Cruda carta del pediatra de menor asesinada en Los Andes: “Pedir pena de muerte de un monstruo solo es un desahogo”
Álvaro Retamal lamentó profundamente el hecho y apuntó a la importancia de la prevención, más que centrarse exclusivamente en el castigo del asesino.
Este sábado, una menor de solo un año y siete meses murió tras ser golpeada y violada, presuntamente, por la pareja de su tía identificado como Andrés Espinoza (30).
En ese contexto, el pediatra del Hospital San Camilo de San Felipe que atendió a la menor, Álvaro Retamal, publicó una sentida carta donde lamentó profundamente el hecho y apuntó a la importancia de la prevención, más que centrarse exclusivamente en el castigo del asesino.
“Que fácil es enojarse y pedir pena de muerte para un monstruo como este, criminal”, escribió en su perfil de Facebook, afirmando que “es fácil enganchar con esta idea. Cuando tuve a Ámbar Lazcano en la unidad y luchábamos por su vida, cuando veías su cuerpo frágil, sus manitos, cuando medio de todo te dabas tiempo de acariciar su cabecita golpeada y decir que viviera porque nunca más que alguien le hiciera daño“.
Retamal contó que al interior del centro asistencial, “desde el que hace el aseo, hasta los médicos que a veces toman esa fría distancia para no empaparse de tanto dolor, todos estábamos sufriendo acompañando a este bello angelito, y claro, con ganas de que el perpetrador sufriera lo indecible por lo que hizo“.
“Lo que siento ahora no es deseos de que maten a nadie, cuestión que no soluciona nada. Hoy siento que debimos haber estado ahí, antes que todo pasara para Ámbar y para tantos otros. Más fácil pedir pena de muerte… (…) ¿Pero por qué no convertimos tanto odio en amor y protección para nuestro niños?”, propuso.
En esa línea, el médico explica que “el llamado tiene que ser a organizarnos para proteger a los niños que nos rodean en este valle entre cerro y cordillera, eso si puede ser de ayuda. Pedir la pena de muerte de un monstruo solo es un desahogo“. El texto -afirma- apunta al “sentido terapéutico. Un intento de poder sanar las heridas que en muchos de nosotros, muchos de los que participamos en la atención de Ámbar tenemos. Ese es el contexto”.
“Estamos (el equipo médico) con un apoyo sicológico que está recién empezando, pero hay un compromiso de la dirección del servicio de acompañarnos en este proceso para convertir esta experiencia en algo que no sea traumática, que sea, ojalá, sanador”, concluyó.