fuerzas Armadas y, en último caso, a recintos privados que tengan convenios con el seguro público a precios ya arancelados.
Para seleccionar a quienes serán atendidos, se basan en tres criterios de priorización: el tiempo que llevan esperando, si el caso es de riesgo vital y si su condición, aunque no tenga peligro vital, deteriora demasiado su calidad de vida.
Una vez que puedan enfrentar la contingencia, Burgos aseveró que desarrollarán “un sistema de trabajo que nos permita tener un tiempo de espera que no vaya más allá de los seis meses“.